Desde que el pasado mes de junio los ciudadanos británicos decidieron en las urnas la salida de su país de la Unión Europea (UE), se dispararon las alarmas por el posible impacto que esa circunstancia podría tener sobre el negocio alojativo del Archipiélago. Sin embargo, a la vista de los datos ofrecidos ayer por la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, la amenaza, que existe, no se ha concretado en una caída de la llegada de visitantes del Reino Unido. Las Islas recibieron el pasado año 1.651.171 viajeros foráneos más que en 2015 y, de ellos, 775.692 (47%) procedían de Gran Bretaña.
Canarias recibió en 2016 a 13.416.398 pasajeros foráneos, un 14,03% más que en un año antes. Poco más de cinco millones de ellos tenían pasaporte británico. El perfil del visitante de ese país es menos sensible al precio que el alemán, pero los expertos coinciden en afirmar que antes o después tendrá que notarse el descenso de la renta disponible por la devaluación de la libra con que los mercados han castigado la incertidumbre creada en torno a un proceso de desconexión del que hasta el momento se desconocen todos los detalles. Basta saber que el diario The Guardian publicó ayer que el propio Gobierno de Theresa May acepta ya que el Tribunal Supremo le obligará a contar con la aprobación del Parlamento para dar carta de naturaleza al brexit; hasta ese grado llegan las incógnitas.
Sin embargo, durante ya más de medio año los ciudadanos del Reino Unido tienen que poner más libras encima de la mesa para poder viajar a Canarias y la aportación del principal mercado turístico, lejos de aflojar, repunta. Lo explica la lejanía del momento en que podrán volver a competir a pleno pulmón los destinos competidores norteafricanos y Turquía, circunstancia que motiva que incluso las reservas para las próximas temporadas estival e invernal continúen creciendo.
El segundo mercado en número de visitantes, Alemania, también se anotó un crecimiento. Cierto que menor, pero de dos dígitos (10,37%). Llegaron a las Islas 3,16 millones de germanos, 297.559 más que en el ejercicio anterior.
Las buenas noticias también alcanzaron a los países nórdicos. Los cuatro países que integran dicho mercado cerraron en positivo, circunstancia que no sucedía desde que el despeñamiento del precio del petróleo llenó de problemas la economía noruega. Los ciudadanos llegados de ese país superaron en un 0,33% a los que arribaron en 2015. Daneses (7,95% más), suecos (5,14%) y finlandeses (4,11%) también aportaron su granito al incremento general de llegadas.
Como venía anunciando a lo largo del año, Holanda se afianzó como tercer mercado puro (los nórdicos recogen la suma de los cuatro mencionados países). Un total de 584.874 neerlandeses se decantaron por el Archipiélago para descansar, 130.747 más (28,79%) que a lo largo de 2015.
En cuanto a los llamados emergentes, los que crecieron al calor de la Primavera Árabe y forman parte importante de la estrategia promocional del Gobierno canario, Polonia se anotó el mayor avance en términos relativos (35,46%), seguido por Italia (23,31%), que superó a Francia al cierre del año en número absoluto de viajeros; 472.462 de aquellos por 450.497 galos, que parecen haber tocado techo a la luz del modesto incremento logrado durante el año pasado (5,23%).
Por islas, Gran Canaria (15,02%) y Tenerife (15,03%) prácticamente bebieron del éxito con la misma intensidad. En valores absolutos, como es habitual, fue la última de ellas, con 4,84 millones la que mayor número de visitantes extranjeros recibió, por 3,76 millones de Gran Canaria. Fuerteventura (13,06%) y Lanzarote (10,42%) alcanzaron avances más modestos.
