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Calvario para comprar por Internet

Una grancanaria despacha por sí misma el DUA y la mercancía adquirida retorna a la Península

Calvario para comprar por Internet

Una ciudadana de Las Palmas de Gran Canaria realizó una compra por Internet y, en ejercicio de su derecho, decidió ahorrarse el pago a la empresa de paquetería de los gastos de tramitación del documento único administrativo (DUA). Afrontó el proceso por sí misma, pero le costó cuatro intentos que la mercantil pública Correos atendiera su demanda de los datos necesarios para cumplimentar el autodespacho. Al final lo logró, pero a día de hoy sigue sin tener la compra en su poder. La mencionada empresa, perteneciente al Grupo SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) lamenta un cúmulo errores que terminó por devolver el paquete a la Península sin ninguna razón para ello.

Canarias se encuentra en clara desventaja frente al resto de España y Europa a la hora de beneficiarse de las ventajas que ofrece el comercio electrónico. El especial régimen fiscal del Archipiélago conlleva unos trámites aduaneros como el mencionado DUA y la liquidación del IGIC ante la Hacienda canaria para todas las compras superiores a 22 euros. Lo normal es que los ciudadanos dejen este papeleo en manos de Correos o las empresas de mensajería, lo que, y más en el caso de las últimas, elevan el desembolso hasta acercarlo en casos al doble del precio de compra.

Marta Vidal, que así se llama la afectada, se puso en contacto por vez primera con Correos el 24 de abril para obtener de la cabecera de zona aduanera el número de declaración sumaria y la partida, información necesaria para cumplir con el aparato burocrático. "Tuve que llegar hasta el cuarto intento para recibir respuesta", explica la propia afectada, que en sus sucesivas y desatendidas comunicaciones alertó a la empresa pública de que el plazo de quince días para la recogida del envío corría en paralelo al sepulcral silencio.

Paquete devuelto

Si en ese tiempo de medio mes el envío no es retirado por el destinatario, se devuelve al remitente. Fuentes de le empresa pública confirmaron que han localizado la adquisición de Vidal en la Península. "Lamentamos mucho lo ocurrido, no debería haber pasado", explicó un portavoz provincial.

Todo ello después de que la afectada lograra dar por terminado el vía crucis y la propia empresa le confirmara que con éxito. "La documentación que nos ha enviado es correcta. Una vez se realice el trámite aduanero necesario, le llevarán el envío a su domicilio", explicaron en un correo electrónico. Nunca le llegó. Es más, en una siguiente comunicación le confirmaron que su compra estaba en la oficina de la calle Secretario Padilla, pero allí nadie sabía nada.

La paciencia de Vidal se agotó y tras no obtener respuesta a tres reclamaciones interpuestas en el canal habilitado para ello por Correos en su página web, optó por la reclamación presencial, primero, y por denunciar los hechos ante la Agencia Tributaria. "Alguien debe proteger a los consumidores en casos como este", señaló sobre la necesidad de crear una vía específica que preserve los derechos de los canarios para permitirles disfrutar de las ventajas del comercio electrónico.

Entiende que ha sido víctima de "practicas comerciales abusivas" y que se han puesto en su camino una gran cantidad de "obstáculos" como medida coercitiva para disuadirle de ser ella la que afronte los trámites en lugar de pagar por ese servicio. Desde Correos, sin embargo, afirmaron que nunca "van a limitar el ejercicio de los derechos" que asisten a sus clientes, desvinculando el extravío del paquete de la decisión de la afectada de autodespachar el DUA y liquidar el IGIC en persona.

No hay explicación, sin embargo, para la omisión de respuesta hasta en tres ocasiones cuando Vidal les requirió la información que precisaba. En la mercantil pública reconocieron que el trámite se extiende cuando es el propio usuario el que decide tomar las riendas. Resulta obvio si se tiene que producir una comunicación que les informe de que no serán ellos los que regularicen el envío y luego deben contestar con los datos para que el destinatario pueda solventar los trámites que le permitan recoger el envío.

En el plano real, la demora de las comunicaciones, que tampoco logró corregir la insistencia de la afectada, atenta contra la posibilidad de la opción del autodespacho, ya que los días pasan y termina por producirse "un reencaminamiento erróneo de la mercancía", en definición de Correos, o, lo que es lo mismo, la devolución al punto de origen. La afectada entiende que calvarios como el que ella ha sufrido "desincentiva las compras por Internet de los canarios".

Precisamente esta semana el comercio electrónico estuvo presente en el Parlamento de Canarias, merced a una comparecencia de la consejera de Hacienda del Gobierno regional, Rosa Dávila, instada por el grupo Popular. El diputado de esta formación José Estalella calificó de "quimera" la participación de los canarios en este mercado en igualdad de condiciones con el común de los ciudadanos. Entre otras cuestiones, porque incluso los vendedores desisten de intentar colocar sus productos en las Islas ante un encarecimiento burocrático que les impide ser competitivos.

Todos los productos cuyo valor no supera los 22 euros (excepto perfumes, colonias, bebidas alcohólicas o tabaco) están exentos de sobrecostes y engorrosa burocracia. Dávila anunció hace más de un año la inminente ampliación de dicho límite hasta los 150 euros. Una disposición adicional en el proyecto presupuestario estatal que se vota el próximo martes así lo recoge. La consejera señaló que eliminar las barreras es un "objetivo prioritario del Gobierno".

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