La demora en constituir Gobier-no podría estar restando algunas décimas al crecimiento español, dijo esta semana el ministro Luis De Guindos, pero el servicio de estudios del BBVA cree que esto ocurrirá, en todo caso, en 2017 y no en 2016.

Con un entorno internacional de crecimiento débil (0,4% en el segundo trimestre en la UE y 0,3% en la Eurozona) y en desaceleración (una y tres décimas inferiores, respectivamente, al primer trimestre), el crecimiento español (0,8%, el doble que la media europea, y sin merma del ritmo de avance, lo que da un incremento anualizado del 3,2%) no parece que sea excesivamente mejorable aunque las circunstancias políticas fuesen otras.

Y más porque si España tuviese Gobierno efectivo, la UE hubiese exigido (como anunció en noviembre) la aplicación este mismo año de un plan de ajuste adicional severo para reconducir la desviación del déficit de 2015 y el excesivo optimismo del presupuesto de 2016, y esto entrañaría casi con toda seguridad una merma en el crecimiento. Ante la falta de Gobierno, la Comisión decidió dar por perdido 2016 (alivió el recorte de déficit de uno a 0,5 puntos del PIB) y aplazó el esfuerzo duro de consolidación a 2017 (1,5 puntos) más otro 0,9 en 2018.

A este efecto coyuntural se añade una razón estructural que induce a pensar que la carencia de Gobierno puede tener menos impacto en España que en países centrales y nórdicos. El Estado español es el quinto de la UE que menos recursos recauda y gestiona (38,2% del PIB, frente al 45% en la UE) y, salvo los países excomunistas, es el quinto que menos gasta: 43,3% del PIB cuando en Europa es el 47,4%.