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Una 'kelly' habla en el Senado

La líder del colectivo en Lanzarote denuncia la explotación que sufren las camareras de piso de los hoteles en pleno 'boom' turístico

Myriam Barros, ayer en el Senado. J. A.

Con su camiseta verde de lucha laboral y sin complejos, aunque algo nerviosa al principio, Myriam Barros, gallega afincada en Lanzarote desde hace 20 años hizo un relato descarnado de las condiciones de trabajo y la ausencia de derechos de las kellys, castigadas por la externalización de servicios de los alojamientos turísticos. Fue la primera vez que su voz se oyó de forma directa en la Cámara Alta, aunque ella misma y varias compañeras más ya presentaron el pasado 25 de mayo a los grupos parlamentarios en el Congreso la llamada Ley Kelly, una propuesta de acción legislativa para dignificar su profesión.

A petición de la senadora de Nueva Canarias por Gran Canaria, María José López Santana, que ha hecho de la lucha de las 'kellys' una cuestión casi personal porque conoce muy bien al sector por experiencia y memoria familiar, Barros habló ante unos pocos senadores como si tuviera enfrente al Gobierno en pleno y a todas las autoridades del país. Fue un discurso de protesta y denuncia pura y dura, contra las empresas, las autoridades y hasta contra los sindicatos, porque, unos por acción y otros por omisión, todos son responsables de la situación en la que se encuentran.

"¿Se han fijado en los carros que empujamos llenos de materiales de limpieza, toallas y sábanas? Pesan más de cien kilos y en muchos casos trabajamos sin protección frente al material tóxico que manejamos. En esta ola de recortes a la que se han sumado las cadenas hoteleras ya no se reparten guantes ni equipos de protección", denunció y añadió que en casos son las propias trabajadoras las que tienen que comprar los productos de limpieza.

Un espeso silencio

Condiciones que agravan sueldos ajenos a cualquier convenio y que confirman la situación de explotación. Las palabras con las que Myriam puso punto y final a su intervención dejaron un espeso silencio en la comisión: "Sobre las espaldas de las mujeres y a costa de la precariedad laboral y el empobrecimiento, no pueden pretender ustedes construir un país que pretenda llevar la etiqueta de democracia".

Myriam Barros trabaja como camarera de piso desde hace tres años en una cadena internacional en Playa Blanca y esperaba ayer a las puerta de la Comisión de Turismo junto a sus compañeras de Madrid, Ángela Muñoz y Eva Escolar. "Aquí están las sufridoras", les espetó en tono solidario Antonio Alarcó, un senador canario del PP que pasaba por allí. "Sufridoras y luchadoras", respondió Myriam.

También el senador popular por Lanzarote, Joel Delgado, saludó a la compareciente y entre ambos se entabló un debate que luego se reprodujo en el interior de la comisión con el portavoz popular sobre la actitud del Gobierno central. "Paciencia. El Gobierno está trabajando en ello", afirmó el senador canario. "Paciencia ya hemos tenido bastante", le respondió la madrileña Ángela Muñoz.

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