El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, señaló ayer que para que haya una nueva financiación autonómica y local hace falta un acuerdo entre las Administraciones, algo que no se consigue a base de hacer "reclamaciones públicas todo el día" ni "a base de llorar".

En su intervención durante la Interparlamentaria del PP en una mesa redonda sobre Estabilidad presupuestaria y empleo, el ministro instó a todas las Administraciones a ser "constructivas" y a poner "las cartas sobre la mesa", e indicó que la voluntad del Gobierno es hacer "cuanto antes" ese proceso.

Montoro recalcó que trabajar para lograr un nuevo modelo de financiación es "una prioridad de todos", incluida la Comunitat Valenciana, que lo necesita "con premura", y en esta cuestión se va a trabajar de aquí a final de año.

El ministro recordó que el Gobierno de España está en minoría, y por ello no puede hacerlo solo, sino con otros partidos y con los gobiernos autonómicos, y lamentó que la presidenta de la Junta de Andalucía vaya a liderar una reivindicación de financiación para su tierra.

"Nosotros no arrancamos campañas parciales que traten de ser reivindicativas frente a nadie", aseveró el ministro, quien añadió que tienen la "obligación" de "pensar en toda España".

Además, indicó que están trabajando en los Presupuestos Generales del Estado de 2018, que se caracterizarán por "menos impuestos, más gasto social y más oportunidades" para que las empresas y los autónomos puedan crear empleo, y se mostró convencido de que habrá presupuestos en 2018.

Montoro defendió que 2017 está teniendo el crecimiento económico "más sano" de la historia de la economía española, ya que por quinto año consecutivo se está registrando un superávit por cuenta corriente y el crecimiento económico está yendo a creación de empleo, con más de 500.000 empleos creados.

Es una "obligación" preservar un crecimiento económico equilibrado y que cree empleo, destacó. En tres años habrá en España el mismo número de personas trabajando que a comienzo de la crisis de 2007, que destruyó 3,5 millones de empleos, y las Administraciones públicas estarán "equilibradas y saneadas".

Montoro reivindicó que han aplicado una política "austera" del gasto público y que "nunca antes" las Administraciones públicas habían "gastado tanto en gasto social", y defendió que la "gran premisa" que diferencia a este Gobierno está en el equilibrio y la estabilidad.