Es la pescadilla que se muerde la cola. La precariedad y temporalidad laboral son un hándicap para la creación de dinámicas de formación continua en los trabajadores en las empresas, y la ausencia de programas de formación profesional para el reciclaje y promoción en el trabajo dificultan la competitividad y la empleabilidad. Esta es la espiral que predomina en Canarias, que se mantiene lejos de las recomendaciones de la UE para promover programas y habilitar recursos destinados a ampliar la educación permanente para tener profesionales más capaces y con mayores posibilidades de encontrar empleo o mejorarlo. Aunque hay distintas iniciativas de la administración destinadas para desarrollar programas de este tipo, como la creación de centros integrados de Formación Profesional, el escaso desarrollo de estas políticas y la falta de cultura en las empresas en esta materia siguen marcando la pauta y mantienen a Canarias en la cola estatal en formación continua.
Así se constata en un reciente informe del Consejo Económico y Social sobre indicadores económicos y sociales del Archipiélago del primer semestre del año, donde se señala que Canarias es la tercera comunidad autónoma con peor índice de formación permanente ya que sólo un 8,9 % de la población entre 25 y 64 años ha participado en algún programa de educación o formación, incluyendo en el estudio a estudiantes de enseñanza formal de vacaciones que participan en algún curso formativo. Sólo Cataluña, con un 7,6%, y Asturias, con un 8,8%, están por debajo, en una tabla que refleja una media estatal del 9,9 %, un porcentaje no demasiado alejado de la media de la UE (10,7%), pero sí de países como Finlandia (25,1 %), Dinamarca (31,7), Países Bajos (17,8), Francia (18,6) o Reino Unido (15,8).
El CES indica que la inversión en formación permanente hoy afecta sustancialmente a la productividad de los trabajadores en el futuro, más aún en un contexto de envejecimiento progresivo de la población. Canarias, según el informe del organismo, ha empeorado en dos décimas (de -0,6 a -0,8) su diferencial respecto a la media estatal entre el 2014 y el 2015, los años a los que se refieren los últimos datos de que se dispone. "Parecen necesarios mayores esfuerzos en formación permanente para mejorar los resultados" reclama el organismo, quien recuerda que la necesidad de reforzar la formación continua se hace más evidente en las Islas como consecuencia precisamente de su alto porcentaje de abandono temprano de la educación-formación (el 18,85 % en 2016) y de fuerza laboral con bajo nivel cualificación.
Para los sindicatos, el principal problema que tiene Canarias al respecto es "la falta de desarrollo de una red integral de formación profesional y de centros como los que empiezan a desarrollarse en otras comunidades autónomas y otros países", según señala Juan Jesús Bermúdez, secretario de Enseñanza de CCOO de Canarias. Según él, aunque en las Islas están ya formalmente constituidos esos centros integrados de FP, "realmente no están funcionando como tales. Se fracasa en el objetivo de que toda la FP, la formación continua y su actualización, esté reunida en centros con los suficientes talleres, personal docente y medios que permitan a los trabajadores y a los alumnos que se quieran reciclar acceder fácilmente a formación pública de ese tipo".
Pieza para el reciclaje
Según denuncian los sindicatos, "en Canarias nos encontramos en pañales con respecto a mejorar la formación en las empresas, y esto repercute en la formación tanto de los alumnos de la enseñanza reglada, como en la formación posterior o procesos de reciclaje, e indica una falta de cultura al respecto que se debe corregir". Consideran que es una cuestión de las administraciones públicas, "pero también del sector empresarial, que tiene que interiorizar que la formación permanente es una pieza clave para el reciclaje, la empleabilidad y la competitvidad".
Según el CES, en 2013, el 74,2 % de las empresas españolas impartieron formación, pero sólo el 63,6% de las canarias hicieron lo propio. Estos porcentajes han ido evolucionando positivamente en el tiempo, aunque Canarias queda por debajo de la media nacional. En el año indicado, el 24,5 % de las empresas canarias detectaron necesidades formativas de su personal, porcentaje que aumentó hasta el 34,9 en 2014, y de ahí bajando al 31,3 en 2015. Las competencias más demandadas por las empresas que proporcionan cursos a sus trabajadores son las relativas a técnicas específicas del puesto de trabajo, básicas de cálculo y comunicación oral y escrita, y de atención al público.
Certificado de profesionalidad
Desde el Servicio Canario de Empleo (SCE) se asegura que en los centros integrados de formación profesional, además de los cursos de FP, los certificados profesionales y las acciones de orientación y emprendimiento integradas en el proyecto Enlaza, se desarrollan los llamados procedimientos de la competencia profesional adquirida en la experiencia laboral para personas que carecen de acreditación oficial. Y recuerdan que "sólo durante el año pasado, la consejería de Empleo, a través del Instituto Canario de Cualificaciones Profesionales (ICCP), concedió 15.000 certificados de profesionalidad, un 65 % más que en 2015". La Consejería recalca que estos procedimientos "sitúan a los trabajadores sin estudios en igualdad de oportunidades con respecto a los que sí los tienen y les brinda la posibilidad de seguir desempeñando su profesión con plenas garantías, además de motivarles para seguir formándose permanentemente".
Pero los sindicatos insisten. "Se han dado unos pasos más formales que reales sobre la creación de los centros integrales de FP, se han reconvertido antiguos institutos en las diferentes islas, pero eso es un paso muy inicial". Consideran que ahora tiene que haber algo "sustancial" como es la concertación de la políticas de empleo y de educación, y "una unificación de criterios para convertir el sistema educativo de FP en un motor de la formación continua en Canarias".
