Canarias no ha logrado convertirse en un hub, pero aún está a tiempo de conseguirlo, fundamentalmente por dos razones: en primer lugar porque en esta zona del mundo no existe todavía un " hub de referencia". Y, en segundo, porque cuenta con activos mayores que los que tuvieron otras zonas geográficas - como Singapur, Irlanda o Dubai- antes de transformarse en los grandes nodos logísticos de sus respectivas áreas.
Esta es la principal conclusión a la que ha llegado PricewaterhouseCoopers (PwC), que ya ha elaborado la Estrategia Operativa de Internacionalización de la Economía Canaria que le encargó hace un año el Gobierno canario. La consultora ha constatado un dato previo que llama la atención, sobre todo si se tiene en cuenta el esfuerzo y recursos que los sucesivos gobiernos han destinado desde hace lustros a promocionar en el exterior los atractivos de las Islas: "Existe un gran desconocimiento generalizado de Canarias como destino de inversión", sostiene PwC. Y añade que "esta es quizá la mayor carencia" del proceso de internacionalización de la economía canaria.
Por ello, el informe concluye que "es necesario solventar urgentemente este problema", que pasa por reforzar con más recursos y presupuestos la política promocional. Y cambiar en definitiva de estrategia, porque "la asistencia a ferias y congresos no son canales lo suficientemente masivos para corregir el problema con rapidez". A ello dedica varias recomendaciones de las 65 medidas que propone para avanzar en la conversión real de Canarias en un hub.
Una remontada
Pese a sus grandes activos (que encabezan la baja fiscalidad y su posición geográfica), Canarias tiene ante sí el reto de llevar a cabo una auténtica remontada. Porque la realidad es que, tal y como reconoce PwC, las cifras de atracción de inversiones y exportaciones están por debajo de la media nacional. "Tanto el estado actual como la evolución reciente de la internacionalización de la economía canaria no constituyen un punto de partida satisfactorio", sostienen los consultores en su diagnóstico.
Así, califican de "irregular y poco significativa en volumen" la evolución de la atracción de inversión extranjera directa (IED), ya que representa tan solo el 0,3% del PIB de la región. Un dato que la sitúa por debajo de la media estatal (1,8%) y la aleja de comunidades como Madrid, Cataluña y País Vasco, pero sobre todo de los niveles existentes en los restantes hubs internacionales en cuyo club aspira a entrar: 22% en Irlanda y 12% en Singapur. Las exportaciones, por su parte, se mantienen constantes entre 2010-2015 en torno al 9%. Un porcentaje significativamente inferior al 21% de media española y otra vez muy lejos de Singapur (285%) o Emiratos Árabes (94%).
Pese a estos malos datos de partida, PwC detecta otros positivos. Sostiene, por ejemplo, que "la fiscalidad de las Islas se sitúa en muchos aspectos como la mejor de Europa"; también considera superiores a otras regiones sus infraestructuras, la alta seguridad jurídica o el posicionamiento geoeconómico del Archipiélago. Incluye como factores de competitividad de Canarias otros indicadores como "la capacidad para retener talento por su calidad de vida" e, incluso, "el coste de los alquileres de oficinas, de combustibles o laborales". Es decir, lo mal pagados que estamos los canarios. De hecho, la necesidad de aumentar la cualificación de los profesionales de las Islas es tratada ampliamente por la consultora. "La escasa disponibilidad de recursos humanos con dominio de idiomas extranjeros es una de las barreras a remover", junto a otro decena de obstáculos como la conectividad, costosa y poco frecuente; la necesidad de más rutas aéreas "no turísticas"; la limitada disponibilidad de suelo; la dependencia energética o la escasa práctica de acuerdos público-privados.
Un atractivo limitado
El "producto Canarias" como destino de inversiones tiene un atractivo diferencial, "pero solamente para tipos de oportunidades muy determinados". PwC detecta únicamente dos: los sectores turístico y audiovisual. Y considera por ello "fundamental que el Archipiélago aspire a contar con varios productos integrales escalables". Es decir, productos con potencial para crecer y ser exportables. Los analiza por sectores y por funciones y propone una selección de oportunidades para "afinar el tiro". Y entre las correcciones a realizar en el modelo de atracción de inversiones recomienda crear un sistema de acompañamiento del inversor estructurado: "No existe en Canarias un procedimiento para acompañar a la empresa inversora en su implantación, lo que lleva a perder entre el 20-40% de oportunidades por problemas que podrían ser evitables". Realiza también "un análisis crítico" de los países africanos que se priorizan a nivel institucional (Marruecos, Mauritania, Cabo Verde y Senegal) frente a otros interesantes para Canarias como Ghana o Costa de Marfil.
Como conclusión, la Estrategia Operativa valora que "el momento actual es idóneo para impulsar la internacionalización de las Islas". Su director, Javier Garabal, afirma que "el plan es muy ambicioso, pero factible". Y añade que "otros hubs han llegado a ser lo que son partiendo de una posición mucho más desventajosa de la que tiene Canarias hoy, y contando con activos estratégicos menos potentes que los que posee el Archipiélago". Entre los destinos exitosos destacan "Irlanda, que con una estrategia global de atracción de inversión logró que su ratio IED/PIB pasara del 6% al 71% en apenas 20 años" y "Singapur, que ha mantenido un crecimiento anual sostenido de sus exportaciones del 11% durante 45 años".
Para hacer posible la transformación de Canarias, el Gobierno ha insistido en el carácter "operativo" de su última estrategia. Es decir, que sea "ejecutable, medible y que ponga el foco en la definición de acciones concretas", según señala el propio Fernando Clavijo en el prólogo del informe. Ahora, como reconoce el propio documento, "queda lo más difícil: convertir el plan en realidad".
