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Entrevista

"No se puede generalizar y decir al mundo que Canarias explota a los trabajadores"

"Hay empresarios que generan empleo de calidad y dignas oportunidades y hay empresarios que no", reconoce Cristina Valido

Cristina Valido, consejera de Empleo del Gobierno de Canarias, en un instante de la entrevista en su despacho de Santa Cruz de Tenerife. DELIA PADRÓN

Unos 18 millones de los 42 del Plan Integral de Empleo (PIEC) irán destinados para el Programa Extraordinario de Empleo Social, el doble que hasta ahora. Es una buena noticia para quienes se beneficiarán de esta cuantía pero, no obstante, es también el reflejo de un eterno mal de las Islas, en las que hay grandes dificultades para integrar sociolaboralmente a muchas personas. ¿Qué novedades se introducirán para paliar la situación?

Ya hay algunas mejoras que pueden ayudar a la empleabilidad. No es lo mismo tener contratada a una persona seis meses y que después vuelva al paro otra vez que prorrogar el tiempo, como hemos hecho, con lo cual se logrará que esas personas cambien hábitos y adquieran determinadas disciplinas y costumbres que no desarrollan cuando están mucho tiempo fuera del mercado y mucho tiempo fuera de obligaciones laborales. Pero en paralelo, y dentro también del PIEC, estamos estableciendo un trabajo para activar gabinetes sociolaborales, porque tenemos claro que la gran mayoría de parados son de difícil empleabilidad.

¿Cuánto representan sobre el total esos desempleados de difícil inserción laboral?

El porcentaje de personas empleables por experiencia, por conocimientos y por titulación es muy bajo en relación con la cantidad de personas que tenemos sin formación adecuada o con formación para unos sectores que ya no generan el empleo que generaban. Por eso buena parte de nuestro presupuesto se dirige a formación para parados de larga duración y para colectivos especialmente vulnerables, y queremos añadir el componente social, por eso hablamos de gabinetes sociolaborales, porque la mayoría de estas personas no son personas individuales y sin entorno.

Se trata en definitiva de familias, un drama social.

Estamos hablando de personas en unidades de convivencia y en entornos complicados, por eso tenemos que hacer un trabajo también social si queremos cambiar la forma de vivir, si se puede decir de esta manera, y esa forma de concebir derechos y obligaciones. Y hay que intervenir porque tenemos jóvenes muy influenciados por su entorno y tenemos también personas mayores que entienden que no están preparadas para otra cosa y que no dan el paso para formarse.

Pero algo que casi implica cambiar el imaginario social no es tarea fácil.

Es complicado, y probablemente necesitemos de un par de generaciones para entender esto; para entender que pasó a la historia eso de un trabajo para toda la vida y que uno tiene que estar formándose continuamente, porque en cuantos más ámbitos se forme el individuo más posibilidades tendrá de mantenerse activo laboralmente toda su vida. Venimos de generaciones en las que si trabajabas en un bar, trabajabas en un bar toda la vida, ya no te molestabas en estudiar más. Eras camarero. Pero ahora eres camarero solo por ahora.

Hubo sectores que arrastraron mucha mano de obra. Dicen que todo el mundo en las Islas tiene un amigo que abandonó los estudios por la construcción. Creo deducir de sus palabras que hay que olvidarse de aquellas cifras de creación de empleo tan astronómicas, y esto a veces choca con el discurso de las patronales, con eso de 'somos de nuevo la locomotora del empleo'.

Sí, pero creo que hemos aprendido la lección y que aunque la construcción pudiera mejorar coyunturalmente, todos hemos entendido que las coyunturas económicas son eso: coyunturas, y que, en cualquier momento, una crisis, una limitación de la construcción o unas islas con mucho territorio protegido hacen que la construcción no sea capaz de mantener a toda la gente que mantenía en el boom.

¿Está verdaderamente convencida de que se aprendió la lección? Le insisto porque hay expertos que sostienen que los dictados de la crisis, aunque recientes, ya se han olvidado.

Creo que sí, y en ese sentido, la gente de nuestra generación, la que padeció aquella fiebre del oro, aquello del para qué voy a estudiar si me voy al sur y luego vuelvo los viernes para el norte con dinero en el bolsillo, no va a permitir que nuestros hijos cometan un error semejante. Estamos en un momento en el que trabajar para que las nuevas generaciones sean capaces de estar en la formación continua, para que entiendan, por ejemplo, la importancia de vincularse al mundo a través de los idiomas. Y aprovecho para decir con esto que los idiomas no son un adorno ni una broma, sino una necesidad, y esto es muy importante para que las próximas generaciones tengan herramientas para salir adelante donde sea y cuando sea.

