El Partido Popular (PP) ha reactivado en el Senado la petición de la efectiva puesta en práctica en Canarias de la quinta libertad del aire, en virtud de la cual una aeronave que proceda del extranjero y se dirija también hacia un país tercero podría parar en las Islas para el embarque y desembarque de personas, mercancías o correo. En una moción presentada por el grupo del PP en la Cámara Alta a instancias de los senadores Hipólito Suárez, Auxiliadora Pérez Díaz y Jorge Rodríguez, de la circunscripción de Gran Canaria, los populares instan al gabinete de Mariano Rajoy a que "potencie" el "papel" del Archipiélago "como centro de distribución de tráficos aéreos entre los continentes". Para ello, los parlamentarios solicitan al Gobierno central que autorice a las aerolíneas que así lo pidan el ejercicio de la quinta libertad en la Comunidad Autónoma, siempre que sea viable y "beneficioso" tanto para el país como para la región.

Lo cierto es que la propuesta del PP se suma a las distintas solicitudes que en distintas instituciones se han presentado en los últimos años para que la quinta libertad aérea sea una realidad en Canarias. En mayo de 2014 fue el PP el que, paradójicamente, rechazó en el Congreso una proposición de ley de Coalición Canaria y Nueva Canarias, defendida por Ana Oramas, con la que los nacionalistas perseguían que las Islas se convirtieran en estaciones de paso en las grandes rutas intercontinentales. Más recientemente, en mayo del año pasado, era el Partido Socialista Canario, y en concreto el diputado autonómico Gabriel Corujo, el que exponía en el Parlamento regional la necesidad de que se garantizara en el Archipiélago la aplicación de la quinta libertad, "palanca de cambio para la competitividad y conectividad de las Islas". Así pues, los tres grandes partidos en la autonomía coinciden en el fondo de la cuestión, es decir, en el estímulo económico que supondría que un cada vez mayor número de aerolíneas ejerciera el derecho de la quinta libertad, de modo que un avión que despegase de Mauritania con destino último en América del Sur, por ejemplo, pudiera hacer una parada en un aeropuerto canario para cargar mercancías.

Pero, sin embargo, esta unanimidad no ha obstado para que, en la práctica, la quinta libertad aérea se circunscribiera en las Islas a la ruta entre Praia, la capital de Cabo Verde, y Lisboa, ruta que con escala en Gran Canaria hace una compañía caboverdiana. Y ¿cuál es la razón del desaprovechamiento de la oportunidad económica que implica la quinta libertad? En 2014, el PP rechazó en la Cámara Baja la moción de los nacionalistas canarios -a pesar de que el propio Rajoy se ha mostrado partidario de la liberalización aérea- porque esta incluía la petición de que la Comunidad Autónoma participase en la gestión aeroportuaria, una eterna demanda nacionalista aún no satisfecha. Las fuentes consultadas ayer por este diario apuntan, sin embargo, los problemas que la burocracia les acarrea a las aerolíneas que piden a la Administración estatal el disfrute de este derecho. Algo que, en definitiva, desincentiva a las compañías y que incluso denunció en su día abiertamente el diputado catalán Pere Macías: "Se están poniendo toda suerte de trabas al ejercicio de la quinta libertad".

Sea como sea, el PP recupera ahora esta histórica reclamación, si bien Suárez explicó ayer a este diario que el propósito primero de la moción es que el Ejecutivo "analice" las posibilidades y las posibles propuestas de las aerolíneas, ya que la puesta en práctica de la quinta libertad "no es tan fácil" como para aplicarla "de un día para otro". De conseguirse una política de cielos abiertos en el Archipiélago, y tal como consta en el texto de la propuesta, los populares entienden que la región se convertiría en "plataforma logística y puente comercial entre Europa, África y América".