Las últimas cifras sitúan a Canarias como la comunidad con mayor tasa de ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan). El 24,2% de los isleños de entre quince y 29 años se encuentran en esta situación. "Es un término que se ha utilizado de forma peyorativa, pero en la mayoría de los casos se trata solo de una circunstancia", sostiene el director de Comercio Interior y Empleo de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, Ramón Redondo. Le dan la razón las repletas aulas de la institución por las que pasarán alrededor de 2.000 jóvenes entre 2015 y 2018 en busca de una formación que les acerque la posibilidad de entrar en el mercado laboral.

La generalización es el camino más corto a la injusticia. El Gobierno central creó el Programa de Garantía Juvenil ante el crecimiento de las cifras de jóvenes que ya habían abandonado las aulas y no trabajaban. La afirmación de Redondo cobra sentido colocada al lado de la masiva destrucción de empleo durante los años de la crisis. ¿Por qué iba a tener trabajo quien acaba de terminar sus estudios si resulta casi imposible también a personas con experiencia? ¿Merecen la connotación negativa del término nini por ello?

Ante el crecimiento de las cifras de desempleados con estas características, el Gobierno central creó el Programa de Garantía Juvenil. Al tiempo que generaba alguna opción formativa e incentivaba las contrataciones, podía de esta manera conocer el problema con mayor exactitud. Como de era de esperar, se encontró con una casuística amplia en la que abundaban quienes estaban deseando incorporarse al mundo laboral pero no sabían por dónde empezar.

Según fuentes del Servicio Canario de Empleo (SCE), alrededor de 16.000 jóvenes canarios están inscritos en ese programa. La cifra, que parece elevada, no lo es tanto si se compara con los 36.800 desempleados menores de 25 años que hay en el Archipiélago, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). La tasa de paro en ese segmento de edad se sitúa en el 50,5%.

Autorregular los impulsos

María Naranjo es formadora y coach. Ayuda a personas con este perfil a integrarse en el mundo laboral. "Les preparamos para que puedan presentarse adecuadamente a un trabajo, les enseñamos a desenvolverse dentro de la empresa, a autorregular sus impulsos y a automotivarse cuando las circunstancias no sean perfectas", señala sobre su labor.

La gran mayoría de las chicas y chicos que pasan por sus manos nunca han trabajado. Valentina tiene 19 años, abandonó sus estudios en Segundo de Bachillerato y está decidida a labrarse una carrera en el sector comercial. "No sabía que necesitaba tener unas habilidades para trabajar de cara al público", confiesa y reconoce que ahora se siente más preparada para plantarse delante de un empresario y defender su candidatura a un empleo.

También los hay con experiencia, como Tea Cuenca, que ha trabajado en diversas ocasiones pero aún no ha "firmado un contrato". Asume que en los negocios "hay quien se aprovecha de la situación desesperada" de quienes necesitan trabajar, pero "no son todos", aclara. Estos casos pueden desmotivar y son reales, por lo que Naranjo incorpora a sus cursos el manejo de conceptos como "la automotivación y la autorregulación de los impulsos". Les enseña a extraer la parte positiva y que más puede beneficiarles en un futuro, porque lo importante es "el largo plazo; ellos son jóvenes y deben perseguir sus sueños", sostiene.

Sara Luis es maestra, tiene 27 años y cría a su hijo de tres junto a su marido en Fuerteventura. Desde el primer día de este mes tiene un empleo. Está en la caja de una ferretería-bazar de Puerto del Rosario y se confiesa "muy contenta". El camino que siguió para esa felicidad lo marcó el portal empleoaquí.com, un proyecto de la Academia de Desarrollo Formativo (ADF) que se ha convertido en la agencia de colocación que trabaja con el SCE que más inserciones ha logrado, un total de 35 en toda Canarias.

"Normalmente se nos asignan perfiles bajos, personas sin estudios. De hecho la mayoría de quienes han encontrado empleo a través de nosotros pertenecen a colectivos con especial dificultad para encontrar empleo", afirma la coordinadora de ADF para Lanzarote y Fuerteventura, Ana Martínez.

No es el caso de Sara, quien con anterioridad ha trabajado en una guardería, un rol más cercano a su formación como docente. "Lo importante es que entiendan que adquirir experiencia es positivo", resalta María Naranjo, que insiste a quienes pasan por su aula en la necesidad de "mirar a largo plazo, sin depender tanto de cuestiones como la de cuánto dinero están ganando".

Alejandro Martín (26 años) asume que "quizá sea bueno entrar con poco sueldo en una empresa y a través de tu trabajo demostrar que mereces más". Ahora se considera capaz de lograrlo.