Las industrias y las administraciones tienen en su mano reducir en gran parte el impacto que la actividad humana tiene sobre el medio ambiente, pero es la conciencia colectiva el ingrediente más necesario para garantizar el mantenimiento del entorno. Es una de las principales conclusiones extraídas del coloquio que con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente organizó este lunes el Foro LA PROVINCIA con el patrocinio de Canaragua y Compañía Cervecera de Canarias (CCC).

La directora general de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias, Susa Armas, acudió al lema escogido en 2017 para la celebración de esta jornada mundial, "Conectar las personas con la Naturaleza", para detallar la importancia de hacer partícipes a los ciudadanos de la conservación del hábitat en el que se desarrolla su vida.

"En esta tarea de concienciación tenemos que volcarnos todos y especialmente las administraciones", expuso Armas, para quien resulta vital lograr que los administrados se conviertan en "agentes activos para el desarrollo sostenible". De ahí que en muchas de las iniciativas que desarrolla en este ámbito la Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Ejecutivo canario tenga como socio principal a la de Educación.

El resultado hasta el momento es haber logrado la participación de más de 170 centros educativos de todo el Archipiélago e implicar a entre 14.000 y 15.000 integrantes de la comunidad educativa en las diferentes actividades que buscan la concienciación desde la edad temprana. No obstante, y a pesar de mirar al presente y al futuro con optimismo, la directora general reconoció que aún resta "mucho camino por andar".

Al respecto, Susa Armas destactó que son ya muchos los años que España y Canarias han pasado en el seno de la Unión Europea (UE) como para haber adoptado una actitud proactiva a la hora de minimizar el impacto medioambiental. Sin embargo, en ocasiones no sucede de esa manera y son precisamente los "tirones de orejas" de Bruselas los que hacen "ponerse las pilas" ante el riesgo cierto de sanciones en forma de detracción de fondos europeos.

En el foro intervinieron destacados miembros de algunas de las principales industrias de las Islas. El director de Contratación de Canaragua, José Quesada, expuso las diferencias evidentes entre los métodos para la obtención del agua en Canarias en comparación con la Península e, incluso, las divergencias fácilmente observables en cuanto a la composición de la demanda de recursos hídricos.

Según un sencillo cálculo, Quesada expuso que la llegada de 15 millones de turistas anuales con un consumo de 300 litros diarios y suponiendo una permanencia media en Canaria de 9,5 días supone un consumo anual de 42 hectómetros cúbicos cada año. A ellos se suman los 2,1 millones de ciudadanos que residen en el Archipiélago que, a 150 litros diarios, suman otros 115 hectómetros cúbicos por cada ejercicio. De ahí la importancia del agua que, en palabras del directivo de Canaragua, lo es todo, como refleja, por ejemplo, que cada huevo servido en una mesa tenga detrás una inversión de 20 litros de agua.

"Todos los días nos preguntamos qué podemos hacer para reducir los consumos", señaló por su parte el responsable de Asuntos Corporativos de CCC, Luis Durango. Y no solo se refería con ello al agua, también al energético o, en el detalle, reduciendo el grosor de los tapones de los envases, lo que les ha permitido "ahorrar 40 toneladas de acero cada año". También se refirió al reciclaje y reutilización de los envases -barriles y botellas- variable en la que alcanzan una "tasa del 55% frente al 47% de media en el sector".

Por su parte, Laura Hernández, ingeniera industrial de FCC señaló que cualquier objeto es un residuo en el tiempo. Es decir, "una lámpara o unas cortinas que ya no se quieran" se convierten en residuos. En números, reseñó que cada isleño produce 400 kilogramos de basura al año, lo que coloca el global canario en 1,5 millones de toneladas "y como sigamos así llegaremos hasta los 2 millones". Asimismo, desmintió el "mito" de los desechos de los diferentes depósitos -orgánico más textil y otros; vidrio; plástico y envases, y papel- se mezclen y anunció la necesidad de implantar un quinto contenedor dedicado en exclusiva a los residuos orgánicos.