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Una patente internacional con sello canario para climatizar las piscinas

El sistema, que aporta un ahorro del 80% en la factura de la luz, se está instalando en cuatro alojamientos turísticos del Archipiélago

Eusebio Rivero junto al captador solar para calentar el agua de las piscinas que él mismo ideó. JUAN CASTRO.

El ingenio sale a flote cuando la necesidad aprieta. Canarias, pese a disfrutar de un clima benevolente a lo largo del año, también precisa de climatización en las piscinas para lograr una temperatura "cómoda" para sus bañistas. El agua de la suya estaba demasiado fría y Eusebio Rivero, fontanero jubilado, tomó medidas de inmediato. Compró una bomba de calor, pero solo en el primer mes la factura de la luz se disparó. Empleó entonces otros sistemas disponibles en el mercado, pero ninguno funcionaba de forma correcta. Fue entonces cuando decidió buscar él mismo una solución: comenzó a destripar las placas convencionales de cobre que se usan para el agua de las casas y ahora comercializa un sistema patentado a nivel mundial que utiliza la energía solar.

Arvak Energy Systems es el resultado más visible de esta invención. A principios de 2016, la empresa Canary Placas S.L. obtuvo la certificación internacional y en mayo de este mismo año logró la homologación por parte del Ministerio de Industria. Las placas acumulan el agua caliente en un breve espacio de tiempo y la vuelca en la piscina de forma automática, lo que permite lograr una temperatura estable y un flujo continuo. Olga Rivero, hija de Eusebio y gerente de la compañía, sostiene que se trata de un circuito efectivo, innovador y fiable.

El Consejo de Ministros aprobó el 20 de julio de 2007 un Real Decreto para dar luz verde al nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). Éste fue elaborado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio junto con el Ministerio de Vivienda ante la necesidad de transponer la directiva europea 2002/91/CE de eficiencia energética de los edificios y la aprobación del Código Técnico de la Edificación por el Real Decreto 314/2006, que aconsejó, en su momento, redactar un nuevo texto que derogase y sustituyese al antiguo reglamento. Esta norma, según indica Olga, apunta a que todas las piscinas públicas deben estar climatizadas por, al menos, un 70% de energías renovables.

El sector turístico constituye una oportunidad para esta sociedad, puesto que la mayorías de los hoteles, "sobre todo los de más categoría", mantienen la temperatura del agua de sus piscinas con bombas de calor porque los turoperadores exigen que estén climatizadas. "Están pagando dinerales por la luz y nosotros les hacemos un estudio de eficiencia energética", expone Olga.

La instalación de estos captadores -con una bomba de apoyo para los días fríos y nublados o para los casos en los que solo se haya programado proveer un 70% de la energía-, conducen a un ahorro de hasta el 80% sobre la factura habitual. En las viviendas, en cambio, no es necesario la colocación de un termo de apoyo.

La empresa ya cuenta con cuatro obras en curso en alojamientos turísticos y tiene sobre la mesa varias ofertas en este mismo sector. También está implantando este sistema en dos chalets y ya lo ha instalado en tres viviendas de Vecindario, en Santa Lucía de Tirajana. De momento, el mercado canario es el principal nicho de mercado para esta compañía, que aun así no quita la vista del exterior. En Portugal, por ejemplo, mantiene negociaciones con un posible distribuidor.

Los primeros pasos de esta sociedad, cuya fábrica está ubicada en el Polígono Industrial de Arinaga, comenzaron a darse en el último cuatrimestre de 2015. Tras ellos obtuvo la patente internacional y, antes de que Industria homologara el producto, la familia Rivero tuvo que conseguir el certificado de calidad de producción ISO 9001 y superar una serie de pruebas en un laboratorio de Portugal. En ese momento la empresa grancanaria comienza a fabricar placas para acumular "algo de stock" y estar preparada cuando llegase la hora de salir a comercializar.

Canary Placas S. L., de capital 100% canario, toma prestado el nombre de uno de los dos caballos que tiran del carro de la diosa Sól-Sunna en la mitología nórdica, germánica y escandinava para designar al captador, pues ese corcel era el que proporcionaba la luz del sol a la tierra a través de los rayos que desprendían sus crines. Una de las principales características de este sistema es el empleo en su fabricación de materiales resistentes a climas húmedos y cercanos al mar así como a los rayos ultravioletas, condiciones que lo diferencia de otros calentadores de aguas que también utilizan la energía solar.

Destaca, a su vez, que se trata de un sistema modular, lo que facilita su instalación y el crecimiento del mismo al estar formada por placas independientes entre sí. Los captadores, cubiertos por un cristal templado de cuatro milímetros, permiten rebajar el tiempo necesario para alcanzar la máxima temperatura. Cada pieza cuesta en torno a 675 euros, pero el coste de la instalación varía en función de la complejidad de cada caso. Ahora bien, el soporte de la estructura permite colocar las placas tanto en techos con tejados como en cubiertas planas. Los clientes amortizan la inversión, según Olga, en un plazo inferior o igual a los 18 meses.

Eusebio Rivero, que ya disfrutaba de su jubilación tras muchos años de trabajo, ha contribuido a impulsar un producto diseñado y desarrollado íntegramente en el Archipiélago gracias a su decidida apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i).

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