¿Desde cuándo llevaba en la FEHT?

Entré en 1996 como secretario general durante un año y he sido presidente hasta el pasado 31 de diciembre.

¿Pensó alguna vez que estaría tantos años?

Qué va. Estuve cuando era muy joven en los inicios de las asociaciones y de la propia federación como empresario extrahotelero y del sector de la restauración. Hablo de finales de los años 70, acababa de terminar la dictadura y se abría paso el libre asociacionismo, que me interesó mucho. Fui miembro de las directivas de casi todas las asociaciones de la federación mientras ejercía al mismo tiempo como empresario. Casi veinte años más tarde me dieron la oportunidad de trabajar como ejecutivo en esta casa y no me lo pensé demasiado.

¿Qué tal la experiencia?

Muy positiva. Empecé muy joven en este sector y eso me sirvió para conocerlo. He podido apoyar al turismo con proyectos e ideas, y eso es muy reconfortante. Me ha tocado presidir muchas juntas directivas diferentes con distintos empresarios, no ha habido grandes conflictos y me han dejado trabajar; todos me han apoyado y me han mostrado su cariño. Evidentemente, hemos sufrido crisis como todo el mundo, pero las hemos superado. Hoy en día la FEHT está pasando por un momento dulce como el conjunto del sector, estamos muy cohesionados. Desde luego esta ha sido una época feliz y enriquecedora que ha cubierto mis expectativas.

¿Ha cambiado mucho el negocio en este tiempo?

Ha habido cambios importantes, al menos tres generacionales y no hablo solo como presidente ejecutivo de la FEHT. En 1978, cuando se creó, las personas que componían el equipo inicial dieron paso, unos años más tarde, a los jovencitos que empezamos en aquella época y ahora yo se lo doy a la generación que hoy dirige los establecimientos. Estos son hijos o, incluso, nietos de los que en los 70 desembarcaron, procedentes del comercio, la agricultura o el puerto, por ejemplo, en una actividad que era nueva. Han ido a la universidad, han estudiado turismo, idiomas, conocen perfectamente todos los mercados y son profesionales. En lo que se refiere al negocio, se ha pasado de aquellos tiempos en los que había un tercio de los turistas que llegan hoy y primaban los apartamentos, a la industria hotelera que tenemos hoy, de extraordinaria calidad y con cadenas que compiten también en otras zonas del mundo como Europa y el Caribe.

¿Cómo queda la FEHT ahora?

El presidente ahora es José María Mañaricua, también presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros. Así se mantendrá hasta que haya un proceso electoral, que se producirá después de modificar los estatutos de la FEHT.

¿Para qué?

Porque actualmente contemplan la contratación de un presidente ejecutivo. Cuando se haga el cambio, se convocarán unas elecciones y se elegirá presidente.

¿Por qué es presidente Mañaricua si él es un empresario?

El propio estatuto contempla que en ausencia del presidente ejecutivo, por la razón que sea, en este caso mi jubilación, pasa a ostentar el cargo el vicepresidente primero.

¿En qué plazo se culminará todo el proceso?

No tiene un plazo. Imagino que se completará a lo largo de este año.

¿No es posible mantener los estatutos como están y contratar otro presidente ejecutivo?

Habría sido posible, pero la directiva ha decidido un cambio.

¿A qué se va a dedicar a partir de ahora?

Entre otras cuestiones, a descansar un poco, que ya está bien (Risas). Cuando llega este momento y estás todavía en los comienzos de una nueva situación, piensas hacer de todo, sin embargo, la experiencia de los que conozco que se han jubilado es que luego tampoco te da tiempo a hacer muchas cosas. Sí me gustaría seguir en contacto con el sector turístico, estar al tanto de lo que pasa. Además, tengo tres hijos, cinco nietos, una mujer y una madre a los que en los últimos años no he podido dedicar todo el tiempo que me habría gustado, y también aficiones personales como la lectura o viajar.