La crisis política abierta en el Gobierno de Canarias a cuenta de la distribución de los 160 millones del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) ocupó una parte del tradicional discurso navideño que ofreció ayer el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara. El máximo representante de la patronal de Las Palmas exigió a nacionalistas y socialistas "responsabilidad" para empezar a "materializar cuanto antes" las inversiones "en beneficio de la sociedad y del empleo".

En el cóctel previo, Manrique de Lara había advertido de la necesidad de que se reconduzca la situación "antes de fin de año" de una u otra manera. Esto es, bien nacionalistas y socialistas hallan una fórmula que les permita recimentar el acuerdo que mantienen desde el inicio de la legislatura, o bien, el presidente regional, Fernando Clavijo, y su partido -Coalición Canaria- articulan una nueva mayoría parlamentaria que garantice la gobernabilidad. Ya no solo por el Fdcan, sino por derribar cualquier obstáculo que reste fuerza a las negociaciones que se siguen con el Gobierno central para el desembarco de la agenda canaria en los Presupuestos Generales del Estado de 2017.

"¡Hagan política con mayúsculas!" y "¡Canarias lo necesita!" fueron dos exclamaciones que resonaron en el salón Palmeras del Hotel Santa Catalina de la capital grancanaria. El presidente de la CCE explicó que solo a través del "consenso" pueden alcanzarse resultados positivos para el devenir económico del Archipiélago y criticó que el acuerdo fraguado "durante un año" para el reparto de los fondos provenientes de la condonación del Impuesto sobre el Tráfico de Empresas (ITE) durara "apenas una hora".

En definitiva, Manrique de Lara exigió a las administraciones que abandonen cualquier posición que implique dañar la mejora de la economía registrada en los últimos ejercicios. Sobre todo, porque a partir del año próximo el crecimiento no se verá beneficiado por "los vientos de cola" que han supuesto los tipos bajos -la Reserva Federal estadounidense los subió un 0,25% el miércoles- y el petróleo barato, que, al menos en la primera parte de 2017, mantendrá un comportamiento alcistas. Advirtió de que no se busquen enemigos fuera si los políticos isleños no son capaces de generar la tranquilidad necesaria para crecer. Como ejemplo expuso el estado de la educación y sanidad del Archipiélago, gestionadas desde las Islas hace 30 años.

En el plano energético, Agustín Manrique de Lara reiteró la necesidad de que el gas entre en Gran Canaria. A pesar de la rotunda oposición del presidente insular, Antonio Morales (Nueva Canarias), el dirigente empresarial volvió a intentarlo ayer, en esta ocasión dándole forma de convergencia de ideas. "Nos unimos a tu causa, presidente, no queremos que el gas sustituya ni limite el desarrollo de las energías renovables", expuso el máximo representante de la CCE, quien explicó que "Gran Canaria necesita el gas para sus puertos, industria, turismo y para contar con una energía de respaldo con menor coste y emisiones que quemando gasoil".

Manrique de Lara no ahorró en guiños a Morales. Primero aplaudió su gestión: "Valoramos, defendemos y respetamos tu trabajo en beneficio de Gran Canaria". Después restó importancia a los encontronazos: "Las pequeñas diferencias que alguna vez hemos tenido, sin duda han sido fruto de la pasión que ponemos en la defensa de los objetivos que compartimos". Y, por último, ensalzando los esfuerzos por acercar posiciones: "Todos hemos evolucionado nuestro discurso, los dos hemos renunciado a una parte del mismo, esa es la mejor evidencia de que estamos cada día más cerca del consenso".

También guardó en su discurso un espacio para lanzar al sector público el aviso de que la clase empresarial se mantiene atenta para comprobar que realiza el ajuste que resta. "El esfuerzo de la recuperación de la actividad empresarial que hemos hecho no es para que nos expriman las administraciones públicas evitando acometer las reformas pendientes", advirtió el dirigente empresarial.

Además, aludió a los escándalos judiciales que se han sucedido en los últimos meses al exponer la necesidad de que se respeten las reglas del juego para que las empresas puedan operar con tranquilidad. "La administración pública, incluida la de Justicia, debe transmitir confianza y seguridad", expuso.

En esa misma línea demandó que la competencia esté garantizada por unas reglas del juego que todos respeten. Por ello, mostró la disposición de la CCE a ser "firme y muy activa en la lucha contra el fraude y la economía sumergida". Además, explicitó que la organización que preside no se siente representante "de los que operan al margen de la legalidad". Incluso, negó la condición de empresarios a quienes ejercen la competencia desleal mediante la explotación de los trabajadores y la desatención de las obligaciones sociales y fiscales.

Tampoco olvidó Manrique de Lara en su discurso a las organizaciones sindicales, de las que destacó "su profesionalidad, moderación y trabajo comprometido en defensa de los trabajadores". Además, avanzó que ambas partes incorporarán "cambios muy importantes al diálogo social". Eso sí, demandó más "formación" para los "negociadores de convenios colectivos".

El presidente de la CCE dividió la consecución de objetivos para 2017 en tres grandes bloques: tamaño, digitalización e internacionalización. "Necesitamos un marco fiscal y legal que facilite el crecimiento de las empresas", expuso como garantía para alcanzar los dos hitos restantes. A través de la digitalización los empresarios lograrán mayores cotas de competitividad y creación de empleo, mientras que la internacionalización abrirá horizontes además de ser síntoma de buena salud de los negocios.