En la puja del plátano canario con la banana, gana con amplitud el primero a lo largo del periodo comprendido entre enero y la mitad de octubre. El fruto isleño copa el 75% del mercado tras alcanzar las 289.000 toneladas vendidas. En las primeras 40 semanas del año, la oferta de ambos productos colocada en el mercado llegó a 386.304 tonelada, un 5% más respecto al mismo periodo de 2015.

Conforme a los datos de seguimiento del mercado español de Asprocan, órgano de gestión de la Indicación Geográfica Protegida Plátano de Canarias, estos resultados previos a la fase de campaña de final de año contrastan con la dinámica del consumo de fruta en general en nuestro país que, aunque ha aminorado su nivel de caída, ha continuado en línea descendente.

En ese contexto negativo, el plátano de Canarias ha sido capaz de marcar una recuperación, respondiendo con un incremento de su comercialización fuera de Canarias de más de 30.000 toneladas respecto al año anterior. Los resultados representan una noticia positiva para el sector platanero frente a las importaciones de banana de terceros países.

Sin embargo, esto contrasta con la situación de crisis de precios con la que durante todo este año han tenido que convivir los agricultores de las Islas. Se ha alcanzado un récord de producción platanera. A final de año se superarán holgadamente las 400.000 toneladas. Este crecimiento ha supuesto un incremento de la oferta, la mayoría asumida por el aumento del consumo, pero no toda; lo ha impedido el diferencial de precio de venta al público. Los productores han obtenido un precio medio por kilo de 0,75 euros en la Península, mientras que el consumidor final ha pagado 1,77 euros. La banana se ha vendido a 1,22 euros.

Para el presidente de Asprocan, Henry Sicilia, "este diferencial en el punto de venta no se justifica" por los precios que reciben de los productores. En ese momento, "la diferencia entre el plátano de Canarias y la banana ha estado por debajo de los diez céntimos de euro". Por ello, lamentó que el sector soporte "precios límite por el efecto especulativo de la banana", mientras ven "cómo se encarece el precio final", lo que reduce sus opciones de venta.