Margarita Ramos, catedrática de Derecho del Trabajo de la Universidad de La Laguna (ULL), cree que la medida propuesta por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, para fijar la finalización de la jornada laboral a las seis de la tarde "sería muy buena a largo plazo". No en vano, la que fuera consejera de Empleo en parte del último mandato de Paulino Rivero al frente del Gobierno canario recuerda que el tiempo de permanencia en el puesto de trabajo es en España mayor que en la mayoría de países del entorno. Con todo, Ramos hace varias puntualizaciones, no precisamente menores, sobre la idea de Báñez.
En primer lugar hace hincapié en que la eficacia de la medida exigiría "un gran pacto con los agentes sociales", lo que previamente precisa "retroceder" en la reforma laboral de 2012 y, en definitiva, "reforzar la negociación colectiva sectorial". Así pues, y en la línea de la reclamación de los sindicatos, la exconsejera considera que con el actual marco normativo, "que ha dado prioridad a la negociación en el seno de cada empresa", la propuesta de Báñez -artífice de la reforma laboral- no podría llevarse a efecto con éxito. "Sin estas modificaciones, sin reformar la negociación colectiva, es muy difícil. ¿Qué puede hacer un solo trabajador?", se pregunta.
Pero, además, la experta en Derecho del Trabajo insiste también en que una medida de tal calado no solo es materia laboral, sino estrictamente social, ya que habría que "coordinar" o readaptar horarios de transportes, de servicios públicos, etcétera. Y todo ello sin olvidar que hay sectores, como los servicios, "en que es muy difícil que pueda concentrarse o acumularse la jornada".
De momento, Ramos apunta dos medidas "potentes" que sí podrían aplicarse: la adaptación de la jornada y la flexibilidad horaria (adelantar o retrasar la entrada, facilitar cambios de turnos...).
