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La economía del Archipiélago encadena 1.095 días consecutivos de crecimiento

El PIB salió de números rojos al comienzo de 2014 y desde entonces continúa en positivo

La economía de la Comunidad Autónoma lleva unos 1.095 días creciendo de forma ininterrumpida. Tras la fase de depresión de los años más duros de la crisis, el Producto Interior Bruto (PIB) de Canarias dejó definitivamente atrás las caídas que venía experimentando trimestre tras trimestre a comienzos de 2014. Entre enero y marzo de ese año, el PIB regional no sufrió variación alguna, un respiro que se convertiría en el preludio a un constante crecimiento que aún no parece tener fin. Desde entonces, la economía del Archipiélago ha contabilizado ya 1.095 días, 36 meses, 12 trimestres y tres años de alzas.

Así lo ponen de manifiesto los datos del Instituto Canario de Estadística (Istac), datos que han servido a los técnicos de la Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno autonómico para la redacción de su último Informe de coyuntura. Los técnicos del departamento que dirige Pedro Ortega reparan precisamente en cómo el PIB no ha dejado de crecer, en mayor o menor medida, en los últimos 12 trimestres -las estadísticas oficiales se actualizan cada tres meses- y en cómo esta positiva evolución ha permitido a la economía de las Islas alcanzar niveles inéditos desde el tercer trimestre de 2008. En otras palabras: el PIB real o PIB a precios constantes, es decir, el valor en euros de todos los bienes y servicios producidos por la Comunidad Autónoma una vez eliminado el efecto de la subida de los precios, ha recuperado ya las cifras de antes de la crisis.

Y ¿cuáles son las razones de esta recuperación? Los expertos del Gobierno que preside Fernando Clavijo apuntan fundamentalmente dos: la demanda externa de servicios y, en definitiva, el auge del sector turístico, que aún no parece haber tocado techo y que sigue batiendo récords de visitantes y pernoctaciones. El informe de la consejería de Pedro Ortega hace hincapié precisamente en lo "histórico" de las cifras del sector y en cómo la tendencia se mantiene. De hecho, el gasto turístico total, el que incluye tanto el que los visitantes hacen en su país de origen -en la compra de billetes de avión, por ejemplo- como el que hacen una vez en Canarias, llegó a la friolera de 4.690 millones de euros entre enero y marzo de este año, una suma que supone un 7,2% más que en el primer trimestre de 2016.

Así pues, es una vez más el turismo el que subyace en el crecimiento que el PIB de la región experimentó en la primera parte del ejercicio, un crecimiento que el Istac calcula en un 3,1%. Se trata, por tanto, de un incremento considerable pero que igualmente representa cuatro décimas menos que en el conjunto de 2016, cuando la economía del Archipiélago creció hasta un 3,5%. Desde el propio ejecutivo de Coalición Canaria explicaron ayer que este año se mantiene el "dinamismo" económico pero que el aumento del PIB se ha "amortiguado" levemente hasta el cierre del primer trimestre. En cualquier caso, esa alza de un 3,1% que experimentó la economía canaria entre enero y marzo es una décima superior a la experimentada por el PIB nacional y hasta un 1,1% más que la que se apuntó el Producto Interior Bruto agregado de los 28 países de la Unión Europea (UE).

Finanzas autonómicas

Y si el comportamiento de la economía es positivo, también lo está siendo el de las finanzas públicas, estrechamente relacionadas entre sí. No en vano, las Islas darán carpetazo al actual ejercicio presupuestario con el primer saldo positivo en las cuentas de cualquier autonomía desde el estallido de la crisis. En definitiva, Canarias será la primera región con superávit desde que las estrecheces comenzaran a estropear los presupuestos públicos. Cuando menos así será si se cumplen las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que en su análisis prospectivo de Canarias expone que sus cálculos están en línea con los de la Consejería de Hacienda del Ejecutivo de la comunidad, que lidera Rosa Dávila. Tanto la AIReF como la Hacienda autonómica prevén un superávit público de alrededor de un 0,6% a final de año, un superávit que, además, podrá gastarse en "inversiones financieras sostenibles".

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