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El grifo del crédito empieza a gotear

El volumen de los préstamos a familias y empresas de las Islas repunta por segunda vez en casi ocho años

El grifo del crédito empieza a gotear

El montante de los préstamos concedidos por la banca en la Comunidad Autónoma repuntó en el segundo trimestre del actual ejercicio por segunda vez en casi ocho años, hasta 36.226 millones. El volumen de los créditos de los que disfrutan las familias y empresas de las Islas creció en el tramo final de 2008 por última vez antes del período más duro de la crisis. Desde entonces, y con la excepción de una subida aislada en 2014, han tenido que pasar 30 trimestres, 90 meses y unos 2.700 días para que los bancos reabrieran el grifo del crédito también en Canarias.

La caída sin precedentes del préstamo bancario fue una de las primeras consecuencias de la crisis. En octubre de 2007 se escribía el primer capítulo de la Gran Recesión, el de las hipotecas subprime o basura. Ciudadanos y empresas del Archipiélago acumulaban entonces más de 53.100 millones de euros en créditos. La inercia de los constantes incrementos que venían sucediéndose desde los años de bonanza, en los que los préstamos se concedían a espuertas, resistió hasta diciembre de 2008, cuando la suma superó los 57.000 millones.

A partir de ese momento, el cierre del grifo empezó a hacer estragos en las economías de muchas familias y en las cajas de no menos empresas, y con más intensidad si cabe en el caso de la Comunidad Autónoma.

Los 57.000 millones de euros de diciembre de 2008 se redujeron ininterrumpidamente (con ese aislado aumento en el último trimestre de 2014) hasta el pasado marzo. A 31 de marzo, es decir, 87 meses y muchos días después, aquellos 57.000 millones ya solamente eran unos 36.126 millones de euros, alrededor de 21.000 menos. La crisis y sus repercusiones en el sistema bancario habían desembocado en un círculo vicioso: las entidades daban menos préstamos a unas familias y empresas depauperadas por el paro, los impagos, la caída del consumo y demás consecuencias de las estrecheces y esas mismas familias y empresas no podían escapar de la situación sin la ayuda del crédito. Una pescadilla que se muerde la cola que recortó casi un 37% el montante de los préstamos en circulación en las Islas.

Banco de España

Los últimos datos del Banco de España (BdE) descubren, sin embargo, que esa drástica disminución que comenzó a finales de 2008 parece haber concluido. La estadística del organismo que gobierna Luis María Linde revela que la cuantía de los créditos concedidos a los hogares y sociedades mercantiles de Canarias era a 30 de junio de 36.226 millones de euros. Una cantidad que supera en cien millones a la del primer trimestre del ejercicio. El incremento ni siquiera llega a un 0,3%, pero en este caso su importancia no tiene tanto que ver con la cifra en sí misma, con esos exiguos cien millones de euros, como con lo que ésta significa. No en vano se trata del segundo aumento (el primero si no se tiene en cuenta la susodicha subida trimestral y puntual de 2014) en siete años y medio, o lo que es lo mismo: en 90 meses y 2.700 días.

Fuentes del sector consultadas hacen hincapié en que el repunte que ha experimentado el préstamo bancario en el Archipiélago no es un caso único en España (en Castilla y León, por ejemplo, ha crecido por primera vez en cinco años), de modo que consideran que lo peor ha quedado definitivamente atrás. Sea como sea, sí descartan, cuando menos a corto y medio plazo, incrementos tan extraordinarios como los que se registraron en los años de prosperidad, cuando la burbuja inmobiliaria y los consecuentes y sucesivos récords en la concesión de créditos hipotecarios dispararon el volumen de los préstamos.

En esta línea, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) publicó recientemente un artículo en SEFO (Spanish Economic and Finance Outlook, una revista bimestral especializada) en el que expone que el acceso a la financiación bancaria es el principal problema que afronta en su día a día un 10,3% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas.

Para contextualizar este porcentaje basta con apuntar que incluso llegó a superar holgadamente el 30%. Es decir, las propias pymes, que son mayoría en el tejido productivo del país, y aun más en el de Canarias, están cada vez menos preocupadas por el acceso al crédito, lo que ya no juzgan tan dificultoso como en los últimos años. Esto refuerza la opinión de quienes entienden que en la merma en el montante del préstamo subyace también un sensible proceso de desapalancamiento, con lo que la explicación a la caída no solo está en el lado de la oferta, sino también en el de la demanda.

El sobresaliente decremento del crédito ha obedecido, por tanto, al endurecimiento de las condiciones que impone la banca, pero también a ese desapalancamiento, esto es, a ese estado en el que muchos hogares y empresas se han visto obligados a quitarse de encima deudas inasumibles en períodos de estrecheces. Es lo que le ocurre, por ejemplo, a esa familia que, con un préstamo hipotecario insoportable en las actuales circunstancias, tiene que vender su casa para aliviar la economía aunque ello implique pérdidas.

Los depósitos crecen

Hay que puntualizar que estos problemas de crédito no los sufrió la Administración pública, ni mucho menos. El último dato del regulador bancario muestra que el montante de los préstamos concedidos al entramado institucional de la Comunidad Autónoma (Ejecutivo regional, cabildos y ayuntamientos) suma ya 1.963 millones de euros. Aunque esta cifra llegó a ser más alta en los últimos años, hasta más de 3.000 millones, lo cierto es que allá en 2007, antes de la crisis, apenas superaba los 1.000 millones de euros. En total, los créditos en circulación (los de los particulares más los de la Administración) suman en las Islas cerca de 38.190 millones, un 35% menos que en 2008, de las caídas más pronunciadas del país.

Las estadísticas del BdE revelan también que los depósitos, es decir, el dinero que los canarios tienen guardado en sus bancos, alcanzan los 25.632 millones de euros. Habría que remontarse al ejercicio de 2010, a seis años atrás, para dar con la última vez que los ahorros de los isleños llegaron a cifras similares, en aquella última ocasión unos 26.000 millones. Este incremento coincide en el tiempo con un momento de bajas rentabilidades de las cuentas-depósito; sin embargo, los ahorradores siguen apostando mayoritariamente por la seguridad que ofrecen, ya que están garantizados tanto por la propia entidad como por el Fondo de Garantía.

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