Un total de 11 empresas e instituciones europeas, entre las que se encuentra la española Autopistas, perteneciente al grupo Abertis, participan en el proyecto INFRAMIX, cuyo objetivo es preparar la infraestructura vial necesaria para facilitar la coexistencia entre los vehículos convencionales y automatizados.

Esta iniciativa cuenta con una inversión de 4,5 millones de euros dirigida a la búsqueda de soluciones "para diseñar, actualizar, adaptar y probar (en simulaciones y en el mundo real) elementos físicos y digitales de la infraestructura vial" para el denominado tráfico mixto.

"El objetivo es crear un modelo de autopista que permita un tráfico ininterrumpido, predecible, seguro y eficiente a través de una infraestructura vial 'híbrida' capaz de gestionar el período de transición de vehículos y que sirva también de base para los sistemas de transporte automatizado del futuro", explica Autopistas.

Para ello se emplearán herramientas de simulación que se adapten a las peculiaridades de los vehículos autónomos -incluyendo los de conducción inteligente- y a partir de aquí se desarrollarán "nuevos métodos para la modelación del flujo de tráfico mixto", a fin de estudiar "el efecto de diferentes niveles de vehículos automatizados". También se estudiará la conectividad y automatización de cualquier infraestructura vial.

Tras una primera fase de simulación, que consistirá en pruebas híbridas de vehículos reales y elementos de infraestructura real digital incorporados en un entorno virtual, los resultados se evaluarán en tramos reales de autopistas avanzadas de Austria y España.

El proyecto en España

En España, el proyecto se centra en tres escenarios de tráfico claves para la eficiencia y seguridad del tráfico: asignación dinámica de carril, zonas de obras y cuellos de botella. Todo el proceso va orientado al usuario para lograr "su máxima aceptación".

Uno de los programas piloto se está llevando a cabo en una sección de 20 kilómetros del Corredor Mediterráneo, en la autopista AP-7, cerca de Girona. Los resultados que se obtengan podrán transferirse también a las carreteras urbanas.

Asimismo, se definirán nuevos tipos de señales visuales y electrónicas y otros elementos físicos para la coexistencia de ambos tipos de vehículos y se especificarán nuevos protocolos de seguridad para evitar riesgos a los usuarios de las carreteras, explican desde Autopistas, que confían que a la luz de esta iniciativa surjan nuevos modelos de negocio y actividades de explotación.