Las salas de embarque del aeropuerto de Gran Canaria sirvieron de alojamiento para más de un centenar de viajeros el pasado sábado por la noche. Un fallo técnico en uno de los radares del Centro de Control de Tráfico Aéreo de Lisboa provocó el bloqueo en el espacio aéreo de Portugal . La incidencia afectó de forma particular a los enlaces que unen al Archipiélago con el norte de Europa, ya que los aviones que cubren esas rutas tienen que atravesar el cielo luso. Hasta cinco vuelos que tenían previsto partir de Gando -cuatro de Norwegian y uno de Transavia- no pudieran despegar. El cartel de lleno que cuelgan la mayoría de los establecimientos hoteleros, repletos hasta la bandera por la coincidencia de la temporada alta turística del Archipiélago con la celebración de los últimos actos del carnaval de Maspalomas, imposibilitó encontrar camas para todos los perjudicados, en su mayoría noruegos.

Los cinco vuelos afectados por los problemas del espacio aéreo de Portugal salieron al día siguiente, según indican fuentes aeroportuarias, tras solucionarse el problema técnico en Portugal. Hasta entonces, los 720 pasajeros que tenían previsto viajar esa jornada tuvieron que emprender un nuevo recorrido. En torno a las nueve de la noche se comunicó al vicepresidente y responsable de Seguridad de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (Feht), Tom Smulders, que los viajeros necesitaban un alojamiento lo antes posible.

Una búsqueda "complicada"

Del total de pasajeros afectados, unos 45 fueron alojados en 16 habitaciones. El sector presenta en estos momentos una tasa de ocupación del 95%, por lo que fue "bastante complicado" encontrar hoteles disponibles. Se priorizó, según relata el propio Smulders, a las personas con discapacidad y a las familias con hijos pequeños. El resto de viajeros regresaron a sus casas, se hospedaron en los hogares de conocidos o familiares, o en los alojamientos en los que pernoctaron durante su estancia en la Isla en caso de contar con habitaciones disponibles. La mayoría encontró cobijo; para el resto el aeropuerto de Gran Canaria les facilitó comida y mantas.

El sábado se celebró en Maspalomas la cabalgata del carnaval y un mogollón en el Centro Comercial Yumbo, una circunstancia que complicó la búsqueda de camas turísticas. Al lleno propio de la temporada se sumó la demanda de aquellos que se desplazaron a Gran Canaria para disfrutar de las carnestolendas inspiradas en Europa. Y aunque se encontraron más de 16 habitaciones, se decidió no alojar a más personas en establecimientos hoteleros para evitar discriminar entre un pasajero u otro.

Smulders asegura que el protocolo vigente para este tipo de casos, pese a estar bien definido en cuanto a obligaciones legales de las compañías, aún "cojea". Por eso insta a los agentes implicados -entre los que incluye el Patronato de Turismo, al "aeropuerto" o la propia federación que representa- a buscar un modelo que sea "práctico" y "manejable" para situaciones sobrevenidas como la que se vivió este fin de semana.

El vicepresidente de la Feht subraya la importancia de trabajar en esta línea para dar el mejor trato a los viajeros, porque aunque el problema tenga origen en otro país, "el mal sabor de boca se queda en Gran Canaria". Las imágenes que muestran a pasajeros durmiendo en las instalaciones aeroportuarias afectan al sector, por lo que insiste en la conveniencia de firmar un convenio de colaboración con Cruz Roja, similar al que ya existe con el aeropuerto de Fuerteventura, para dar soluciones más adecuadas a este tipo de incidencias.