La cadena hotelera urbana Room Mate ha decidido ampliar su nicho de negocio irrumpiendo en el segmento del turismo vacacional. La fórmula elegida es la gestión por un plazo de entre 25 y 30 años. Según confirmó ayer el presidente de la compañía, Kike Sarasola, el plan diseñado incluye afrontar las primeras aperturas el próximo verano en Canarias y Baleares.
En las Islas existen ya conversaciones avanzadas y alejadas de los focos con dos establecimientos. Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife son las islas escogidas para el desembarco canario. Además de los dos archipiélagos españoles, la costa mediterránea peninsular y la Riviera Maya (México) completan el escenario de actuación.
Hasta el momento, Room Mate Hotels había mantenido dentro del ámbito de la máxima discreción su entrada en el negocio del sol y playa. El giro en la estrategia viene dado por la intención de Sarasola de poder abordar la fase de estudio con el mayor número de posibilidades en la mano, algo que hasta el momento frenaba el marcado carácter urbano de la compañía.
"Vamos a estudiar cualquier oportunidad que nos hagan llegar", afirmó ayer el presidente y creador de Room Mate Hotels. Incluso las que provengan de propietarios que quieran deshacerse de activos, si bien la primera intención de Kike Sarasola es abordar la gestión a través del pago de un alquiler. "No obstante, si hay que comprar, buscaremos inversores que lo adquieran para nosotros", aclaró el conocido empresario español desde Girona.
Los establecimiento de la cadena se significan por el cuidado diseño de sus instalaciones, para lo que se cuenta con la colaboración de destacados nombres del interiorismo. También para la división de sol y playa la reforma y decoración de los hoteles tendrá un papel inicial protagonista.
No solo los enclaves eminentemente turísticos de las tres islas canarias mencionadas pueden aspirar a entrar en el porfolio de Room Mate. "Si, por ejemplo, nos ofrecen algo apetecible en Las Canteras", siempre en primera línea de playa y con más de cien habitaciones, "lo estudiaríamos también", explicó Sarasola, quien aseguró no conformares con los dos negocios que ya están avanzados en las Islas. "Queremos valorar más", afirmó.
La intención de la empresa es alcanzar en torno a las 2.000 habitaciones frente al mar en todo el mundo y conseguir que el negocio vacacional llegue a ocupar el 50% del total. "Quien me conoce sabe que no soy persona de medias tintas, cuando entro en un negocio lo hago al cien por cien", abundó Sarasola, que afronta este paso adelante desde el confort que le supone haber conseguido refinanciar Room Mate Hotels hace apenas un año y comprobar el continuo crecimiento de la facturación. "Es una de las apuestas más grandes de Room Mate para los próximos años", añadió su presidente.
La previsión de la compañía es concluir este ejercicio con una ocupación media en sus establecimientos -23 para un total de 1.500 habitaciones repartidas, entre otras, por Madrid, Barcelona, Salamanca, Granada, Málaga, Nueva York, Miami o Estambul- del 87% y más de 70 millones de euros facturados. Además, ha conseguido elevar el precio medio por habitación desde los 128,78 euros hasta los 133,42 actuales.
Según relató la propia compañía, los alojamientos de costa "mantendrán el concepto esencial de la filosofía corporativa", que pasa por hacer sentir a los clientes "como si estuvieran en casa de un amigo". Además, podrán seguir disfrutando de servicios que caracterizan a la marca tales como "desayuno hasta las 12 del mediodía o wifi gratis en toda la ciudad".
Sin embargo, frente a los urbanos, los hoteles a pie de playa sí incluirán elementos diferenciadores que conformarán "una amplia oferta de ocio" integrada por "bares, restaurantes, beach clubs" y bares de copas en sus azoteas.
