La Provincia - Diario de Las Palmas

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Liderazgo turístico Canarias, campeona de Europa

El turismo no va solo

Canarias supera ya a París en número de pernoctaciones

Imagen de la Playa de Maspalomas la pasada Semana Santa. SANTI BLANCO

La expectativa de que la UD Las Palmas jugara la Champions League tuvo hace nada en vilo a la afición canaria. No era poca cosa que un equipo de las Islas alcanzara a participar en un campeonato europeo de máximo nivel. Solo pensar que, de haber entrado en la liga, cupiera alguna posibilidad de ganarla, era ya un milagro en el que probablemente no confiarían que se produjera ni los más creyentes. El turismo evidentemente nada tiene que ver con el fútbol, pero si lo fuera levantaría aún más pasiones en Canarias que el propio deporte rey: no sólo juega siempre en los principales campeonatos europeos, sino que los gana.

El símil deportivo viene a colación porque Eurostat acaba de confirmar que Canarias es la primera región turística de Europa. Si tenemos en cuenta además que España está a punto de desplazar a Francia como primer destino del mundo, equivale a decir que es también uno de los claros favoritos del mercado turístico mundial, en el que compiten cientos de destinos de todos los rincones del planeta. Los datos de la oficina de estadística de la UE constatan que nuestro país, Francia e Italia monopolizan la clasificación de los destinos turísticos europeos más frecuentados. Canarias lidera el último ranking (basado en datos del 2015) con 94 millones de pernoctaciones, seguida en los diez primeros puestos por otros tres núcleos españoles: Cataluña (75,5), las Islas Baleares (62,2) y Andalucía (61,4).

El eurobarómetro no mide sólo los destinos vacacionales, de forma que las Islas Canarias superan incluso a la ciudad turística más emblemática de Europa: París, que se sitúa en segundo puesto. Además, Eurostat utiliza como medida turística el número de pernoctaciones, es decir, las noches que duerme cada turista en un destino, frente al número de turistas que lo visitan. La diferencia de cómputo no es baladí. Expresa, por ejemplo, que Canarias es el destino preferido para pasar largas estancias frente a Cataluña y Baleares, que le superan en número total de turistas (entre tres y casi un millón de turistas más, respectivamente). La larga distancia juega, en este caso, a favor de Canarias. Pero la gran baza del lejano archipiélago atlántico está siendo, sobre todo, la seguridad. Seguridad europea en África, continente al que pertenece geográficamente pero que no soporta la presión del terrorismo de los destinos africanos mediterráneos.

Seguridad a cualquier precio

"Los turistas están siendo atacados en museos, playas y aeropuertos; pese a ello Europa no debe caer en la tentación de cerrar sus fronteras", reflexionó el director de Relaciones con los Miembros de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Carlos Vogeler, en la conferencia magistral que ofreció esta semana en la Universidad de Verano de Adeje. Y añadió: "El turismo, sometido hoy a estas turbulencias, puede sin embargo contribuir a construir un modelo de convivencia pacífica en el mundo".

Estas turbulencias son las que están permitiendo a España arañar el liderazgo turístico mundial, ya que podría pasar de los 75 a los 84 millones, cuando Francia quedó en 83 millones de visitantes el pasado año: "Estamos cerca de desbancar a Francia en los más alto del ranking", anunció el pasado mes el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. Acto seguido, tanto el propio Gobierno como los grandes empresarios turísticos coincidieron en "lamentar que el éxito español sea consecuencia de los trágicos problemas de otros países: tanto por la inestabilidad de los destinos rivales del Mediterráneo en los últimos años como por el golpe de los atentados terroristas perpetrados en Francia, actual líder mundial".

Los datos de Eurostat así lo corroboran: el número de pernoctaciones no ha dejado de aumentar en los últimos años en España, que en 2016 registró 454,3 millones de estancias, es decir un 7,8% más que el año anterior. En segundo lugar, y a distancia, se sitúa el principal destino turístico del viejo continente, Francia, que el año pasado registró un revés importante con una caída de las noches en hotel del 4,6%, que reducen sus pernoctaciones hasta los 394,6 millones. Un porcentaje que desagregado esconde la realidad del impacto de la amenaza del terrorismo yihadista: las noches de los residentes franceses cayeron un 2,6%, pero las de extranjeros se desplomaron hasta un 8,7%.

El valor y el peso de la marca

"Tenemos el viento de cola, pero su dirección puede invertirse en cualquier momento", advirtió Carlos Vogeler en su análisis del estado del turismo. Pero además de ese riesgo, los destinos españoles se enfrentan en estos momentos al reto de gestionar su propio éxito. Cinco años consecutivos de récords de llegada, pernoctaciones e ingresos turísticos está provocando problemas impensables.

