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La seguridad ante todo

Desterrar el peligro de las relaciones comerciales en la Red demanda inversión. Los mayores se contagiarán y también se harán 'digitales'

La seguridad ante todo

Un centenar de empresarios y directivos se dieron cita ayer en el Salón García Escámez del Hotel Santa Catalina para tener más detalles sobre los nuevos tiempos por los que les toca conducir sus negocios. Caras conocidas se mezclaron con responsables de las áreas más tecnológicas de las empresas. Corren buenos tiempos para la economía, al menos para la que se expresa en cifras más globales. Esta semana tanto CEOE-Tenerife como BBVA Research han incrementado las perspectivas de crecimiento del PIB canario para este año, situándolo en el entorno del 3,5%. Eso sí, ambas entidades advierten de que el año próximo será menos bueno, por lo que toca aplicarse para tomar el tren digital y rearmarse con el fin de no verse descabalgados por el galope tecnológico.

Lo que, en general, no cambia la digitalización, al menos de momento, es el intercambio entre empresa y cliente. La una vende un bien o presta un servicio y el segundo paga por ello. Eso sí, en vez de poniendo billetes en el mostrador, la compra se sustancia a golpe de clic y cada vez son más las empresas que se suman a esta modalidad. La banca on line, y Bankinter es pionera en ese campo, se ha desarrollado ampliamente durante los últimos 20 años. Tanto en uno como en otro caso, existe un parámetro en el que no cabe ahorrar. "Donde más tenemos que invertir es en seguridad", afirmó el director de Negocios Digitales de Bankinter, Nicolás Moya.

Un solo error en ese ámbito generaría un "escándalo" que cortaría de raíz la aventura digital de una empresa, cuando no toda posibilidad de mantenerse en pie. "No nos lo podemos permitir", insistió el directivo de la entidad bancaria que ayer ofreció una conferencia en el Foro LA PROVINCIA sobre las incertidumbres y oportunidades que genera la digitalización.

El presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara, o el director del Grupo Cordial, Nicolás Villalobos, entre otros, conocieron que su principal ámbito de actuación, el turismo, fue "de las primeras industrias en digitalizarse". Y no obliga esa afirmación a pensar necesariamente en ventas. Moya se declaró seguro de que Ikea no tiene intención de colocar su mercancía a través de la Red, "sin embargo, maneja los datos de sus clientes", por tanto, está digitalizada. Más entonces el turismo, con ese padre Amadeus, desde hace años, y la posibilidad de opinar sobre la calidad del hotel o el apartamento contratado que dan al cliente, más recientemente, páginas web como Tripadvisor.

Amenaza y oportunidad

La amenaza es la oportunidad. Y sobre ese axioma no faltó quien quiso conocer cómo recibe Bankinter la intención de Google de desembarcar en el negocio bancario. Y vuelta al ejemplo de esa Ikea que lo que menos desea es cerrar el grueso de sus ventas en la Red. "No creo que Google pueda prestar", afirmó Nicolás Moya, entre otras cosas porque en banca el riesgo de las operaciones se mide, mucho más desde el estallido de la crisis, con un pie de rey que revela hasta una micra de más o de menos. O lo que es lo mismo, mejor que el zapatero se atenga a sus zapatos y no corra riesgos innecesarios. Sobre todo cuando generar márgenes en la banca se ha puesto casi tan difícil como ver delfines paseando por Triana.

El propio sector financiero brinda ejemplos de digitalización más allá de las ventas. El director de Negocios Digitales de Bankinter explicó que también forma parte de esa forma de relación con la clientela el envío de mensajes de texto al móvil cuando el proceso de aprobación de un crédito hipotecario va quemando etapas.

Si algo ha demostrado el pasado es que la tecnología evoluciona a una velocidad que resultaba impensable. "¿Recuerdan esto?", preguntó Moya al centenar de invitados mientras señalaba en la pantalla un walkman. "Fue un cambio de paradigma", explicó, por cuanto permitió por vez primera escuchar música alejados de los tradicionales aparatos reproductores. Sin embargo, como recordó, no era toda la música la que se podía portar, cuestión que solventó Apple con su iPod. Cambios tan intensos se suceden ahora prácticamente año tras año.

Las propias empresas sufren en carne propia esos cambios. "En 2010 se vendieron en todo el mundo 225 millones de cámaras fotográficas; este, solo quince millones. Imaginen el tamaño de los ajustes que tienen que afrontar esas empresas", explicó el directivo de Bankinter. Por eso la velocidad de adaptación de los negocios resulta primordial y la tecnología viene en ayuda de quienes se ven atropellados.

Y si pueden verse atropelladas las compañías, más si cabe los mayores de la sociedad. Cabría esperar que arrojar la toalla fuera la decisión menos nociva en este caso. Sin embargo, a juicio de Moya, no tiene por qué ser así. De hecho, él entiende que "se va a producir un efecto contagio" de los más jóvenes a los mayores y ese virus de la digitalización va a propagarse con una velocidad mayor que la del envejecimiento de la población.

Ahora bien, la gente de edad impondrá sus reglas para entregarse en brazos de la tecnología. No les valdrá con un Pokémon Go, por más que haya seducido a cientos de millones de milennials de todo el mundo. "Los mayores estarán solo allí donde el servicio les aporte valor", destacó el directivo de Bankinter. Ese concepto de valor es subjetivo pero puede entenderse con un ejemplo: una persona de edad avanzada utilizará Whatsapp desde el momento en que compruebe que esa herramienta le facilita el contacto con sus familiares.

Otra de las cuestiones fundamentales del comercio tradicional erosionada por la era tecnológica es la marca, que "en el mundo digital se asocia más al servicio".

También tuvo tiempo Moya para pronunciarse sobre el futuro de la prensa escrita. Si subsistirá o no el periódico de papel, no constituye, a su juicio, la esencia del debate. Por encima del continente, es decir, el formato en que se ofrece la información, impresa o digital, colocó el contenido y concluyó que "el blog nunca va a competir con los profesionales".

Tanto en este como en el resto de los negocios, Nicolás Moya recomendó readaptarse y pensar en resultados "a largo plazo".

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