Pasos de ida y de vuelta se cruzan en el aeropuerto de Gran Canaria. Unos regresan a sus casas y otros aterrizan en el Archipiélago con ganas de disfrutar de unos días de descanso. El reloj marca las once y media de la mañana y la tranquilidad reina durante la jornada de la operación retorno con mayor número de plazas y vuelos programados. Es el fin de las vacaciones para la mayoría, que vuelven a sus hogares para retomar su vida cotidiana. Los ocho aeródromos de las Islas registrarán este sábado 1.049 operaciones en las que las compañías aéreas ofrecieron 153.462 asientos. Desde el jueves y hasta mañana, los recintos aeroportuarios de la región moverán 700.628 pasajeros, de los que más de la mitad (446.287) pasarán por Gando, Tenerife Sur y Tenerife Norte, según los datos facilitados por Aeropuertos Españoles de Navegación Aérea (AENA).

"Hemos desconectado y volvemos con las pilas cargadas", apunta Sonia Nieto junto a su marido Juan José Fernández y su hijo Mario, todos sentados en la sala de facturación del aeródromo grancanario. Desde Madrid viajaron hasta Gran Canaria, isla que visitan por segunda vez, para relajarse y descubrir lo que aún desconocían de la isla en once días. Ahora que las vacaciones llegan a su fin, no disimulan la pena. "Regresamos con las pilas cargadas, pero prefiero no pensar en la vuelta porque ahora viene lo peor", apunta la madre.

El mejor remedio para hacer más llevadera el retorno es imaginar desde antes de subir al avión que conduce a la rutina en el próximo descanso. Eso lo sabe Nieto, que indica que ya piensan "en otras vacaciones, fines de semana y puentes".

El de Gran Canaria es el recinto aeroportuario del Archipiélago que mayor actividad tenía prevista este sábado, con 289 vuelos y 40.595 plazas programadas. Sin embargo, lejos de las colas que cabe esperar para facturar y pasar los controles de seguridad o el ´atasco´ para recibir a quienes regresaban a sus casas en un día de ajetreo, la estampa es de sumo reposo.

El mayor trasiego de pasajeros se concentraba en la sala de llegadas internacionales. Aviones procedentes de Lisboa, Düsseldorf, Hamburgo, Londres o París coincidían en la hora de aterrizaje en el aeropuerto de Gran Canaria. Los guías turísticos, con el cartel en alto, se situaban de forma estratégica en el pasillo para que ningún viajero despistado se equivocara de guagua. Estos turistas no ponían fin a sus vacaciones, estaban comenzándolas.