La llegada masiva de turistas está causando serios problemas de convivencia en algunos de los exitosos destinos europeos que lideran el ranking de Eurostat: Venecia, Barcelona, Berlín... Sus ayuntamientos están comenzado a tomar medidas para intervenir un sector difícil de embridar, tanto por la cantidad y diversidad de los agentes que intervienen su desarrollo como por su fuerte dinamismo.

La irrupción de nuevas modalidades de contratación, al amparo del desarrollo de las tecnologías ha venido a complicar aún más la gestión turística. Además, mientras el número de viajeros sigue creciendo año tras año, el desafío de la sostenibilidad sigue siendo una asignatura pendiente para la mayoría de destinos: "Tenemos que medir la actividad turística, si no la medimos no podremos controlarla", explicó el director ejecutivo de la Organización Mundial de Turismo en el sur de Tenerife. Y añadió que "el turismo sostenible exige pruebas fehacientes de que se está produciendo a través de un crecimiento inclusivo". De ahí que la OMT esté elaborando indicadores y parámetros que permitan medir dicha sostenibilidad en el futuro.

Estos son algunos de los retos que han de afrontar, en pleno lleno turístico, los destinos españoles, cuyo modelo "tiene mayor reconocimiento fuera que dentro de nuestro propio país", según reconocía el representante de la OMT en la reunión previa que mantuvo con los alcaldes miembros de la Asociación de Municipios Turísticos de Canarias (Adeje, Arona, Guía de Isora, Mogán y San Bartolomé de Tirajana).

Tampoco Canarias rentabiliza su liderazgo, ni dentro ni fuera de España, donde apenas proyecta su condición de líder de la liga. En las Islas, como en el resto del país, el sector tiene además cierta mala prensa y jamás es recibido a hombros como el resto de campeones de primera. Las razones son varias, entre ellas su discutida capacidad de generar empleo. Pero la realidad es que el turismo solo no puede crear el empleo que necesita Canarias en su conjunto, aunque si pudiera contribuir a crear unas condiciones de desarrollo del vecino continente que favorecieran una mayor integración en los países africanos de su entorno y, en consecuencia, una diversificación de su economía. "El turismo ha ayudado a salir a muchas regiones de la pobreza, entre ellas la propia Canarias", recordó Carlos Vogeler. Y añadió que "ha contribuido también a salir de la crisis y ha demostrado, en definitiva, que es un potente factor de transformación y un instrumento para la paz".

Pero precisó que "el turismo no va solo", una frase que repiten con asiduidad otros miembros de la OMT: "Creer que el turismo funciona solo es un gran error. Nunca ha funcionado sólo, pero menos aún en estos tiempos".

Sin inversiones públicas

"La actividad turística no da señales de ralentización", continuó explicando el conferenciante de la OMT: "En 1950 viajaban 25 millones de personas. En 2016 son ya 1.200 millones y los viajeros siguen creciendo a un ritmo anual del 3,5%". "Y el turismo es ya el tercer gran exportador mundial, tras las industrias química y los combustibles, pero por delante de la alimenticia y de la automovilística", concluyó Vogeler.

Pese a su importancia económica, la industria turística no está en la agenda política a la altura que le corresponde. Así lo entiende tanto el sector, que lo ha lamentado en constantes ocasiones, como la propia Organización Mundial del Turismo, que en 2011 elaboró una Carta abierta a los jefes de Estado en la que reclamaba mayor implicación, que se prestara mayor atención política y más recursos a uno de los principales motores de la economía española. El primero de todos de la economía canaria.

Y esta misma semana, más de setenta miembros del Comité Europeo de las Regiones, representantes de la industria turística y cuarenta eurodiputados han reclamado una estrategia integral y plurianual de apoyo al turismo en una carta dirigida al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Los firmantes exigen "políticas a nivel europeo", al considerar que "los problemas del sector en el continente no pueden ser abordadas desde el ámbito nacional". Por lo que respecta al español, los Presupuestos Generales del Estado de 2017 destinan al turismo una partida de apenas 300 millones: "El sector público invierte en nuestro sector menos que en el cultivo de la remolacha", ironizaba un empresario en una reunión celebrada recientemente en el sur de Gran Canaria para analizar las inversiones previstas para el sector.

Tampoco el Plan de Infraestructuras Turísticas de Canarias recibió la cantidad que era de esperar: de los 50 millones que recibía en el periodo anterior ha pasado a los cinco millones en los actuales presupuestos del Estado. El reparto de su escasa financiación es una de las herramientas que tiene en sus manos el Gobierno de Canarias para demostrar si ha adquirido una visión estratégica del turismo o sigue priorizando la distribución de sus fondos en función de criterios políticos y no de acuerdo a las necesidades del sector.

Según las previsiones, Canarias podría cerrar el año en curso con 16 millones de turistas y 100 millones de pernoctaciones. Con estos datos, podría volver a ganar la competición europea en la próxima liga. Queda por ver si llegara a ella en plenas facultades o habrá perdido, en estos años de acumulación de récords, la oportunidad de dotarse de una nueva gestión capaz de afrontar los retos señalados.

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