La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A la cochinilla le pierde el sexo

La liberación de feromonas contribuye a combatir esta plaga en las plataneras

Detalle de esta población de insectos en una platanera. LP / DLP

Paso al frente para desalojar a unos indeseados inquilinos de las plataneras de las Islas. La presencia de la cochinilla algodonosa ( Dysmicoccus grassii) en los cultivos del Archipiélago provoca daños directos en la producción. Estos pequeños insectos, pertenecientes a la familia Pseudococcidae, succionan la savia de la planta. Pero no es lo único que hacen, ya que por el volumen de melaza que generan favorecen la aparición de negrilla en las hojas y frutos. Para controlar esta plaga de las plataneras canarias se está probando un método innovador que, por extraño que parezca, aturde sexualmente a los machos para evitar que éstos rastreen a las hembras. Así se evita la cópula y, por ende, que se reproduzca esa población en la planta.

El departamento de Protección Vegetal del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), el Centro de Ecología Química Agrícola del Instituto Agroforestal del Mediterráneo de la Universidad Politécnica de Valencia, la empresa valenciana Ecología y Protección Agrícola (EPA) y la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan ) colaboran en el desarrollo de este método de confusión sexual, que libera feromonas en el ambiente, y que ya ha sido probado con éxito en plantaciones de Gran Canaria y Tenerife.

Los machos y hembras de estos insectos presentan diferenciación sexual en tamaño y coloración. En las poblaciones de cochinilla algodonosa no existe, además, partenogénesis -una forma de reproducción consistente en el desarrollo de células sexuales femeninas no fecundadas-. Por eso, en este caso la reproducción es "necesariamente sexual", tal y como explica la investigadora del ICIA Estrella Hernández, y requiere de la participación del macho. Esta característica es la que hace a esta familia de insectos idónea para la aplicación de compuestos feromonales con los que monotorizar y controlar las poblaciones.

La compañía valenciana, especializada en el desarrollo y fabricación de productos fitosanitarios basados en técnicas de control biorracional, se encarga de la fabricación de los dispensadores de feromonas tras detectar, aislar e identificar, mediante técnicas de cromatografía, qué componente de los olores de la cochinilla tienen efecto para este fin. En este caso, la feromona sexual de las hembras -sustancia química que libera y que influye en el comportamiento de los miembros masculinos de su especie- es la que se emplea para hacer frente a la plaga de este insecto, también conocido como pulgón blanco o magla.

Con esta técnica, que funciona tanto en el interior de invernaderos como en campo abierto, se satura el ambiente con la feromona y se impide que los insectos se apareen. El macho, que vive entre 24 y 48 horas, se desorienta porque percibe que las hembras están en todas partes a la vez y no sabe a dónde dirigirse. Ahora bien, ellas, que viven de media unos 15 días, experimentan un aumento de su longevidad al permanecer vírgenes. Hernández expone que, pese a ello, la técnica ha mostrado su idoneidad para contrarrestar la plaga al favorecer la progresiva reducción de sus poblaciones.

El plátano y el tomate son los grandes cultivos de exportación de las Islas. En Canarias existen 9.038 hectáreas cultivadas con plataneras, según datos relativos a 2016 publicados por la Consejería de Agricultura del Ejecutivo regional. Esto es, un 5,48% menos que un año atrás. Pese a este retroceso, el volumen de comercialización continúa una línea ascendente. Durante los primeros nueves meses de este ejercicio, el sector platanero exportó a la península 255 millones kilos, apenas cuatro millones menos que en el mismo periodo del año anterior. Ahora bien, esa cifra se sitúa 23 millones de kilos por encima de la media anotada en los seis años previos al 2016.

Estos resultados ponen de manifiesto la importancia del sector platanero de las Islas y del daño que ocasiona la cochinilla algodonosa en él. La plaga, al asentarse entre los plátanos, obliga a someter a un intenso lavado a las manillas antes del empaquetado. Sin embargo, en muchos casos esta limpieza es insuficiente y se deprecia el valor comercial del producto.

Los primeros pasos para el desarrollo de este método de confusión sexual en la platanera se dieron en 2008. Desde hace menos tiempo, también se está impulsando para hacer frente al picudo de cuatro manchas de la palmera y al de los cítricos.

La técnica, dentro de la lucha biotécnica, es uno de los pilares de la gestión integrada de plagas. Ésta da prioridad al empleo de acciones preventivas y culturales como el cultivo de plantas trampas; a tácticas físico-mecánicas como el embolsado o el agua a presión; y al combate biológico con la introducción de depredadores o parásitos y microorganismos patógenos que sean enemigos naturales del insecto a controlar. No en vano, Canarias importa al año más de 70 millones de bichos para combatir las plagas de los cultivos. En el último puesto se sitúa el empleo de productos fitosanitarios, cuyo empleo se reduce con la aplicación de la lucha biotécnica. Esta no solo es ventajosa porque no genera residuos ni es tóxica, sino también porque es una técnica específica que solo ataca al insecto contra la que va dirigida, por lo que no daña al resto del ecosistema que le rodea.

Los trabajos actuales se centran en avalar la viabilidad económica del uso de feromonas en este cultivo. Si bien los resultados preliminares han sido positivos, se sigue probando los dispensadores en Gran Canaria y Tenerife para controlar también el efecto que tiene en la calidad de la cosecha.

Compartir el artículo

stats