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Entrevista a Juan Francisco Martín

"Al primer mundo le interesa que exista el tercer mundo por la mano de obra barata"

"La ayuda al desarrollo es muchas veces una ayuda maldita, porque solo enriquece a los grupos en el poder", asegura el catedrático de Geografía de la ULL

Juan Francisco Martín en la plaza de La Concepción, en La Laguna. MAYA BENCOMO

Usted es autor de más de 80 publicaciones, ¿qué busca con su nueva obra Dependencia, Pobreza y Población en África?

Denunciar los problemas del desarrollo humano en África y, al mismo tiempo, explicar las diferencias territoriales, sobre todo en los grandes conjuntos geopolíticos.

¿Estamos acostumbrados a ver África como un todo y no como 54 realidades diferentes?

Sí, ése es el gran problema. He estudiado todos los países y los he englobado en conjuntos geopolíticos o regionales. No es lo mimo hablar de África Occidental que de África Oriental, o África Subsahariana y Saheliana, de El Sahel, que en este momento es el conjunto geopolítico más pobre de África.

Usted habla de dos brechas en el continente africano.

Una brecha es del conjunto de África respecto al primer mundo y, la segunda, entre el África subsahariana y el Magreb. En la región del Norte de África ahora hay un problema con Libia, que se ha convertido en un estado fallido, pero otros países sí están avanzando de forma adecuada, particularmente Marruecos, donde influyen mucho las remesas y el turismo. De hecho, las remesas han aumentado de una forma impresionante, hasta el punto de que Egipto era el país de África que más remesas recibía y ahora es Marruecos. Túnez tuvo la Primavera Árabe y el turismo se ha resentido bastante, mientras que Argelia sigue sumida con problemas de integrismo, pero va avanzando.

¿Al primer mundo le interesa tener un tercer mundo?

Sí, evidentemente. Le interesa tener un tercer mundo porque se establece un comercio desigual y lo convierte en abastecedor, cuando le interesa, de mano de obra barata y, así, evita la reproducción biológica de la fuerza de trabajo en el primer mundo y acude a la reproducción biológica de la fuerza de trabajo en África, que es muy barata por la alta natalidad y fecundidad. Me refiero sobre todo a la Unión Europea, que en momentos de expansión del mercado de trabajo y de la economía lo sigue teniendo fácil, al disponer de mano de obra barata en África y, así, también frena las reivindicaciones interiores en el primer mundo de los sindicatos y de reclamación de sueldos más elevados.

¿La globalización liberal ha excluido a África?

Sí, la globalización liberal ha excluida a África del todo. Si en algún momento tuvo interés África fue en los años posteriores a la descolonización; después, a partir de los años 90, el interés de la Unión Europea y de Estados Unidos por África ha descendido muchísimo. De tal manera que la ha situado simplemente como mercado para colocar sus productos y, además, con efecto dumping. Así, por ejemplo resulta mucho más barata la leche exportada de la Unión Europea que la producida localmente, con lo cual se produce una desintegración de la producción local, sobre todo de la agricultura y ganadería dedicada al abastecimiento del mercado interior.

¿Hasta qué punto el colonialismo de las grandes potencias europeas creó causas endógenas de pobreza en África?

Esas causas endógenas vienen dadas por la descolonización misma, de la forma en que se hizo tan brutal, de abandono, en muchas ocasiones de la noche a la mañana, de las antiguas colonias. Se crearon estados independientes sin ninguna razón geopolítica, no respetando división de etnias y dejando grupos sociales afines a las antiguas potencias coloniales, que se han convertido en potencias neocoloniales. Es muy significativo el caso de Ruanda y de otros países donde se crearon guerras internas, sobre todo étnicas, con el apoyo de la potencias coloniales a los grupos que les eran afines. Los países continúan necolonizados, pero la intervención ya no es tan directa como antes, ya no ocupan el territorio, pero sí intervienen en la política interior y en la política económica.

Aunque parezca una paradoja, ¿la ayuda oficial para el desarrollo puede llegar a ser un obstáculo al desarrollo?

Es lo que se llama ayuda maldita, en la medida en que no es controlada, sino que es acaparada por la clase dominante. Esto ocurre en Guinea Ecuatorial y otros muchos países, ya que supone simplemente el mayor enriquecimiento de los grupos en el poder y que esa ayuda no llegue realmente a la sociedad en general y, sobre todo, no contribuya al desarrollo sanitario y educativo, que son claves en el desarrollo humano de esos países. La ayuda al desarrollo es una gran contribución cuando está controlada y cuando no es dominada esa ayuda por los grupos dictatoriales que, en muchas ocasiones, están en el poder y se apoderan de esa ayuda.

¿África sufre una explosión demográfica difícil de controlar?

Esa explosión demográfica interesa al primer mundo. La natalidad y la fecundidad están bajando, es cierto que muy lentamente y depende también de los conjuntos geopolíticos y regionales, por ejemplo en El Sahel no baja la fecundidad. Algunos países donde la islamización ha sido importante no baja lo que tiene que bajar, e incluso sube. No hay que olvidar tampoco el problema del Sida, que supone problemas importantes sobre todo en el África Austral y, por supuesto, Sudáfrica, donde destaca también la incidencia de la tuberculosis y la malaria.

¿Hay una interrelación entre pobreza y población?

Sí, entre pobreza, dependencia externa y población, porque si no hay estados y gobiernos consolidados, con un desarrollo que permita el aumento del Producto Interior Bruto y que se dedique luego a los grandes problemas demográficos que tienen esos países pues no se pueden combatir enfermedades ni hacer programas para el descenso de la fecundidad. La pobreza impide y obstaculiza el desarrollo demográfico en términos de progreso y control de enfermedades. A ello se añade el problema de las guerras civiles. Los conflictos bélicos en África y en cualquier lugar del mundo y, sobre todo, los conflictos bélicos internos, son causa de pobreza, porque una gran parte del PIB hay que dedicarlo a la compra de armas y ahí está el primer mundo y la industria armamentística suministrando.

¿Cuándo se producirá el despegue económico real de África?

El despegue económico de África no se va a producir mientras no se solventen los problemas de la globalización. En este momento el mundo está dominado por el desorden geopolítico. Nadie sabe qué va a ocurrir en las relaciones de Estados Unidos y la Unión Europea, tras la victoria electoral de Donald Trump. En este momento estamos viendo una situación crítica geopolíticamente y África podría quedar aún más relegada. El centro del interés va a ser cada día más Oriente Medio.

¿Canarias desaprovecha el enorme potencial de los territorios africanos vecinos?

Hay temas puntuales en los que le interesa a Canarias invertir en algunos países como mercado, especialmente en África Occidental y Senegal. Los empresarios canarios podrían invertir sobre todo en turismo y en alguna otra industria.

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