Un círculo vicioso es una situación que no se sabe romper, por lo que se repite siempre la misma historia. En él entran en ocasiones algunas demandas históricas de Canarias al Estado. Cada legislatura comienza y termina igual: se eleva el tono reivindicativo en campaña, se tienden puentes en los primeros tiempos y, a partir de ahí, se dilatan las negociaciones y se empantana la solución.
La metáfora del círculo es de libro en lo que respecta a la gestión de los aeropuertos canarios. El nuevo ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, pasó por las Islas antes de finalizar el año para hablar de las muchas e importantes cuestiones que tiene pendientes con Canarias: carreteras, puertos y aeropuertos. En esta ocasión, las inversiones en carreteras fueron el eje entorno al que giró la visita del sustituto de Ana Pastor, la anterior ministra de Fomento con la que Canarias no logró avanzar un ápice en sus demandas en la anterior legislatura.
El presidente Fernando Clavijo recordó al ministro la necesidad de la incorporación efectiva de Canarias en la toma de decisiones sobre inversión y gestión de los aeropuertos canarios, como "un sistema aeroportuario diferenciado dentro de la red de AENA". La misma "cogestión aeroportuaria" le planteó una semana después Baleares, en la visita que también realizó a las otras islas.
Pero lejos de despejar dudas o comprometerse con las comundiades autónomas más reivindicativas con la política aérea del Gobierno (Cataluña, además de los dos archipiélagos), Íñigo de la Serna ha dejado abierta estos días la posibilidad de sacar una parte adicional de AENA a bolsa, es decir privatizar parte del 51% que aún conserva el Estado en el gestor aéreo: "La posibilidad está encima de la mesa, aunque todavía no tengo una opinión formada", señaló el ministro, que reconoció además que "hay una voluntad de internacionalización de la compañía, pero sin la privatización será complicado competir en el exterior".
¿Qué supondría para Canarias esta decisión? En realidad la clave del futuro aeroportuario de las Islas depende más de descentralización o no del modelo por el que finalmente se opte que de la propia privatización del ente público.
Usuarios frente a accionistas
La llegada del PP al Gobierno estatal supuso de hecho un cambio respecto a las previsiones del anterior ministro socialista de Fomento, José Blanco, que se mostró dispuesto a negociar la división de AENA en sistemas aeroportuarios regionales. Al reformar el ente público, el PP impuso sin embargo un modelo centralizado, inédito en el conjunto de los sistemas aeroportuarios europeos. La escasa rentabilidad de muchos de los aeropuertos españoles ("23 ganan y 23 pierden en la caja común", según un informe sobre competitividad aeroportuaria elaborado por Fedea), llevó a Fomento a optar por la centralización de la red aérea, con Madrid como el principal centro de operaciones.
Como se recordará, cuando el Estado sacó a bolsa el 49% de AENA en febrero de 2015 recaudó 4.263 millones de euros con la operación. Solo en su primer día como empresa cotizada, AENA se disparó y subió más de un 20% hasta los 70 euros por acción (frente a los 58 fijados en la oferta de salida).
Hoy, AENA gestiona aeropuertos con récords de tráfico: a falta de computar diciembre,han pasado por su red de aeropuertos 215 millones de pasajeros. Gana sobretodo Barajas, su gran apuesta centralista, pero también Canarias (36,9 millones hasta noviembre). Ayer mismo, los contraladores aéreos lanzaron un twitter sobre su previsión de "récord histórico en espacio aéreo de Canarias. Casi 1300 vuelos/sobrevuelos programados para el día de hoy".
Este intenso tráfico en la red aeroportuaria española dará a los inversores privados de AENA unos dividendos sustanciosos. La congelación de las tarifas frente a la reducción reclamada por todos los operadores y la propia Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, forma parte del debate sobre el conflicto de intereses entre los usuarios y los accionistas.
Iñigo de la Serna sostiene que aún no hay nada decidido y que el tema es "complejo", pero diversas fuentes sostiene que Mariano Rajoy sopesa sacar a la venta otro 20% de las acciones que aún controla el Estado. AENA dejaría de ser empresa pública.
En campaña, Clavijo criticó duramente "el portazo al diálogo" que había dado el PP ante las reivindicaciones canarias y concluyó que "Canarias no puede seguir siendo rehén de AENA". La complejidad de la que habla el ministro no es otra que la pérdida de mayoría del PP, equivalente a una pérdida de capacidad para imponer un modelo no ha tenido en cuenta las singularidades regionales.
