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Entrevista a Mario Masseroli

"Queremos que nuestros clientes dejen Marlboro y fumen IQOS"

"No afecta en ambientes cerrados, por lo que deja de existir la figura del fumador pasivo", afirma el director general de Philip Morris para España y Portugal

El director general de Philip Morris, ayer en la sede de la empresa en la capital grancanaria. JOSÉ PÉREZ CURBELO

¿Qué es IQOS?

Un dispositivo que calienta el tabaco sin quemarlo.

¿Qué relevancia tiene eso?

El principal factor causante de enfermedades relacionadas con el tabaquismo tiene que ver con la combustión. Durante más de diez años, hemos estado investigando cómo eliminarla, de ahí surge IQOS.

¿Sirve para dejar de fumar?

Absolutamente no y tampoco es inocuo. Está destinado a fumadores adultos que quieren seguir fumando y tener menos riesgos, pero la única forma de acabar con ellos totalmente es dejar de fumar.

¿Cambian el olor y la contaminación ambiental?

Es una de las enormes ventajas. Al no haber combustión, no hay ceniza. El olor es muchísimo menor, porque emites vapor, no humo. Los estudios de calidad del aire establecen que no afecta cuando se utiliza en ambientes cerrados.

¿Se acabó el fumador pasivo?

Exactamente. Y aparte de este avance para la salud, en el aspecto social sientes un aroma de tabaco que no queda impregnado en la ropa o el pelo como sucede con el humo, que sí tiene partículas que provocan que quede impregnado; el vapor se disipa rápidamente.

¿Cuánto suponen en dinero diez años de investigación?

Más de 3.000 millones de dólares (2.610 millones de euros) y además hemos creado un centro de I+D en Suiza con más de 430 científicos de distintas disciplinas para generar un producto viable para los consumidores.

¿IQOS está en el mercado?

Desde hace más de dos años.

¿Con qué resultados?

Sumamente alentadores. Hemos seguido el proceso que se cubre en la industria farmacéutica para el desarrollo de las medicinas, con estudios de laboratorio, in vitro, in vivo, preclínicos y estamos ahora en la fase de estudios clínicos. Todos los resultados son positivos y muestran que cuando comparas el humo del cigarrillo con el vapor de IQOS, la reducción de componentes negativos llega a entre el 90% y el 95%.

¿Y en cuota de mercado?

Lo lanzamos en Japón hace esos dos años y ya ha alcanzado diez puntos del total (10%). Un éxito rotundo y absoluto.

¿En Europa?

Los mercados pilotos fueron la ciudad de japonesa de Nagoya y Milán. En Italia ha costado más, pero ya estamos en varias ciudades y los resultados también son buenos. Lo más importante es que estamos comprobando en los 25 países en los que está presente IQOS desde este año que entre el 70% y el 80% de quienes lo prueban se convierten completamente.

¿Es compatible con el cigarrillo tradicional?

No si se quiere obtener una mejora potencial de la salud.

¿En qué se diferencia del cigarrillo electrónico? Tampoco en ese caso hay combustión.

Cierto y por eso entra también en el catálogo de productos con potencial de reducción de riesgo. A partir de ahí, existe una gran diferencia: el cigarrillo electrónico no tiene tabaco. Hace dos años más o menos tuvo un boom muy grande en la Península. Lo probaron casi 1,5 millones de personas, pero se decepcionaron porque no cubría su satisfacción sensorial, así que seguían utilizando el cigarrillo y solo vapeaban cuando no podían fumar.

¿IQOS sí satisface?

Al mismo nivel que el cigarrillo convencional.

¿Sus competidores también intentan cambiar el paradigma?

De las cuatro grandes compañías mundiales, tres ya estamos investigando con tecnología de este tipo. Hemos sido los pioneros, pero empieza a haber competencia y eso para nosotros es muy buena noticia, porque valida que el futuro está en el tabaco sin combustión.

¿Llegará el momento en que se deje de encontrar Marlboro en el estanco?

Ese es nuestro objetivo. Hemos dicho abiertamente que nuestro objetivo es un mundo sin humo y eso sucederá.

¿En cuánto tiempo?

Es muy difícil dar un plazo. Depende fundamentalmente del marco regulatorio. El principal beneficio que tiene este producto es el potencial de reducción del riesgo, pero no podemos hablar de eso con los consumidores hasta que las autoridades sanitarias avalen el trabajo científico que hemos desarrollado. En la directiva europea de productos del tabaco, se ha establecido la categoría de productos novedosos del tabaco y los países tendrán que promulgar regulaciones específicas. Nosotros estamos en la generación del debate para que nuestros estudios científicos sean validados externamente por la comunidad científica y sanitaria. El presupuesto, desde luego, está volcado hacia IQOS y descuidando nuestros productos tradicionales, lo que demuestra la seriedad de la apuesta. El objetivo es hablar con todos los fumadores de Marlboro y explicarles que queremos que lo dejen y fumen IQOS.

¿Qué precio tiene?

El dispositivo cuesta 70 euros y la cajetilla con las unidades de tabaco tiene el mismo precio que Marlboro. Se comercializa de manera selectiva en pocos puntos. Está en El Corte Inglés y algunas tabaquerías, porque para explicar bien el producto se necesitan entre 20 minutos y media hora, algo inviable en puntos de venta con un empleado.

¿Qué tiempo de vida útil tiene?

De dos años. Damos ese tiempo de garantía, que es lo que establece la ley. No obstante, la tecnología va evolucionando muchísimo. Ya hemos lanzado tres o cuatro versiones mejorando la anterior. Es un poco lo que sucede con los teléfonos móviles.

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