Las buenas ideas para emprender se esconden en cualquier parte. Hace dos años los desperdicios de Mercalaspalmas dieron a Óscar Melo la pista de Pura Fruta. Cientos de piezas van cada día a la basura por pequeños golpes o defectos. Su idea, que hoy da empleo a nueve trabajadores, es convertir esas piezas en macedonias y zumos para su consumo en el día.

En un principio, la empresa se creó con una inversión de capital que Melo y otro socio destinaron a la maquinaria necesaria y a los requerimientos de Sanidad. A partir de ahí comenzaron a envasar la fruta que ahora provee de salud a los trabajadores de las diferentes empresas a las que suministran el desayuno. "Procuramos que sea cultivada en Canarias y sin intermediarios, contactando directamente con los agricultores a través de distintas cooperativas", asegura Melo. El tuno indio, por ejemplo, es una de las estrellas en los desayunos elaborados en De Pura Fruta, y está cultivado en su totalidad en fincas situadas en Mogán y Tasartico. Si bien es verdad que es irremediable echar mano de productos foráneos como el kiwi, exportado de Nueva Zelanda, e imprescindible en la preparación de los menús mañaneros. En cuando a los cultivos ecológicos, Melo intenta recurrir a ellos cuando puede, porque no siempre llega para toda la producción diaria.

Las bebidas, al no tener aditivo alguno, son envasadas en botellas de plástico mediante un sistema de prensado en frío para garantizar la conservación de todas las vitaminas. Después, los repartidores las transportan en pequeñas neveras a cuatro grados para no romper la cadena del frío. Al llegar a su destino es importante que el cliente consuma el producto en las siguientes 24 horas o que lo congele.

En cuanto a los protocolos sanitarios, es el propio de cualquier industria alimenticia. "Fue desarrollada por el ejército de los Estados Unidos y la Administración Nacional de Aeronáutica, por tanto seguimos la normativa de la NASA", bromea el empresario.

Además de los productos de temporada, la compañía también ofrece otros alimentos elaborados con productos locales, como yogur de cabra o kefir -un derivado lácteo con un sabor ligeramente ácido-. "También había una gran demanda de detox, zumos depurativos a base de frutas y verduras", detalla el empresario. "Así que en los bonos de desayuno, empezamos a incluir detox diferentes para cada día".

Los desayunos producidos por De Pura Fruta son asesorados por nutricionistas y siguen un ciclo semanal que garantiza que el consumo sea equilibrado.

Las macedonias y los zumos varían a lo largo del año dependiendo de los productos que se encuentren en temporada, si bien es cierto que hay artículos que son imprescindibles dentro en De Pura Fruta, como el zumo de naranja, que es la base de todos los zumos que ofrecen a diario. "Tengo un cliente que surte a toda su plantilla con estos desayunos. Dice que así ninguno se pone malo", comenta con entusiasmo el empresario. "Nuestras dietas se elaboran de tal forma que aporte a los consumidores todos los nutrientes necesarios. Las bandejas no traen plátano, por ejemplo, porque aumenta mucho el potasio, que aportamos con un dátil o unos frutos secos", comenta Melo.

Actualmente cuentan con unos 800 clientes diarios, si bien es cierto que el número varía según el momento del año. "En enero y febrero los propósitos de comienzo de año para vivir de forma más sana se notan muchísimo. Pero en agosto, a causa de las vacaciones, perdemos a prácticamente todos los clientes. Ese mes aprovechamos y nosotros cerramos también por un mes", señala Melo, que apunta que la plantilla la componen 9 trabajadores, 5 responsables del corte y 4 de la producción de zumo con un horario todo inusual, pues comienza de madrugada para garantizar que la fruta no se oxide desde que es cortada hasta que llega al consumidor.