Los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) en Canarias se sumaron ayer a las movilizaciones convocadas en las grandes ciudades del país para exigir empleos y salarios dignos, con medidas para atajar la pobreza de trabajadores y pensionistas, ante los incrementos de los precios de los suministros básicos. Exigen a la patronal que se siente a negociar subidas salariales que permitan recuperar poder adquisitivo. Los sindicatos no descartan que concluyan en una huelga si no hay negociación.

Los representantes canarios de ambos sindicatos se concentraron ayer en el parque de Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria y en la plaza Weyler de Santa Cruz de Tenerife para protestar por el empobrecimiento que genera la inflación frente al nulo crecimiento de los salarios y pensiones y el aumento de la precariedad laboral.

En la capital tinerfeña el secretario general de CCOO en Canarias, Carmelo Jorge, recordó que las concentraciones continuarán el miércoles próximo ante las sedes de CEOE y CCE en Tenerife y Gran Canaria, respectivamente, y destacó que el motivo de las protestas responde a que quienes peor lo han pasado durante la crisis vuelven a quedarse atrás cuando se inicia la recuperación, informa Efe.

Carmelo Jorge señala que la finalidad de estas movilizaciones es forzar un proceso de negociación, y si ese paso se produce y de él se desprenden acuerdos "razonables" se logrará el objetivo, pero si no es así no se descarta convocar una huelga.

El secretario general de UGT en Canarias, Gustavo Santana, que participó en la concentración celebrada en la capital grancanaria, insistió en que "ya no hay excusas" para no trasladar el crecimiento económico al empleo y a mejorar su calidad. Santana recalcó que el Gobierno central debe dejar de "hacer piruetas" para evitar el diálogo social y hablar de la recuperación de los derechos laborales perdidos en la crisis con las reformas, que han generado una precariedad "alarmante" en el empleo.

Exige también a la patronal que se siente a negociar las subidas salariales para este año y siguientes, que deben oscilar entre un 1,8 y un 3%, para poder satisfacer las necesidades de los trabajadores.

En Madrid unas 10.000 personas, según los sindicatos, y 1.500, según la Delegación de Gobierno, secundaron el acto en el que no participaron políticos de primera línea.