Se acabaron las rebajas en el comercio tal y como las conocemos hasta el momento. El Gobierno de Canarias acata las sentencias del Tribunal Constitucional y a partir de ese momento será cada empresario el que determine cuándo y durante cuánto tiempo habrá rebajas en su negocio. Los pequeños comerciantes lamentan la pérdida de una oportunidad para concentrar e incentivar la demanda, si bien consideran que la medida tan solo da carta de naturaleza a una realidad que hasta la fecha se había camuflado bajo la denominación de ofertas.
"Llevamos ya así desde hace unos años", afirmó ayer tras conocer la noticia el presidente de la Federación de Comercio de Las Palmas, Eugenio Sánchez. El colectivo de los pequeños y medianos comerciantes había mantenido hasta la fecha la práctica de declarar dos periodos de rebajas al año, las posteriores a las fechas navideñas y las de verano, porque entendía que les reportaba un beneficio.
Sánchez no oculta que el finiquito a esas ventanas abiertas a la estrategia para atraer a los clientes constituye "un error. Tanto las grandes superficies comerciales como nosotros perdemos fuerza", afirma el también presidente de la Comisión de Comercio Interior de la Cámara de Comercio de Gran Canaria. De ese modo se refería a la imposibilidad de poner en marcha campañas publicitarias anunciando la llegada del abaratamiento de los precios, herramientas que servían para predisponer a los ciudadanos al consumo.
La medida parte del real decreto ley 20/2012 de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad, que daba libertad a los empresarios para poner en marcha cuantas actuaciones comerciales entendieran oportunas con el fin de incrementar las ventas.
En su artículo 25, esa norma ensoleró el "criterio de cada comerciante" para decidir en qué momento abarata los precios de sus productos y por cuánto tiempo, según detalló ayer el Ejecutivo canario en una nota informativa.
Canarias presentó un recurso de inconstitucionalidad contra el real decreto. La Comunidad Autónoma entendía que el legislador le hurtaba competencias que le eran propias y, además, no fue la única región que adoptó esta estrategia. No han obtenido ningún rédito, ya que el Tribunal Constitucional, entiende que "las normas que regulan un marco temporal para el desarrollo de específicas modalidades de ventas, deben considerarse integradas en las que velan por la defensa de la competencia, siendo, por tanto, competencia del Estado".
"Ya sabíamos que iba a ocurrir", confirmó ayer el presidente de Fedeco. Como prueba de que el sector ya había descontado esta decisión, recordó que en la Mesa de Comercio en la que se trató qué festivos podrán abrir sus puertas las tiendas, "se dejó sobre la mesa" el debate en torno a los periodos de rebajas. Ya estaba claro que no tenía sentido negociar acuerdos sobre las fechas porque sabían que, tarde o temprano, el Gobierno de Canarias tendría que acatar las decisiones del Tribunal Constitucional.
No obstante, la Dirección General de Comercio y Consumo del Ejecutivo regional advirtió ayer en una nota de que "las rebajas implican una reducción en los precios y no una disminución de los derechos de los consumidores". Por eso, anunció que seguirá vigilando el cumplimiento de la ley, ya que lo que no cambian son los requisitos que tendrán que cumplir los comerciantes.
Entre ellos, no está permitido vender como artículos rebajados lo que en realidad son saldos (artículos de temporadas anteriores o deteriorados) y promociones. Cada modalidad elegida para atraer a los consumidores debe estar anunciada y bien diferenciada del resto. Por la misma razón, tampoco pueden considerarse rebajas "las ventas en liquidación" por cierre o cambio de negocio.
Además, "si las rebajas no afectan a la totalidad de los productos comercializados, los rebajados deben estar bien identificados y diferenciados del resto" y condición sine qua non para merecer tal consideración es que el género haya formado parte con anterioridad de la oferta habitual del establecimiento y "tener la misma calidad que cuando no estaban rebajados". Para que no existan dudas al respecto, "el precio rebajado debe aparecer junto al precio anterior" en las etiquetas y los escaparates.
