Hace un año que el grupo Dinosol tuvo la idea de crear una fundación para atender las necesidades sociales de sus empleados y de todo aquel que requiriese ayuda. Después de tres meses de trabajo interno, dicha organización sin ánimo de lucro nació en marzo de este año con el mismo nombre de la cadena de supermercados y, medio año después, ayer fue presentada por primera vez en sociedad. Se trata de una estructura pensada para echar una mano a aquellos canarios que más lo necesitan, ayudas que van más allá de lo económico y que abarcan desde el acompañamiento hasta el asesoramiento o la atención de profesionales.

Cercanía, empatía y compromiso. Estos son los valores que hacen a la Fundación Dinosol ser lo que es, según la directa Virginia Ávila. Con afán de transmitir "confianza y tranquilidad" y ponerse en la piel del otro con "dedicación y responsabilidad", afirma, se pone en marcha para ayudar de manera directa con programas que favorezcan el desarrollo de acciones sociales que repercutan de manera positiva en la sociedad canaria. Además, sus impulsores comienzan con perspectivas de convertirse, con el tiempo, en una referencia para otras fundaciones en las Islas.

No hay límites para la fundación en cuanto a ámbitos de actuación se refiere. Aunque el proyecto se ha iniciado dentro del grupo fundador, con sus trabajadores como protagonistas, lo cierto es que los que lo han hecho posible dejan las puertas abiertas para todos aquellos que necesiten ayuda, del tipo que sea.

En la actualidad, de entre los 8.000 empleados que tiene Dinosol, ya han recibido un centenar de solicitudes de ayuda, de las que 60 han sido solucionadas, explicó ayer Virginia Ávila.

Tanto ella como el presidente del Patronato, José Abraham Domínguez, el presidente de Dinosol y de la fundación, Andrés Domínguez, y el vicepresidente del grupo y patrono de la fundación, Javier Puga, coincidieron en señalar que la idea surge de la necesidad de organizar las ayudas que cada uno ha dado por separado hasta ahora. "Solos no lo hacíamos del todo bien y no llegábamos a todos", resaltó Puga.

Según Ávila, lo que les diferencia de otras fundaciones es que miran "dentro de casa". "Nos preocupamos por nuestras personas y es muy importante tener a tu gente contenta, motivada y feliz", subrayó. Así, define la nueva organización como el "112 del grupo", donde atienden y gestionan necesidades sociales variopintas, "porque hay de todo". En el mismo sentido, el resto de la directiva comentó que "cada vez vienen más cosas y las metemos dentro del proyecto".

Atención y dotación de recursos para mujeres que sufren violencia de género; asesoramiento médico, jurídico o de cualquier otra índole; acompañamiento; formación y apoyo a familias con niños con patologías como autismo u otras; recogida y transporte de muebles; atención psicológica; ayuda para conseguir la prejubilación "cuando alguien no puede más"; lucha contra el cáncer; o crear un espacio de respiro para pacientes y familiares en el Hospital Materno Infantil, son algunas de las iniciativas que han puesto o pondrán pronto en marcha con ayuda de una red de voluntariado que la Fundación Dinosol empieza a tejer. "Se trata de estar dentro de la realidad", afirmaron sus responsables, que no descartan unirse a fundaciones para llegar más lejos y a más personas.

El 5 de octubre hizo cinco años que los hermanos Domínguez junto con Javier Purga recuperaron Dinosol. Este tiempo después, presentan la fundación mientras aseveran que tienen muchos más proyectos entre manos para seguir creciendo. Por el momento, centran sus energías en conseguir que esta nueva organización sea un referente entre las familias que necesiten un empujón, "estamos para ayudar", señala Ávila.