El Banco de España ve necesario reducir la "excesiva" dualidad del mercado laboral actual por los efectos negativos que tiene sobre la productividad, y advierte de que la ratio de temporalidad en el empleo ha retomado la "tendencia creciente".

Así se desprende del 'Informe Anual 2016', elaborado y publicado por el organismo supervisor este martes, en el que alerta de que la excesiva dualidad a que da lugar el sistema de contratación vigente produce "una elevada volatilidad de la contratación", lo que tiene efectos negativos sobre la productividad de los trabajadores tanto temporales, que se enfrentan a carreras laborales con una "excesiva rotación", como indefinidos, que presentan una movilidad laboral "demasiado reducida".

El organismo presidido por Luis María Linde destaca que la tasa de paro se está reduciendo "con rapidez", hasta el 18,75% en el primer trimestre, 8,2 puntos porcentuales por debajo del máximo alcanzado a principios de 2013, pero todavía es "muy elevado" y se sitúa "muy por encima" de la tasa observada en la mayoría de países de la zona euro.

De esta forma, pide que la reducción de la tasa de paro, en especial la de larga duración, siga siendo una prioridad de las políticas económicas, ante las "dificultades de amplios colectivos de desempleados para beneficiarse de la fase de recuperación económica" y el "riesgo de que sean desplazados del mercado de trabajo de manera permanente".

Asimismo, advierte de que la ratio de temporalidad "ha retomado la tendencia creciente", ya que desde finales de 2013 la creación de puestos de trabajo temporales ha representado el 54% del total.

En concreto, el crecimiento de esta modalidad de empleo alcanzó el 6,8% en 2016, cinco puntos más que en el caso del indefinido, lo que según el Banco de España refleja "el mantenimiento de la pauta habitual en la economía española durante las recuperaciones cíclicas".

Una ratio del 26,5%

En conjunto, la ratio de temporalidad asciende hasta el 26,5% del total de asalariados, valor que supera en 4,5 puntos porcentuales el nivel mínimo alcanzado a principios de 2013, si bien es todavía muy inferior al alcanzado en 2007, al final de la anterior fase expansiva, cuando dicha ratio alcanzó el 31,6%.

En sentido opuesto, la contratación a tiempo parcial, que aumentó con intensidad en la fase más profunda de la crisis, ha mostrado un "menor dinamismo" desde 2004, siendo la ocupación a jornada completa la que explica la mayor parte de la creación de empleo desde finales de 2013.

De igual forma, el Banco de España señala que la "notable" creación de empleo se ha producido en un contexto de mantenimiento de la moderación salarial, ya que en el conjunto de la economía, la remuneración por asalariado registró una tasa de variación nula en 2016, junto a un avance "contenido" de los incrementos salariales pactados en la negociación colectiva, del 1,2% por término medio.

Delimitar tasas de sustitución y reforzar contributividad

Por otra parte, advierte de que la evolución demográfica supone también un reto para el sistema público de pensiones, ya que "presiona al alza a determinadas partidas de gasto público, como la sanidad, el cuidado de los mayores y, en particular, las pensiones".

Según el Banco de España, las reformas del sistema de pensiones introducidas en los últimos años han afrontado este reto a través de, entre otras medidas, el retraso de la edad de jubilación, la definición de un factor de sostenibilidad que liga la pensión inicial al incremento de la esperanza de vida y la aprobación de un nuevo mecanismo que condiciona la revalorización anual de las pensiones al equilibrio entre los ingresos y los gastos del sistema, con unos topes máximos y mínimos.

"De acuerdo con las estimaciones disponibles, estas reformas lograrían en buena medida contrarrestar el efecto del incremento esperado de la tasa de dependencia sobre el gasto en pensiones en contextos macroeconómicos favorables y, por lo tanto, contribuyen a reforzar la sostenibilidad del sistema en el largo plazo", añade.

No obstante, avisa de que sin incrementos adicionales de los ingresos, el mecanismo de ajuste previsto en la actual configuración del sistema se produciría principalmente a través de una disminución de la tasa de sustitución de las pensiones públicas, es decir, a través de reducciones de la pensión media con respecto al salario medio.

Conforme a las estimaciones del último informe de la Comisión Europea sobre envejecimiento, ese descenso alcanzaría los 20 puntos porcentuales entre 2013 y 2060, incluso en un escenario macroeconómico muy favorable.

De cara al futuro, cree que la clave consiste en delimitar las tasas de sustitución del sistema de pensiones que se pretenden asegurar, de forma que se adecuen los ingresos para que la sostenibilidad quede garantizada.

En todo caso, ve "deseable" que cualquier estrategia de reforma elegida aumente la transparencia del sistema, refuerce su contributividad, es decir, la relación entre las contribuciones y las prestaciones, y, en especial, mantenga un mecanismo de ajuste automático que garantice el equilibrio financiero.

Además, considera que los efectos de los cambios poblacionales sobre el crecimiento económico pueden ser parcialmente contrarrestados mediante la reducción del desempleo estructural a través de políticas de formación y del aprendizaje en el puesto de trabajo.

Alerta sobre la deuda

El Banco de España, además, ha alertado de que la deuda pública se ha estabilizado en un nivel muy elevado, cercano al 100 % del PIB, después de haber aumentado en más de 60 puntos porcentuales durante la crisis, lo que considera que obliga a trazar un plan de consolidación presupuestaria a medio plazo.

La entidad asegura que hay pocas probabilidades de que la deuda pública se sitúe en la próxima década por debajo del nivel de referencia del pacto de estabilidad europeo del 60 % del PIB, a la vista de la posible evolución del crecimiento económico, la inflación y los tipos de interés.

A su juicio, la disminución del alto endeudamiento público es fundamental para reducir la vulnerabilidad de la economía, ya que los costes de financiación de la deuda van con cargo al déficit público, con lo que la eventual subida de dichos costes puede desequilibrar las cuentas públicas.

Por ello, aboga por unos presupuestos a medio plazo encaminados a acabar con el déficit y que dejen al Gobierno capacidad de maniobra fiscal ante eventuales perturbaciones como la subida de los tipos de interés.

En un contexto en el que se prevé que la economía española siga creciendo, el Banco de España señala cuatros focos de incertidumbre en el corto y medio plazo que son, además de la elevada deuda pública, la posibilidad de un mayor proteccionismo en el comercio mundial, la reducida rentabilidad de la banca y el riesgo de que el encarecimiento del petróleo lleve a la subida de precios y salarios.

A más largo plazo, señala otros problemas estructurales que limitan un crecimiento económico sostenido, entre los que destaca la alta tasa de desempleo, el envejecimiento de la población y el reducido nivel de productividad.

IPC por debajo del 2% en el segundo semestre

En el ámbito de los precios, prevé que la inflación revierta por debajo del 2% en la segunda mitad de 2017, bajo el supuesto de que los precios del petróleo y otras materias primas se estabilizan en torno a sus niveles actuales y de que las alzas recientes no dan lugar a repuntes significativos en otros precios o en los salarios.

"Los potenciales riesgos a la baja a los que estas proyecciones de inflación están sometidas habrían comenzado a equilibrarse parcialmente, en línea con el repunte de las diferentes medidas de las expectativas de inflación procedentes de los mercados que se ha venido observando desde el otoño de 2016", explica.