La claudicación ante los nuevos, pujantes y digitales tiempos es idéntica a la acontecida en otros momentos de la historia y frente a distintas mejoras de las que la mente humana ha dotado a los procesos productivos. Al menos esa es la conclusión a la que llegó ayer el director de Negocios Digitales de Bankinter, Nicolás Moya. La pregunta tampoco es nueva: ¿cómo afecta al empleo la sustitución de los hombres y mujeres por máquinas? "Puede haber un impacto en el corto plazo, pero a la larga, la digitalización genera valor y transforma la sociedad", señaló Moya.
Para mayor concreción, si una máquina sustituye a cien trabajadores, ¿quién cotiza para que el sistema de Seguridad Social, con sus pensiones de todo tipo, se mantenga en pie? Al respecto, el directivo de Bankinter incidió en la buena salud de la que goza el empleo en países más desarrollados que España. "Estados Unidos", una de las cunas del mundo digital, sobre todo en su costa oeste, "tiene una tasa de paro del 5%" (en España supera el 18%), por lo que concluyó que el "desarrollo de la tecnología no está relacionado con el número de parados".
A lo largo de la historia se han producido fenómenos de esta naturaleza y las sociedades han sabido adaptarse siempre a los nuevos tiempos. Como prueba de ello, Moya recordó el papel que jugaron los luditas, artesanos ingleses que en el inicio del siglo XIX fueron ahorcados por destruir los telares bajo la tesis de que esos inventos acabarían con su trabajo y el de las generaciones venideras. Sin embargo, "ocurrió que esas máquinas mejoraron la calidad de vida", reseñó el directivo de Bankinter. "La tecnología trae empresas grandes que generan muchísimo valor que se traslada a la sociedad", concluyó Nicolás Moya.
