La negociación colectiva fue uno de los aspectos del mercado de trabajo que más castigó la reforma laboral que el Gobierno del PP impulsó en el año 2012. Del poder perdido por los sindicatos frente a la patronal dio buena cuenta ayer el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, quien expuso que los incrementos salariales generalizados no tienen cabida en un funcionamiento "real" de las relaciones laborales.

El Foro LA PROVINCIA celebrado ayer en el Hotel Santa Catalina de la capital grancanaria, con el patrocinio de Cajasiete, Astican y RIU, constituyó el marco en el que el máximo dirigente del regulador del sector financiero español expuso sus opiniones en torno a la evolución de la economía y los retos que restan por afrontar. El principal, mantener la cuota de competitividad recuperada en los últimos cinco años.

"Entre 2000 y 2011, el nivel de productividad de España cayó un 40% frente a la media europea", remarcó Linde. Partiendo de ese dato, concluyó que al país no le quedaba otra salida distinta de la devaluación interna para escapar de la encrucijada en la que se encontraba atrapado. "No hay milagros en economía, la corrección era necesaria y ha dado un resultado excelente", expuso el gobernador del Banco de España.

Moderar unos salarios que, a juicio del gobernador del regulador, crecieron hasta hacerse "insostenibles" en los años previos al crack de las economías occidentales, era el "objeto central" que persiguió la reforma laboral del Gobierno Rajoy. Esa línea de actuación fue "apoyada por el Banco de España, pero también lo era cinco o seis años antes de abordarse la reforma", explicó.

En otras palabras, con la política monetaria en manos del Banco Central Europeo (BCE), lo que imposibilitaba la devaluación de la divisa como en anteriores ocasiones, solo podía conseguirse configurar unos precios atractivos capaces de ayudar a España a salir de la crisis por la tradicional vía de las exportaciones pagando menos a los trabajadores. La reforma laboral ensoleró descuelgues unilaterales de los convenios en vigor por parte de las empresas para recortar las nóminas de los empleados; siempre que pudieran justificar pérdidas o, simplemente, previsión de estas.

"No podemos tener un sistema de revisión salarial que deje el despido como única válvula de ajuste", explicó Luis María Linde. En su opinión, incrementar o no las remuneraciones debe ser una cuestión a analizar caso por caso, porque habrá "empresas que puedan subir los salarios" en mayor o menor medida, y otras que en el caso de seguir la misma línea "tendrán que empezar a despedir". De hecho, fue el aumento generalizado de la masa salarial "lo que nos llevó a donde nos llevó", sostuvo Linde.

En esa misma línea, el protagonista ayer del Foro LA PROVINCIA recalcó que la reforma laboral "no se hizo para no subir jamás los salarios, sería disparatado", sino para evitar que los aumentos se apliquen de manera indiscriminada.

En torno a la evolución de la economía en el corto plazo, el gobernador del regulador confirmó el enfriamiento que vaticinan los organismos económicos internacionales para el año próximo. En primer término, porque se desconocen las consecuencias que tendrá la desconexión del Reino Unido de la Unión Europea (UE), lo que restará a los mercados parte del sosiego que demandan para evolucionar. Lo que Linde sí estimó que provocará ese brexit será un impacto en la economía británica durante los dos o tres próximos años y que se traducirá en más paro.

A esta incertidumbre, añadió la que provoca la llegada a la Presidencia de Estados Unidos del magnate Donald Trump. "Tenemos algunas ideas sobre el sentido de algunas de las decisiones que se tomarán, pero poco más", expuso Luis María Linde en referencia al carácter proteccionista que ya ha avanzado la nueva administración norteamericana para su política comercial.

Otro de los puntos calientes que determinarán la marcha de la economía es el referéndum para la reforma constitucional que se celebrará la semana próxima en Italia. "Va a ser un termómetro para medir el avance del populismo y el antieuropeísmo", afirmó el protagonista ayer del Foro LA PROVINCIA.

En consecuencia, el crecimiento en 2017 será menor que el de este año. "Entre un 1,6% y un 1,7%", detalló Linde, en la Eurozona. Todo, en un contexto de baja inflación, una de las circunstancias que "más materia gris consume" en el ámbito de la economía.

Para el gobernador del Banco de España, la globalización es responsables de la ya larga planicie de los precios. "Las empresas ya no compiten con la de al lado, sino con otras lejanas", detalló. Eso determina que se aminoren los costes para poder continuar vendiendo.