Marruecos quiere convertirse en el gran puente económico entre la UE y África y en punto de referencia clave también para la entrada de las inversiones internacionales en el continente y cree que Canarias puede jugar un papel determinante. El Gobierno de Rabat valora la gran relación comercial con las Islas y la importante presencia de empresas canarias en el país y en toda la comarca, pero considera que hay aún más potencial de inversión no solo en la zona, sino en el conjunto del continente. De hecho, Marruecos está emprendiendo una ofensiva diplomática a todos los niveles para trasladar un mensaje a toda la UE, pero en especial a España y en particular a Canarias, sobre el "enorme potencial" de África para los próximos años, y recuerda, en este sentido, la enorme penetración de capitales que se están propiciando desde países como China, Rusia y EEUU.
El Gobierno magrebí cree que las más de mil empresas españolas en Marruecos, de ellas casi cien canarias, deben ampliar su horizonte sobre posibles futuras inversiones tanto en el ámbito geográfico, como sectorial (energético, sanitario, agrícola, financiero y turístico, entre otros) y considera, además, que una de las zonas con gran potencial económicos y de desarrollo es el Sahara Occidental, territorio en el que, según fuentes diplomáticas, ya se están produciendo importantes movimientos empresariales sobre todo procedentes de China, pero también norteamericanos y rusos.
El régimen del rey Mohamed VI pretende, de esta forma, reactivar la economía del territorio saharaui para intentar acelerar el proceso de integración definitiva en el Estado marroquí a través de la 'autonomía avanzada' que está dispuesta a conceder a la excolonia española.
El Gobierno marroquí valora el gran desarrollo de las relaciones económicas y comerciales con Canarias en los últimos años y recalca la importancia de la creciente conectividad entre ambas partes tanto aérea como marítima, que se incrementará tras la apertura del puerto de Tarfaya "en apenas unos días" y dentro del plazo inicialmente previsto de marzo de este año, según fuentes de la administración marroquí.
Línea con Tarfaya
La apertura de esta línea se presenta como una gran oportunidad dado el potencial que podría impulsar para que empresas del Archipiélago intensifiquen su presencia en Marruecos. Los gobiernos canario y marroquí comparten la idea de que Canarias no sólo debe aprovechar la oportunidad para que las empresas canarias inviertan en el país vecino y en el conjunto de África, sino para que sirvan de plataforma para las inversiones de otros países. Ambas partes abordaron hace casi un año la posibilidad de que el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, realizara su primera visita oficial a Marruecos lo antes posible, pero los imponderables políticos lo han ido retrasando, especialmente el hecho de que el ganador de las elecciones de octubre en el país, el islamista Addelijah Benkirán, del Partido Justicia y Desarrollo, no haya conseguido aún, cinco meses después, formar una coalición de gobierno.
Aunque la visita no tiene por ahora horizonte, la embajada marroquí en España, que dirige desde 2014 Fadel Benyaich, un amigo personal del monarca alauita y de madre española, había pedido a Clavijo esperar a que se formara gobierno para empezar a prepararla. Con todo, cabe recordar que los reyes de España, Felipe VI y doña Leticia, tienen previsto realizar una visita de Estado al país vecino en el segundo semestre del año.
Cumbre internacional
Marruecos está dispuesto en todo caso a apoyar la celebración de una cumbre España-África como la que el ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, ha anunciado para, a ser posible, finales de año, y de la que el propio Felipe VI dio cuenta recientemente durante la recepción al cuerpo diplomático acreditado. Fuentes diplomáticas aseguran que el Gobierno marroquí aceptarían de buen grado que esa cumbre se pudiera celebrar en Canarias, tal como ha solicitado el gobierno regional con motivo del décimo aniversario de la creación de Casa África.
En todo caso, Rabat cree que a efectos de dinamización de los programas de cooperación sería más operativa una cumbre Europa-África en la que, por sus respectivas posiciones políticas y estratégicas en cada uno de los continentes, Marruecos liderara el frente africano y España el europeo.
En todo caso, la diplomacia marroquí está centrada en la gira por distintos países del África que está llevando a cabo Mohamed VI y que constituye la piedra angular de la nueva estrategia marroquí en el continente tras su reciente regreso, tras 32 años de autoexclusión, a la Unión Africana, el organismo multilateral del continente y único que reconoce a la República Árabe saharaui Democrática (RASD).
Desde esa plataforma, Mohamed VI pretende contrarrestar la influencia del Frente Polisario en algunos de los países de la comarca, una labor que cobra relevancia en el contexto actual de tensión entre ambas partes cerca de la frontera con Mauritania por la oposición de los saharauis a la construcción de una carretera en la zona por parte de Marruecos para facilitar el tránsito de vehículos hacia el sur.
Pero el monarca marroquí también pretende en su ofensiva africanista liderar una política de cooperación que impulse el desarrollo económico y las políticas de seguridad en el continente, especialmente la lucha contra el yihadismo en las zonas calientes del Sahel.
En este sentido, desde distintos ámbitos se destaca el papel que está jugando Marruecos en el control de los pasos fronterizos de la comarca para evitar el paso de posibles combatientes de la yihad hacia Europa, una de cuyas puertas de entrada es Canarias, así como de la importancia de la estrecha colaboración que están teniendo desde hace varios años las cuerpos de seguridad de españoles y marroquíes.
