Los representantes políticos de las distintas regiones y comunidades lingüísticas de Bélgica lograron ayer un consenso para desbloquear el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá, el llamado CETA, que hasta ahora vetaba la mitad francófona de Valonia.

Tras varios ultimátum y al término de una reunión de dos días cargada de dramatismo, el primer ministro belga, Charles Michel, anunció que Bélgica había consensuado una posición común. El presidente de Valonia, el socialista Paul Magnette, logró que sus compatriotas acepten que Bélgica pueda recurrir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea para verificar si se ajusta a la legislación comunitaria el sistema jurisdiccional para la resolución de conflictos entre multinacionales y Estados que contempla el tratado

Los Estados miembros de la Unión Europea, a través de sus embajadores en Bruselas, aprobaron ayer mismo el acuerdo presentado ratificado por Bélgica.