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La reina del 'sushi' en España es más canaria que el gofio

La tinerfeña Natacha Apolinario fundó, junto a otros dos socios, la compañía que vende comida japonesa a las grandes cadenas de distribución

La reina del 'sushi' en España es más canaria que el gofio

Detrás de uno de los negocios pioneros en el sector gastronómico de España se encuentra el ingenio canario. La empresa Sushita, que surgió en 1999 en Madrid para vender sushi fresco a través de las principales cadenas de distribución, sorprendió al país con una apuesta original en una época, finales del siglo XX, en la que aún no había desembarcado la moda por la comida nipona. Comenzó con apenas tres empleados y ahora, tras una trayectoria de 18 años, cerró 2016 con 180 trabajadores, una facturación de más de siete millones de euros, una inversión en fábrica de 200.000 euros y capacidad para fabricar hasta 4.000 bandejas de sushi al día. La tinerfeña Natacha Apolinario, junto a los hermanos Sandra y José Manuel Segimón, fundó este negocio que ha sabido diversificar una actividad que tiene a punto el salto al Caribe de la mano de diversas cadenas hoteleras. De padre vasco y madre canaria, Apolinario vivió hasta los siete años en Santa Cruz de Tenerife, momento en el que su familia se mudó a la capital española. Ni la distancia, ni el tiempo han impedido que esta empresaria de éxito viaje a la tierra de su familia materna cada puente y verano para fundirse con sus raíces isleñas en La Orotava.

La trayectoria profesional de Apolinario previa al arranque de Sushita fue vital para que apareciera la idea de negocio. La canaria estudió Económicas en EEUU, donde se graduó en 1985. Trabajó durante dos años en Philips hasta que decidió zambullirse en el mundo de las finanzas, donde ejerció como broker durante más de diez años. Los traslados a diferentes ciudades europeas y norteamericanas que llevaba aparejada su profesión le permitió descubrir otras culturas, estilos de vida y gustos. "Al viajar, te das cuenta de las tendencias que existen en alimentación", expone. Y pese a poseer una visión cosmopolita, Apolinario jamás pierde de vista al Archipiélago, presente en proyectos futuros.

El primer cliente

Los tres socios fundadores, tras armarse de valor, decidieron poner toda la carne en el asador por una empresa que tuvo como primer cliente al Grupo Vips, al que suministraban de sushi fresco. "Nos llamaban locas", recuerda Apolinario, quien comenzó en Sushita haciendo de todo: comprando en el mercado, repartiendo pedidos a las distribuidoras, haciendo albaranes o reuniéndose con clientes. Con el paso del tiempo, la empresaria relata que esa experiencia, al partir de cero, le permitió tener una amplia perspectiva de cada eslabón de producción de la cadena.

La sede de la compañía está situada en el municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes. Para comprar esas instalaciones tuvieron que pedir un préstamo de 100 millones de las antiguas pesetas (600.000 euros). "¡Empezamos con facturaciones de risa que no nos daba para pagar la deuda!" apunta. La realidad ahora es muy distinta. En 2016 el volumen de negocios rebasó los siete millones de euros, un 39% más que el año anterior. Según la empresaria tinerfeña, para este ejercicio el objetivo es alcanzar los nueve millones. En la consecución de este fin será determinante la demanda por parte de su amplia cartera de clientes, entre las que se encuentra las principales cadenas de distribución del país como Carrefour, Alcampo, El Día o Supersol.

"No paramos de crecer porque nos hemos reinventado constantemente", sostiene. No en vano, Shusita, que comenzó comercializando sushi fresco, elabora en la actualidad una amplia gama de preparados asiáticos adaptados a diferentes necesidades. Así, la empresa ya vende productos termosellados (sushi, dim sum y platos de cocina asiática con caducidad entre siete y 28 días), una gama de secos ideada para elaborar sushi en casa, un combinado de salsas orientales para acompañar los platos de la cocina asiática y el sushi congelado, la última propuesta de éxito de la empresa. Ésta fue lanzada al mercado el año pasado y facturaron medio millón de euros, "mucho más" de lo que los socios imaginaban en un primer momento.

En el triunfo de esta nueva línea de negocio fue fundamental la acogida de las cadenas hoteleras. Desde hace cinco años ya suministraban sushi fresco a hoteles de grandes grupos como Meliá y Barceló, pero siempre situados en Madrid, Barcelona y la Costa del Sol.

El producto caduca a las 24 horas, por lo que no es posible trasladarlo a grandes distancias. Para contrarrestar esta corta caducidad, Apolinario explica que durante año y medio investigaron la fórmula idónea para ofrecer el sushi congelado (con seis meses de duración) sin que perdiera ápice de calidad. Cuando dieron con la clave, lo introdujeron en los establecimientos con los que ya trabajaban y en otros pertenecientes a Iberostar, NH, Vincci y cadenas más pequeñas ubicadas en Canarias, Baleares, el Levante y la Costa Brava.

Para este año, además, Sushita proyecta dar el salto al Caribe a través de las mismas cadenas hoteleras radicadas en América Latina. Cuba, República Dominicana y México son los nuevos mercados en los que pretender desembarcar pronto. "Hay que pasar controles de calidad, mostrar certificados de los procedimientos y materias primas", aduce, "pero lo conseguiremos".

Platos con toque canario

En 2014 Sushita también decidió apostar por el sector de la restauración. El primer establecimiento lo abrió en la Ciudad de las Comunicaciones de Telefónica y luego llegaron los de las calles Alberto Aguilera, Miguel Ángel y el centro comercial Parquesur. Todos ubicados en Madrid y con servicio añadido de take away. El uno de mayo, además, inaugurarán otro en el Paseo de la Habana, junto al estadio Santiago Bernabéu. La carta está compuesta por platos de comida asiática de fusión e incorporará, en este último establecimiento, la gastronomía canaria. Los clientes podrán degustar brochetas de carne de wagyu (vaca japonesa) con mojo picón. "También pensamos en hacer postres con plátano de Canarias", añade, "porque lo isleño lo tengo siempre muy presente". De momento no tienen pensado establecerse fuera de la capital española, pero Apolinario avanza que, aunque sea solo una idea, Sushita no descarta abrir una fábrica en las Islas para surtir a los hoteles del Archipiélago. "Siempre he estado ligado a las Islas y no las pierdo de vista", concluye.

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