El Estado se mete de lleno en la polémica que enfrenta al Cabildo de Gran Canaria con el Gobierno regional y los empresarios de la Isla. El gas, se advierte desde Puertos del Estado, se perfila como el combustible del futuro inmediato en la navegación marítima. Renunciar a él es salirse, por voluntad propia, del mercado.

El presidente del organismo estatal, José Llorca, advierte de que Gran Canaria "quedará al margen" del desarrollo del transporte marítimo si mantiene su rechazo a la instalación de una regasificadora en el puerto de Arinaga y por ende la posibilidad de que los buques se abastezcan ahí de ese combustible.

"En la navegación marítima llega la etapa del gas" tras una evolución histórica que ha pasado antes por el carbón y el fuel. Y la primera razón para el cambio, recuerda en una entrevista a Europa Press, son las "limitaciones importantes" impuestas por la Unión Europea desde el punto de vista sanitario, pese a que los barcos emitan poco CO2. En ese sentido, explica Llorca , hay tres opciones en el mercado: "fueles de mejor categoría que son más caros y con menos azufre, colocar filtros catalizadores o bien pasarse al gas, y la UE ha apostado decididamente por el gas". Si bien admite que esa transición va más lenta de lo esperado por la actual coyuntura del bajo precio del petróleo, lo que está conllevando "un retraso" en la adaptación de las compañías navieras.

Aunque respeta la elección que haga cada territorio respecto a su modelo energético -el gobierno insular apuesta por avanzar en las renovables en contra de la opinión del Ejecutivo de la Comunidad Autónoma- también deja claro que una instalación gasística como la que se propone en el Sureste de grancanario no es una "bomba" en el territorio.

Puertos del Estado lidera un proyecto, coordinado con Enagás y con más de una cuarentena de socios por importe de unos 36 millones, para impulsar la "conversión" de los barcos al gas y la creación de regasificadoras. "Es fundamental tener instalaciones en las islas para que Canarias no se quede al margen de la tendencia que va a venir, que los barcos se van a mover con gas", subraya. Según Llorca, si el Archipiélago quiere ser "base logística en el Atlántico medio" debe pasarse al gas, y esa es la "estrategia" pensada para Granadilla y Arinaga. La diferencia entre una y otra instalación portuaria es que en "Gran Canaria hay dificultades territoriales y en Tenerife no", lo que desde su punto de vista da ventajas competitiva al puerto tinerfeño. "El futuro del transporte marítimo va a pasar por el gas. Aquel puerto que no tenga instalaciones adecuadas es fácil que se pueda quedar al margen de mercado", remarca.

Junto a la adaptación a las nuevas alternativas energéticas, los siguientes retos de los puertos en España pasan por la digitalización y la adecuación a los nuevos modelos de transporte. En ese sentido Llorca admitió ayer en un encuentro organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección y DISA, en Santa Cruz de Tenerife, que el desarrollo tecnológico de los puertos españoles es aún "incipiente". Además, instó a los empresarios a invertir en actividades portuarias y generar oportunidades económicas para el Archipiélago.