Ha pasado usted de rebelde a oficialista.
Sigo siendo el mismo; las etiquetas no son más que etiquetas. Desde la óptica de la defensa de la autonomía del sindicato en Canarias, y frente a la otra candidatura, seré un rebelde; desde la óptica del cargo de secretario general, seré oficialista. Soy de tantas maneras como gente pretenda nomás calificarme, como dice Silvio Rodríguez. Sigo siendo Carmelo.
Su rival por el cargo afirma contar con 84 avales de un total de 150. Eso es mayoría absoluta, ¿no?
Los avales son solo avales, no votos. En 2015 llegué al congreso con un tercio de los avales y salí secretario general. Él [Inocencio González Tosco] dice que tengo 66 pero podría tener otros 84, porque se puede avalar a los dos candidatos. En cualquier caso, el voto en el congreso es personal y secreto.
¿Cuál sería su objetivo prioritario en el caso de que consiga repetir como secretario general?
Mejorar el funcionamiento del sindicato y extender la protección social.
¿Cómo es la actual relación con el Gobierno de Canarias y la patronal?
Ha mejorado mucho. Hemos hecho un importante trabajo, con una propuesta de calidad, y también ha aumentado nuestra participación. Comisiones Obreras ha conseguido, y no digo que lo hayamos conseguido solo nosotros, que el asunto de la lucha contra la pobreza y la exclusión social esté en el centro del debate económico, político y social, en pleno centro.
No parece, a la vista de los resultados, que la gestión de las políticas públicas de empleo esté siendo la mejor de las posibles. ¿Comparte esta opinión?
Tenemos serias discrepancias, y también una alternativa. Las políticas activas de empleo no pueden ser algo aislado, sino que tienen que estar integradas en la política formativa, social, etcétera. Hemos presentado una propuesta con cuatro patas. La primera es la de pelear por las prestaciones. A nueve de cada diez personas que reclaman tras habérseles denegado la prestación se les reconoce el derecho, lo que pasa es que de cada diez, solo una reclama. La segunda es la formación orientada hacia la cualificación profesional, se acabó eso del windows para torpes. En tercer lugar está la necesidad de una estrategia de recolocación que se apoye en los medios tecnológicos, como los servicios virtuales de empleo. Y por último, la lucha contra la economía sumergida, porque cada empleo que aflora es como si se crease.
El turismo es una bendición, dicen, pero tiene mucho que ver con lo que ustedes señalan como uno de los principales males del empleo en la Comunidad Autónoma: la temporalidad.
El turismo es una bendición, sí, pero otra cosa es cómo distribuimos la riqueza que genera el turismo, y actualmente se queda incluso en menos manos que antes de la crisis. No puede ser que los márgenes de rentabilidad y de beneficios crezcan tanto y que la riqueza se distribuya cada vez peor. Estamos matando a la gallina de los huevos de oro. No podemos estar compitiendo en precios; ¿qué pasará el día que se solucionen los problemas en Egipto, Túnez e incluso Grecia? Sus precios serán más baratos y en ese sentido serán destinos más competitivos. Tenemos que ser capaces de competir en calidad, no en precios.
Uno de los grandes problemas que han de afrontar los sindicatos es el deterioro de su imagen a ojos de la sociedad.
La percepción, o mi percepción, es que ha habido un deterioro de la imagen de todas las instituciones, de todas las herramientas de la democracia. Nos dicen que hacer caso a la sociedad es demagogia y es populismo, y eso es teoría, teorías de gente que cobra por elaborar esas teorías. Pero hemos recuperado prestigio social, Comisiones Obreras Canarias ha recuperado prestigio social en los dos últimos años. El sindicato es hoy más respetado que hace dos años.
