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La industria canaria apaga las luces

Los elevados precios de la electricidad en el mercado mayorista disparan los costes de producción

La industria canaria apaga las luces

El precio de la luz en el mercado mayorista se ha disparado hasta cifras insospechadas hasta hace poco, hasta el punto de que el incremento del precio del megavatio/hora superó el 100%, es decir, más que se duplicó el pasado enero. Un extraordinario aumento que golpea duramente el bolsillo de los ciudadanos pero también la caja de las empresas y, especialmente, la de las industrias, que a los problemas inherentes a la lejanía y la insularidad de la Comunidad Autónoma suman ahora el del desorbitado precio de la electricidad. Desde el empresariado de una y otra provincia avisan que la factura de sus negocios incluso ha llegado a duplicarse y coinciden en la "preocupación" que genera el descontrol de precios, un coste excesivo que incluso podría acabar por repercutirse al cliente final.

Desde la Asociación Industrial de Canarias (Asinca) explicaron que precisamente los "extracostes" de la electricidad están entre las principales preocupaciones del sector, una "preocupación" en la que hace hincapié el secretario general de la Federación Provincial de la Pequeña y Mediana Empresa del Metal y Nuevas Tecnologías de Las Palmas (Femepa), Juan Carlos Betancor, quien apunta que lo "idóneo" en la actual situación "sería que la Administración tuviera un control sobre los precios". No en vano, Betancor recuerda que cualquier subida en los precios de la electricidad repercute en los costes de la industria, de modo que una subida "tan significativa" como la que viene registrándose en los últimos meses incluso podría, de no corregirse, encarecer los precios que soporta el cliente final. "Lo ideal sería que la luz bajara ya, para que ese coste extra no tuviera que trasladarse al precio final", subraya el secretario general de Femepa, que ahonda en que esto terminará por ocurrir en mayor o menor medida, si el escenario no cambia antes, en el caso de las pymes industriales que operan en locales fijos, donde el coste de la electricidad es "significativo".

En esta línea, el industrial José Luis García, expresidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife y expresidente también de la Federación de Empresarios del Metal y Nuevas Tecnologías de Tenerife (Femete), expone que el alto coste de la electricidad es incluso más gravoso para el sector en la Comunidad Autónoma, donde las industrias no tienen la dimensión de las de territorios como Galicia o el País Vasco, por ejemplo. García reconoce abiertamente que la factura de la luz en sus propias empresas ha llegado a duplicarse en las últimas fechas, un factor más que viene a complicar la actividad industrial en el Archipiélago, en especial la de las pequeñas y medianas empresas de sectores como el del metal. "La situación es grave", subraya el empresario, que, como también el secretario general de la patronal de Las Palmas, apuesta por intervenir -"hay que regularlo", dice- cuando los costes de producción, como los de la electricidad, experimenten una subida tan extrema como la de las últimas semanas. Es más, José Luis García asegura que los problemas con el precio de la luz vienen de algo más atrás. "El contador marca cada vez más desde la instalación de los contadores digitales", puso énfasis el industrial tinerfeño.

El expresidente de la Cámara de Comercio y de la patronal del metal Femete afirma incluso que el incremento de los costes de producción, ya no únicamente el de la electricidad, están lastrando sobremanera la actividad y los beneficios de muchas industrias del Archipiélago: "Yo no he notado todavía que se haya salido de la crisis por el aumento de costes; la situación es complicada, porque si lo que antes me costaba tres ahora me cuesta cinco...", se lamenta el empresario.

Un problema generalizado

El problema de los precios de la electricidad se extiende, no obstante, a todo el país y cobra dimensiones casi dramáticas en territorios eminentemente industriales, donde el peso del sector secundario supera con creces el 7,1% que aporta al Producto Interior Bruto (PIB) en las Islas. Tan es así, que ya han trascendido casos de grandes industrias que incluso han tenido que reordenar sus horarios de producción para ajustarlos a las horas en que la luz está más barata y ahorrar así en costes.

Ya en enero, justo en medio de la escalada del precio de la electricidad hasta duplicarse el megavatio/hora, la patronal de las cementeras del país, Oficemen, alertó de que la fuerte subida del recibo de la luz amenaza con desembocar en el cierre de algunas de las 35 fábricas que el sector tiene distribuidas por la geografía nacional. En el caso del cemento, muchas de las empresas llevan en el alambre varios años por los fuertes recortes de la inversión en obra pública, de modo que un incremento inesperado y excesivo de los costes de producción puede ser la puntilla.

Desde la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE) también vienen advirtiendo de la importancia de que la industria "disponga de un precio eléctrico competitivo, estable y predecible". En esta línea, en la asociación, que integra a empresas como Arcelormittal, Alcoa, Megasa o Sidenor, entre otras, creen necesario, al hilo de lo argumentado desde las Islas, "acometer modificaciones regulatorias que permitan la convergencia de precios con los mercados europeos, no solo en los momentos de tensión". En la asociación aseguran, de hecho, que han podido constatar diferencias "superiores al 30%" respecto al resto de países de la Unión Europea.

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