El sector crítico con la actual dirección de Comisiones Obreras (CCOO) en la Comunidad Autónoma cuenta con la mayoría de los avales de cara al ya inminente congreso regional. La facción que encabeza Inocencio González Tosco da por descontado el apoyo de hasta un 56% de los delegados que los próximos días 19 y 20 elegirán al secretario general de la organización, un apoyo que de traducirse en votos supondría el fin del período de Carmelo Jorge al frente de CCOO en el Archipiélago. Fue el propio González Tosco, durante la presentación de su candidatura a suceder a Jorge en el principal cargo sindical, quien ayer aseguró que 84 de los 150 avalistas llamados a voto son partidarios del cambio. "Quienes me acompañan representan 84 avales de los 150 congresistas, por lo que entendemos que podríamos tener mayoría absoluta", subrayó.

El candidato al cargo de secretario general, que anunció su intención de volver a pugnar contra Jorge, tal como ya ocurriera a mediados de 2015, rodeado de los correligionarios con que pretende imprimir un nuevo rumbo a la organización a partir de la próxima semana, también afirmó que esos 84 avalistas que lo secundan representan en mayor o menor medida a todas las federaciones que integran CCOO en la región y a todas las direcciones insulares. Es más, si cuatro de las siete ejecutivas insulares podían incluirse en el sector crítico tras la reciente renovación de sus miembros -las de Tenerife, La Palma, El Hierro y Lanzarote-, en las filas que lidera González Tosco están convencidos de que, en realidad, son mayoría en cinco de las siete islas, "prácticamente en seis de las siete". Hay que recordar que una mitad de los 150 delegados que votarán en el congreso es elegida por las filiales insulares y la otra, por las federaciones sectoriales, en todas las cuales dijeron contar con apoyo.

A pesar de la pretendida fortaleza con que ha irrumpido la candidatura no oficialista en la campaña, el actual secretario general del sindicato, el susodicho Carmelo Jorge, restó ayer importancia a los cálculos en relación con los avales, básicamente porque estos, enfatizó, "no sirven para nada". Jorge recordó que el voto es "personal" y "secreto", de modo que calificó de "falta de respeto" arrogarse una representación que en realidad no se tiene hasta que se cuentan las papeletas. El principal representante de CCOO en Canarias, que no quiso manifestarse sobre las críticas y los argumentos esgrimidos por su contrincante -"hoy es su día", comentó-, sí apuntó que en 2015, cuando fue finalmente elegido secretario general, también desde el colectivo partidario de González Tosco se habló entonces de un supuesto apoyo mayoritario a su candidatura.

Sea como sea, hay algo en lo que coinciden quienes apoyan tanto a uno como a otro aspirante: o el escenario cambia mucho en los próximos días o la contienda se resolverá por un puñado de votos. Volvería así a repetirse la situación de junio de 2015, cuando Jorge venció a González Tosco por apenas cuatro votos. En favor de este último juega en esta ocasión, según argumentan en su círculo, el hecho de que no haya una tercera candidatura, lo que sí ocurrió hace dos años, cuando a Jorge y Tosco se unió como aspirante Antonio Pérez, que era secretario de CCOO en Gran Canaria y que rompió la terna minutos antes de la votación final para a continuación brindar sus apoyos al actual dirigente del sindicato.

Carmelo Jorge era entonces el líder de los autodenominados rebeldes, los mismos que se opusieron abiertamente a que se fusionaran las federaciones de hostelería y banca y que respaldaron a la ejecutiva que dirigía Juan Jesús Arteaga, contraria a la fusión. Por el contrario, Inocencio González Tosco era entonces considerado la cabeza visible del oficialismo, habida cuenta de su proximidad a la dirección provisional que llevó varios meses las riendas del sindicato tras la salida de Arteaga.

Ayer, González Tosco insistió en que la actual gestión de CCOO es "manifiestamente mejorable" y en que "el funcionamiento orgánico no ha sido precisamente ejemplar". En esta línea, el candidato a la secretaría general aseveró que son necesarias "mayor democracia interna, más transparencia, más eficiencia y más eficacia". En su receta figuran, según enumeró, la potenciación de la negociación colectiva, una mayor influencia sobre las decisiones políticas, mayor presencia en los centros de trabajo y la formación de los delegados sindicales para que puedan ejercer una acción eficaz en las negociaciones.