Canarias sigue siendo una de las comunidades autónomas que más se beneficia de la solidaridad interterritorial y también de las que, de hecho, mejora respecto al año anterior. La aportación financiera del Estado a través de los distintos mecanismos de gasto público (financiación, inversión, prestaciones, ayudas y subvenciones de todo tipo) supera con creces lo que las empresas y contribuyentes de las Islas devuelven a su vez a la hacienda estatal a través de los impuestos. En concreto, el saldo fiscal positivo de Canarias respecto al Estado en el año 2014, el último del que se han publicado datos, fue de 4.293 millones, lo que supone de facto un incremento sustancial de 676 millones frente al saldo del año anterior, de 3.617 millones.
Así se pone de manifiesto en el último informe sobre balanzas fiscales o Sistema de Cuentas Públicas Territorializadas (SCTP) publicado por el ministerio de Hacienda y Función Pública correspondiente al ejercicio de 2014, en el que vuelve a evidenciarse que sólo cuatro comunidades autónomas sostienen el edificio de la solidaridad interterritorial y con cuyas aportaciones tributarias a las arcas centrales se alimenta el estado del bienestar en el conjunto del territorio nacional. Esas cuatro comunidades son Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, que acumulan un déficit fiscal de 32.348 millones, justo la cantidad que suma el superávit de las trece restantes (más Ceuta y Melilla) en términos de gasto público.
El informe, realizado por Angel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios Económicos (Fedea), se publica coincidiendo precisamente con el procedimiento abierto para la reforma del sistema de financiación autonómica, en cuya comisión de sabios que asesora al Ministerio el autor está integrado, y también con el telón de fondo del reto soberanista en Cataluña. La financiación de los entes territoriales es precisamente uno de los elementos centrales en el cálculo de los saldos.
Déficit catalán
Una de las conclusiones importantes del informe es precisamente que aunque Cataluña tiene un importante déficit fiscal respecto al Estado, de 9.892 millones, una de las quejas de los independentistas catalanes, el déficit es prácticamente la mitad del que afecta a Madrid, donde empresas y contribuyentes aportan a las arcas estatales 19.202 millones, es decir, 9.313 más que la comunidad mediterránea. El equivalente del déficit de cada una de estas comunidades representa el 9,8 y el 5,02% de sus respectivos PIB regionales.
Las otras dos regiones con balances fiscales negativos con el Estado son la Comunidad Valenciana y Baleares, de 1.75 y 1.516 millones respectivamente, lo que representan mordiscos a su riqueza regional del 1,78 y del 5,77 % respectivamente.
En los cuatros casos, el saldo fiscal es peor que el que registraron un año antes, según los expertos como consecuencia de la recuperación económica ya iniciada en el 2014, ya que la mejora de la economía perjudica las balanzas fiscales de las regiones más prósperas porque se equilibran las cuentas públicas y hay mayor capacidad tributaria.
En Canarias, sin embargo, la diferencia negativa es superior a la del año anterior, en el que percibió del Estado 3.617 millones más de los que le aportó. Así, si en el 2013 esa cantidad suponía el 9 % del PIB canario, los cerca de 4.3000 recibidos un año después representan el 10,8, es decir, casi dos puntos de la riqueza regional total. El informe de Fedea explica esta "importante mejora de su saldo fiscal" en el hecho de que ese mismo año se produjo una evolución del 75 % de la subvención por el sobrecoste del sistema eléctrico insular, incluido en el capítulo de las ayudas regionales. La aplicación del REF, tanto por las deducciones y la menor presión fiscal, como por las medidas de tipo económico recogidas en los presupuestos estatales, es la causa principal del superávit fiscal canario respecto a la hacienda central.
Canarias, de esta forma, vuelve a a ser la segunda comunidad autónoma con mejor saldo fiscal, sólo por detrás de Andalucía, que es la más beneficiada de la solidaridad interterritorial con un balance positivos de cuentas con el Estado de 7.689 (5,54 del PIB regional). En el 2013, además de Andalucía, también registró mejor saldo fiscal que las Islas la comunidad de Castilla-León. Inmediatamente por detrás de Canarias está Galicia, con un balance positivo de 3.692 millones; País Vasco (3.387); Extremadura (2.827); y Castilla-La Mancha (1.635). Y ya en un nivel muy inferior a Aragón (844 millones); Cantabria (516); Castilla-León (428); Navarra (115); Murcia (108) y La Rioja (42).
Pero más allá de las cifras totales destaca que el saldo positivo de Canarias representa también uno de los porcentajes más altos respecto a la riqueza regional (PIB) de cada territorio. Así, el citado 10,8 % del PIB canario que supone ese saldo es muy superior al del resto de comunidades autónomas si se exceptúa el caso de Extremadura, para la que su propio saldo supone un 16,80% de su riqueza regional.
Saldo por habitante
En relación con el saldo por habitante, el estudio también sitúa al Archipiélago como la segunda más beneficiada. Así, cada canario recibe de media del Estado 2.042 euros por encima del esfuerzo fiscal medio de los residentes. Es la cifra resultante del hecho de que cada canario reciba 2.207 euros más que la media de gasto público, mientras que paga 165 menos. Sólo Extremadura tiene un balance mejor en este apartado, con 2.578 euros de saldo positivo por habitante, seguida de Asturias (1.986), Castilla-León (1.723), País Vasco (1.547), y Galicia (1.347). Al igual que en el caso de los saldos totales, Madrid (-2.979), Cataluña (-1.317), Baleares (- 1373) y Comunidad Valenciana (- 347), son las únicas comunidades con balance por habitante negativo.
Los saldos fiscales autonómicos reflejan que los impuestos soportados por los residentes de las distintas regiones aumentan con el nivel de renta, aunque con altibajos significativos que revelan diferencias en niveles de presión fiscal entre territorios. Además, el saldo fiscal tiende a empeorar según aumenta la renta 'per cápita', ya que las comunidades más ricas presentan déficits fiscales, mientras que las de menor renta suelen disfrutar de superávits. También el esquema de las balanzas tiene que ver con la estructura social de cada una de ellas.