Esto que dice engarza mucho con las demandas del empresariado del sector turístico, que cuando defiende su actividad ante las críticas, fundadas o no, por la baja calidad del empleo, alude entre otras cosas a que nuestro capital humano no sabe hablar bien idiomas. Esto parece cierto, pero quisiera aprovechar para preguntarle precisamente por esas críticas hacia la baja calidad del trabajo en la llamada primera industria.

Hay de todo. Hay empresarios que generan empleo de calidad y oportunidades dignas y hay empresarios que no. Pero esto es como todo en la vida. En todos los sectores y en todas las profesiones hay gente que hace trampas y hay gente que no solo es honrada sino que genera un beneficio a la sociedad importante. Nosotros estamos en unos niveles de calidad turística que no permiten ese tipo de empleo mayoritariamente, lo que no significa que no haya empresarios que intenten buscar la puerta de atrás para ganar más dinero a costa de un empleo digno. Pero desde luego, no debemos creer que son la mayoría ni debemos hacer creer que aquí las cosas funcionan de esa manera. Una cosa es no reconocer que podemos tener ese problema y otra cosa es hablar como si todo el mundo fuera así y dar una imagen al exterior que no se corresponde con la situación de la mayoría de los trabajadores. Por eso yo no uso el término explotación laboral, porque no podemos generalizar y decirle al mundo que Canarias explota a los trabajadores, porque no es justo. Hay que perseguir a aquellos que incumplen la ley pero no hay que dar un mensaje que corresponde a otras épocas y otros sitios del planeta.

Sin embargo, ingredientes de la precarización laboral sí se han incrementado: temporalidad, restricciones de la negociación colectiva...

La precarización laboral no se da solo en el turismo.

¿Y es resultado de...?

Es el resultado de la reforma laboral.

Que da poco margen de maniobra, entiendo.

¡Pero qué margen, si lo que se está haciendo es legal! Se aprobó una reforma laboral que es la que ha brindado oportunidades a las empresas para hacer este tipo de contratos, y ahora los partidos que aprobaron esta reforma no pueden culpar a la Administración autonómica de que haya crecido la precariedad, porque nosotros no podemos ir en contra de lo que es legal, aunque no nos guste. A mí puede no gustarme nada la reforma laboral, pero se aprobó y la tengo que respetar porque es legal.

Voy a intentar ponerla en un compromiso. ¿Cuándo bajará Canarias de la cifra psicológica de los 200.000 desempleados?

No sé cuándo.

Y su deseo, ¿cuál sería?

Trabajo para eso pero como no depende solo de mí, no voy a cometer la perogrullada de decir algo de lo que no tengo seguridad. Estamos en este país en un momento de incertidumbre política importante, y el mundo se mueve, no estamos al margen de lo que está ocurriendo. Las empresas son las que contratan y la economía es la que genera empleo, y la economía se agripa fácilmente. Trabajo para que eso ocurra lo antes posible, pero no depende solo de mí, depende de que el entorno permita que la economía siga mejorando, que no nos instalemos en una situación de incertidumbre que haga que no fluya la economía, que los inversores dejen de invertir... Necesitamos un espacio político de más calma, de más consenso y de más acuerdo. Lo estamos viendo en Cataluña con la huida de empresas. Creo que políticamente tenemos que darnos cuenta de que aunque la economía no la manejamos nosotros, y eso es evidente, las cosas que hacemos y decimos sí impactan en la economía.

Pide que se sea consciente de que las cosas que se dicen influyen. Podría pensarse en términos mayores, como Cataluña, o en términos más locales, como puede ser el caso de las acusaciones a su departamento de pretender enchufar a correligionarios con prácticas en la Administración. Se lió una gorda, sobre todo en las redes sociales. ¿No se explicó bien? ¿No lo entendió bien el PSOE?, el más crítico.

Pasa que ponemos nuestras necesidades políticas por encima de las de la gente. Lo entendió bien el Consejo General de Empleo, donde están las organizaciones sindicales, esta semana lo entendió bien el Parlamento, en el que me pidieron una comparecencia, y aunque el objeto de la comparecencia era seguir echando basura sobre este tema, al final todos los grupos coincidieron en que es una buena medida y en que lo que tenemos que hacer, y esto, además, lo dije yo, es vigilarla con lupa, y no tengo ningún problema. Ahora bien, es triste que cada vez que tratas de hacer algo nuevo, que te arriesgas, que intentas buscar una salida a un montón de jóvenes titulados que cuando ven una oferta laboral siempre se encuentran eso de se requiere experiencia, y ya desde mucho antes de que se cierren los informes, de que se cierre el expediente y de que se cierren los acuerdos, en las redes sociales algunos hayan señalado ya a esas personas como enchufadas. Eso es muy triste.

