"No hay un norteamericano que no haya hecho al menos un crucero en su vida. Sin embargo los europeos aún no han descubierto el placer de viajar en barco; queda aún un margen de crecimiento importante en el viejo continente". Así se expresaba estos días un analista turístico en una tertulia radiofónica, dedicada monográficamente a analizar el espectacular crecimiento que está protagonizando esta modalidad de viaje.
Lo que está sucediendo en Canarias con este tipo de turismo confirma que cuando éstos surcan los mares lo hacen literalmente a velocidad de crucero. O, por seguir con el símil náutico, que el negocio va viento en popa. En tres lustros, la llegada de cruceristas se ha multiplicado por siete en las Islas, pasando de una cifra que no superaba los 300.000 pasajeros en la década de los noventa a rozar los 2,2 millones quince años después. El incremento fue progresivo hasta el 2008, se aceleró en los años siguientes y está dando un salto desde hace dos.
Otro dato que ratifica la pujanza del segmento de cruceros es el pulso que están echando los puertos de Santa Cruz de Tenerife y de La Luz y Las Palmas por ganar cuotas de la creciente demanda. Así como sus respectivas ciudades, porque no deja de ser también turismo urbano. La capital tinerfeña ha sido estos días la sede de la Seatrade Cruise Med, una de las ferias de cruceros más importantes del mundo que se celebra cada año en una ciudad europea. Días antes presentó oficialmente su nueva terminal de cruceros, aunque se pondrá en marcha el próximo mes. Evento e inauguración fueron toda una puesta en escena para evidenciar que Tenerife no da por perdida la batalla de los mares y que se está preparando a conciencia para la remontada. Hace dos años, perdió el liderazgo a favor de La Luz y Las Palmas, que durante 2014 y 2015 se situó por vez primera por encima en número de cruceristas: 590.000 y 686.000 frente a 540.000 y 640.000 respectivamente.
Por ello, el principal objetivo de las autoridades portuarias tinerfeñas, abiertamente declarado, es "competir directamente con Las Palmas de Gran Canaria como puerto base". Posición que ya logró el puerto grancanario en las temporadas anteriores y que le permitió aumentar de forma significativa su cifra de llegada de pasajeros: el pasado año creció un 17% frente al 10% de su puerto hermano.
Imaginación en tierra
Pero la competencia en realidad no es interna. Proviene de otras áreas geográficas que concentran el tráfico de cruceros: Caribe, Báltico y un Mediterráneo seriamente afectado también en su actividad portuaria por la inestabilidad del norte de África. O el Pacífico, la gran zona emergente en el mercado mundial de cruceros.
Pero, además, las infraestructuras sólo no bastan para competir, según advirtió en la Seatrade el presidente de Puertos del Estado: "El negocio del turismo está en tierra, no en el mar". Con su afirmación, José Llorca resumió la idea de que "una oferta atractiva en las ciudades es la que hace que las navieras apuesten por uno u otro puerto". Y recomendó por ello a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife recurrir "a la imaginación" y preparar "propuestas novedosas" para captar más cruceristas en el futuro.
Pero además de la imaginación, pesan los activos que cada ciudad tenga para atraer a unos turistas que, aunque llegan por mar, se muestran más activos y proclives a realizar excursiones que aquellos cuya prioridad es tumbarse al sol. No por casualidad, la celebración del Día Mundial del Turismo ha girado en gran medida entorno al turismo de cruceros. Además de los citados actos de Santa Cruz de Tenerife, la capital grancanaria premió, entre otros, a la Asociación de Consignatorios y Estibadores de Buques de Las Palmas "por su labor en la llegada de grandes cruceros a Las Palmas de Gran Canaria".
El potencial de Canarias como área emergente no descansa solo en la posibilidad de que los europeos, como los estadounidenses, realicen al menos un crucero al año. Su principal baza es su conexión con las ciudades portuarias del África Occidental, que está permitiendo a esta zona el atlántico hacerse un hueco en el mercado de cruceros.
"Confiamos que las rutas de cruceros de Canarias no solo se limiten a la Macaronesia y Casablanca, sino que se extiendan hacia Senegal, Marruecos y Cabo Verde", señaló Llorca. La naviera Pullmantur ha dado un paso más para lograrlo: este invierno recorrerá varias islas antes de atracar Agadir. La naviera, que prevé transportar a más de 25.000 pasajeros en la temporada, vende el paquete así: "Durante la travesía podrás conocer Tenerife y La Palma antes de visitar Agadir. Tras terminar la visita al país africano, donde podrás deleitarte con sus jardines y palacios, el viaje continúa por Lanzarote y Fuerteventura hasta volver a Gran Canaria, donde te espera la playa de Las Canteras".
