El exministro y expresidente de Bankia Rodrigo Rato y el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa no entrarán en prisión para cumplir sus condenas por las tarjetas opacas (cuatro años y medio de cárcel y seis años, respectivamente ) hasta que se pronuncie el Tribunal Supremo sobre los recursos formulados por ambos. La Audiencia Nacional los dejó ayer libres sin aplicar medida cautelar alguna, argumentando que uno y otro han tenido un comportamiento "intachable y cabal" durante todo el procedimiento del caso de las black, tarjetas ocultas al Fisco que durante años utilizaron decenas de consejeros y directivos para gastos personales (12 millones de euros) a cuenta de Caja Madrid y de Bankia.

La Fiscalía había solicitado prisión eludible mediante fianza de hasta 200.000 euros para Miguel Blesa y ninguna medida para Rodrigo Rato. Una de las acusaciones populares pedía, en cambio, el ingreso en prisión de ambos.

El tribunal consideró que la sentencia condenatoria por sí sola no da lugar a modificar la situación personal de Blesa, "más aún", dice, "cuando su comportamien-to procesal ha sido intachable, cuando sus bienes se encuentran embargados y cuando sus circunstancias personales revelan inequívocamente un arraigo en su país en todos los órdenes de la vida".

De Rato, la Sala concluye que su comportamiento ha sido "absolutamente cabal" y no se vislumbra riesgo alguno de sustracción al proceso por lo que sería "aventurado e inconsciente" modificar su situación personal.

Los magistrados no vislumbran que exista riesgo de fuga para ninguno de los dos pese a tener cuentas pendientes en sendos juzgados ordinarios de instrucción de Madrid. En concreto Rato sigue imputado en la pieza principal del caso Bankia mientras que Blesa es investigado en la pieza de participaciones preferentes. Asimismo, el exministro de Hacienda está siendo investigado por otro Juzgado de Madrid por presunto delito fiscal y otras conductas ilícitas relacionadas con su patrimonio personal.

Tras conocerse el auto el presidente de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), Gonzalo Postigo, aseguró sentir "estupor". Esta acusación popular, que había solicitado a la Sala prisión incondicional tanto para Blesa como para Rato al entender que existe riesgo de fuga, ya ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo y reclama mayores penas. También ha anunciado que harán lo propio los principales condenados: ambos expresidentes de la entidad madrileña, y el exdirigente de Izquierda Unida y exvicepresidente de la caja José Antonio Moral Santín.

Miguel Blesa y Rodrigo Rato, recibidos con abucheos al grito de 'ladrones' a su llegada en la mañana de ayer a la Audiencia Nacional, fueron igualmente increpados cuando abandonaron las dependencias judiciales poco después de concluir sus respectivas vistas, que apenas duraron 20 minutos cada una. A ambos se les impuso las penas máximas por delito continuado de apropiación indebida y se les acusó de quebrar la lealtad que la entidad luego nacionalizada depositó en ellos.

La sentencia, de la que fue ponente la magistrada Teresa Palacios y que recoge la condena de los 65 ex altos cargos y directivos de Caja Madrid y Bankia, fundamentó la condena a todos los beneficiarios en el uso personal que hicieron de las Visas que recibieron a su llegada a la entidad nacionalizada entre 1999 y 2012, si bien solo se juzga desde 2003 debido a que los delitos cometidos previamente habrían prescrito.

El tribunal determinó que la práctica nacida bajo un acuerdo del Consejo de Administración del 24 de mayo de 1988 acabó derivando en un sistema con el que se dilapidó el patrimonio de Caja Madrid. En concreto reprochó a los acusados que perpetuaran en el tiempo esta práctica y no la eliminaran y que no era de recibo que estas personas "altamente cualificadas" sostuvieran abiertamente que podían hacer uso de unas tarjetas de empresa integradas en su salario.

Pese al argumentario de los acusados, el tribunal consideró probado que fueron colaboradores de una práctica oculta a los supervisores y señaló especialmente a Miguel Blesa y a Rodrigo Rato, de quienes dijo que se situaban en el "punto de partida de la distracción de fondos de la entidad. "La lealtad quebrada se hace evidente, por anteponerse los fines personales a los intereses sociales que eran los bancarios y no otros", precisa la resolución.