En la zona de salidas nacionales, cerca de la fila que se empezaba a formar para facturar las maletas con destino a Santiago de Compostela, una tierna e inigualable amistad se forjó casi de la nada. Desde lejos se podía ver a los dos protagonistas, ambos bebés, formando una combinación de café con leche que no dejaba indiferentes. Ella, blanquita y de intensa mirada azul, intentaba abrir, con su pequeño dedo índice, el ojito izquierdo de él, de color negro y orejas caídas. Así fue como Lía Barbeito García, de dos años de edad, y Oreo, un entrañable labrador de sólo tres meses de vida, protagonizaron la jornada de mayor movimiento previsto en las Islas durante este puente de agosto. Hoy, en el Aeropuerto de Gran Canaria, mientras sus familias esperaban para sacar las tarjetas de embarque hacia Galicia.

Como si se conocieran de toda la vida, mostraron la complicidad más especial del planeta. Después de minutos intensos de juego vital, rebosante de felicidad en cada gesto por ambas partes, el pequeño cachorro cayó rendido en el fresco suelo del Aeropuerto mientras su dueño, Fabián García, agarraba su correa. Lía, con ganas de más, se sentó a su lado, convirtiendo su afán por despertarlo en una batalla que quería ganar con total seguridad. Primero con sus intentos -poco victoriosos- de abrirle los ojos, después con un juego de orejas la mar de gracioso, pasando por caricias, besos, abrazos y roces en su pequeña nariz también de color negro. "Oreo", le decía sin dificultad, a pesar de corta edad, con ganas de que su nuevo mejor amigo pusiera en marcha, de nuevo, sus cuatro patas.

Aunque no tuvo demasiado éxito, la pequeña siguió entretenida mientras sus padres, Manu Barbeito y Lupe García, le prometieron visitarlo "alguna vez" en Galicia. "Porque Oreo va, pero no vuelve con nosotros", garantiza Esther Otero, también su dueña temporal, mientras explica que "es un regalo para mis sobrinos, que viven allí", apunta refiriéndose a la comunidad del Norte de España.

Ambas familias se dirigían al mismo destino, pero las circunstancias eran diferentes. Por un lado, los Barbeito García llegaron hace una semana a Gran Canaria, exactamente a Mogán, "huyendo del frío, sobre todo por la noche que es horrible el que hace en casa, y en busca de buen tiempo, porque esto es vida", apunta la mamá de Lía con alegría en su rostro. Por el otro, los García Otero, que llevan 13 años viviendo en la Isla, confiesan que "aunque vivir aquí es una maravilla, echamos de menos el frío y la lluvia en verano". "Y, sobre todo, queremos ver a nuestra familia", agrega Manuel García.

A pesar de los 152.743 pasajeros que se registraron hoy en los aeropuertos de toda Canarias en 1.036 operaciones, o de los 40.923 sólo en el de Gran Canaria con 286 llegadas y salidas, protagonizando el mayor número de las Islas seguido de Tenerife Sur con 34.368 personas en 190 movimientos, el destino quiso que estas dos familias se encontraran y que, especialmente, Lía y Oreo dieran comienzo a la amistad más verdadera, por excelencia, de este puente (al menos por ahora).

Hasta el próximo martes 15, festivo, se esperan despegues y aterrizajes, colas, controles y maletas cargadas de ilusión o momentos vividos. En total, se prevé que durante estos días libres hayan 4.972 trayectos con 708.422 pasajeros en las Islas. Quién sabe si en las próximas jornadas se forjará alguna relación más, tan mágica, como la que nació entre Lía y Oreo, porque si algo tienen los aeropuertos son cosas en común entre sus usuarios. Esta vez, amor. Mucho amor y ternura.