Un ejército de drones que se pondrá en marcha antes de octubre de 2018, es decir, en el transcurso del próximo año, será a partir de ahora el encargado de velar por la seguridad de las operaciones de aproximación y aterrizaje en siete de los aeropuertos del país. Y entre ellos en dos de los aeródromos de Canarias, los de La Gomera y El Hierro, donde los drones o RPAS ( Remotely Piloted Aircraft Systems) sustituirán a los aviones tripulados en las tareas de inspección y calibración de los indicadores de trayecto que ayudan a los pilotos a llegar a tierra sin sobresaltos.
En los próximos meses, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), por medio de Canard Drones, la empresa adjudicataria del servicio, irá desplegando a los RPAS por siete de los aeródromos más pequeños del país: los de Córdoba, Burgos, Huesca-Pirineos, Vitoria, Logroño y dos de los ocho del Archipiélago, los de El Hierro y La Gomera. Aunque desde la empresa explicaron ayer que el empleo de aeronaves no tripuladas para estos trabajos "está suficientemente probado" y que en el futuro los drones se ocuparán de llevar a cabo esta tarea en todos los aeropuertos, fuentes de AENA puntualizaron que, cuando menos de momento, los RPAS solamente pueden utilizarse en estas siete instalaciones. La razón es que son las únicas en que se dan las condiciones que establece la normativa de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) sobre el uso de drones en los aeropuertos.
Las aeronaves no tripuladas pueden emplearse en los aeródromos fuera de su horario operativo y siempre que, además, no estén siendo controlados, esto es, siempre que no haya actividad en la torre de control. "Por este motivo, solo se van a poner en uso [los drones] en siete aeropuertos que cumplen estas condiciones", ahondaron desde el ente estatal que depende del Ministerio de Fomento.
Cuestión de luces
En concreto, los RPAS ejecutarán en las instalaciones de La Gomera y El Hierro las labores de inspección y calibración de los llamados sistemas PAPI ( Precision Approach Path Indicator o indicadores de trayectoria de aproximación). Estos sistemas son, en resumen, las luces que se colocan en los márgenes de las pistas de despegue/aterrizaje y que permiten a los pilotos comprobar la posición del avión durante la fase de aproximación. Cada una de las cajas de luces del sistema tiene un mecanismo óptico cuya revisión requiere el vuelo de una aeronave "especialmente equipada y tripulada" y la movilización de personal de asistencia en tierra, lo que conlleva una serie de costes no precisamente bajos (entre 3.000 y 7.500 euros por hora de vuelo). En consecuencia, Fomento reducirá así el gasto en esta tarea -hay un solo avión especializado para llevarla a cabo- y logrará también "ganar en flexibilidad al ocuparse la pista y el espacio de aproximación durante menos tiempo".
Jorge Gómez, director general de Canard Drones, una startup pionera en el uso de las aeronaves no tripuladas para la comprobación de los sistemas PAPI, puso énfasis ayer en que sus RPAS "ofrecen la oportunidad de hacer más y mejores inspecciones, así como reducir o eliminar la necesidad de vuelos tripulados". "El coste actual es terrorífico y hay que cerrar la pista para realizar la comprobación, así que esto será toda una revolución", enfatizaron desde la empresa adjudicataria, desde donde hicieron también hincapié en que el empleo de drones reduce sobremanera el margen de error en la calibración de los sistemas de seguridad. En Canard Drones están en disposición para desplegar a sus aeronaves no tripuladas en cuanto AENA dé el ok.
Los dos aeropuertos más pequeños de la Comunidad Autónoma, que como los otros cinco aeródromos que sobrevolarán los drones en los próximos meses son también de los más pequeños del país, vuelven así de algún modo a servir a AENA como zona de pruebas tras la polémica a la que dio lugar en su día la instalación del sistema AFIS.
El AFIS o sistema de información aeronáutica de vuelos sustituye desde 2010 en las instalaciones de las dos islas occidentales al habitual sistema de control aéreo. Un cambio al que ahora se sumará otro en la calibración de las luces PAPI y que en su momento dio lugar a una fuerte controversia por una pretendida merma en la seguridad aeroportuaria, una controversia que incluso llegó a las Cortes. Siete años después, el ministro Íñigo de la Serna ya ha dicho que el AFIS se mantendrá en ambas instalaciones por su menor coste, lo que redunda en beneficio de la "competitividad" de los dos aeródromos.
