La zafra de la vieja (Sparisoma cretense) trae de cabeza a los pescadores de la Isla. La profundidad mínima de calado del cazonal -arte de pesca pasiva que se practica entre mayo y septiembre con un enmalle de forma rectangular para capturar, principalmente, ejemplares de esta especie- está en el punto de mira del sector pesquero de Gran Canaria. El reglamento de la ley de pesca recoge que la red se fijará, como mínimo, a 30 metros. Sin embargo, los marineros no están de acuerdo y piden al Ejecutivo regional una modificación de la norma.
Los miembros de la Cooperativa de Pescadores de San Cristóbal fueron los primeros en denunciar hace unas semanas el "acoso" al que estaban siendo sometidos por parte de los inspectores de Pesca del Gobierno de Canarias cuando salían a faenar. Su presidente, Yeyo Saavedra, subrayaba que a ese nivel "no se coge nada", mientras que el director general de Pesca, Orlando Umpiérrez, defiende que la profundidad de calado viene dada por el desove de la vieja para evitar esquilmar la especie.
Los pescadores de San Cristóbal recibieron varias multas de 3.600 euros cada una por capturar viejas a una menor profundidad. Pero no era la primera vez que recibían sanciones por un incumplimiento de la normativa. Entre 2014 y 2015 tuvieron que hacer frente al pago de sanciones que alcanzaban los 300 euros.
Esta situación derivó a que en julio del pasado ejercicio se reunieran con Umpiérrez para solicitarle que la profundidad mínima se situase entre los 10 y 15 metros. Sin embargo, para ello es necesario elaborar primero un estudio biológico que concluyera que el cazonal, con ese calado, no causa ningún perjuicio. "Han vuelto a incurrir en las mismas prácticas y se les advirtió que no lo hicieron", explica Umpiérrez, razón por la que las sanciones son ahora más cuantiosas.
Pero es que además, los marineros no están de acuerdo con la técnica que emplean los inspectores para multar. Desde la bahía, los supervisores emplean unas cámaras con dispositivo GPS para determinar la posición en la que se encuentran los pescadores, pero éstos exigen que se suban a bordo de sus embarcaciones y verifiquen desde esa posición la profundidad de calado. Así, afirman, se ajustarían a las variaciones de metros que no se reflejan en los mapas batimétricos.
Ha pasado más de un año de esa reunión con el Ejecutivo regional y esta administración no ha impulsado el informe que puede dar respuesta a las demandas de los pescadores. El Cabildo de Gran Canaria, a través de la Mesa de Pesca, se ha comprometido a elaborarlo. Todas las cofradías y cooperativas de la Isla -a excepción de la de Mogán que no usa ni quiere que se emplee el cazonal en su zona-, han trasladado problemas a la Corporación insular a la hora de cumplir la normativa actual; tanto en aguas interiores, competencia del Gobierno de Canarias, como exteriores, que se encuentran bajo la jurisdicción del Estado.
En Arguineguín se quejan, por ejemplo, de que es complicado pescar a más de 30 metros de profundidad y a menos de 200 metros manteniéndose a dos millas de la costa. En Agaete, en cambio, la zona autorizada para el uso del cazonal se estableció antes de la construcción del muelle actual, que ha quedado ubicado dentro de este área, por lo que reduce el espacio para usar el trasmallo.
Pero a pesar de las quejas de los pescadores, el doctor en Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Juan Castro, advierte que cualquier modificación para incrementar la captura no beneficia al sector. "El ecosistema marino está muy castigado porque la pesca ha sido muy intensiva; pero si permiten que el mar se recupere puedes pescar hasta con las manos", remarca.
Los meses de mayor captura de la vieja son los que abarca el verano. Además de las artes de enmalle, en la zafra también se puede usar la nasa o el anzuelo. Castro explica que precisamente en ese periodo esta especie se concentra en la costa, por lo que poner una red a menor profundidad va a favorecer, apunta, la "captura masiva de ejemplares en fase de reproducción".
Científicos a bordo
- Varios científicos subirán a las embarcaciones de los pescadores en la época autorizada para el uso del cazonal -entre mayo y septiembre- para obtener “datos descriptores” de esta pesquería, como el número de capturas o tallas. El Cabildo de Gran Canaria tiene presupuestado el informe en 50.000 euros, pero aún debe ser aprobado para incluirlo en las cuentas de 2017. El objetivo es avalar con datos técnicos una regulación sostenible de este arte bajo dos premisas. De un lado, que se cubran las necesidades del sector y, de otro, que se consiga ese fin “sin poner en peligro los stocks” de la especie. Con estudios de este tipo se autorizó, por ejemplo, la reducción en Tenerife de la luz de malla del trasmallo -arte de tres paños- para la pesca del salmonete, al pasar de 82 milímetros a una medida que oscila entre los 50 y 60 milímetros en el paño central.