La acusación fue grave.

Es que no solo estás señalando como enchufadas a unas personas que tienen derecho a trabajar y a tener una experiencia que luego les facilite incorporarse al mercado laboral, sino que también se está dejando caer que hay unos trabajadores y unos funcionarios que están cometiendo irregularidades. No se puede decir de todo porque se daña a muchas personas. Hay personas demandantes de empleo o inscritas en programas de mejora de empleo que a lo mejor están trabajando como camareros siendo titulados en económicas, en derecho o en otras carreras, como en otros programas, como el de empleo social, y que son seleccionadas como se selecciona para estos programas, en las mismas condiciones que en años anteriores, las mismas. Yo no sé lo que hacían otros pero sí sé lo que nosotros no hacemos.

Para aclararlo, ¿se trata en todo caso de personal en prácticas? ¿Sin prerrogativa alguna?

No son empleados públicos, por tanto no les podemos exigir que se sometan a una convocatoria para empleados públicos. Son trabajadores en prácticas con un contrato que deja todo muy clarito, y con una formación. Y, además, hemos pedido a los sindicatos que nos vigilen. Pero claro, si antes de que termines de hacer algo ya se está insultando a los posibles beneficiarios y a los funcionarios que están trabajando, Canarias no avanzará nunca.

Parece convencida de los beneficios de este plan.

Lo voy a defender y voy a probar, y si me equivoco, me equivoqué. Pero creo que tenemos que hacerlo de una vez. No podemos hablar de que no podemos permitir que se fugue el talento, no podemos decir cómo es posible que invirtamos tanto dinero en nuestros estudiantes y que después se vayan y no vuelvan, y luego tratar cualquier iniciativa de esta manera, no se puede.

"Si se empeñan en decir cosas que no son verdad, igual obligan a una a hablar"

"Si se empeñan en decir cosas que no son verdad, igual obligan a una a hablar"

  • Ya hace unos meses que cogió las riendas de la consejería, sucediendo a la socialista Patricia Hernández. Cuando usted llegó, ¿las cosas estaban bien, mal o regular?Yo intento, juro que lo intento, no hablar de la gestión anterior, pero después no parece que uno reciba un trato coherente con algunas cosas. Yo voy a seguir en silencio. Voy a seguir en silencio porque siempre hay tiempo para hacer una relación de asuntos y de cosas que uno ha visto o que uno ha comprobado, siempre hay tiempo. Pero yo no quiero entrar en esa guerra, porque todos cometemos errores y todos tenemos aciertos, y también hay cosas en las que se acertó. Me voy a mantener en el silencio y en el respeto al trabajo anterior, pero claro, si llega un momento en el que tenga que hablar del trabajo anterior, lo van a marcar precisamente los que estuvieron antes que yo, porque a veces te obligan. Me gustaría seguir sin hacer un análisis de lo que me encontré o dejé de encontrar, ni bueno ni malo, pero si se empeñan en decir cosas que no son verdad y que son injustas, a lo mejor obligan a una a hablar de situaciones y a comparar, y de verdad que no me gustaría.
  • Aparcada la controversia política, el PIEC se ha recuperado al fin desde 2013, pero para este año llega tarde, ¿no?Pero tenemos un acuerdo para que se pueda ejecutar a lo largo de 2018. El Estado es consciente de la fecha en la que se firmó el acuerdo, que fue septiembre. Además, recibiremos el dinero en varias transferencias, y nos hemos comprometido, que es lo que sí nos exigen que sea antes de diciembre, a plantear los programas que se van a financiar con ese dinero. Una cosa es el compromiso y la adjudicación de esos fondos a las distintas líneas y otra cosa es que los tengamos que ejecutar en tres meses, porque eso sí que sería una auténtica locura, no porque no haya capacidad, que también, sino porque estaríamos gastándonos en tres meses mucho dinero de manera poco racional y poco eficiente.
  • Por cierto, el Plan Prepara se salvó por los pelos, y aquí sí que hay bastantes beneficiarios, nada menos que 1.500 familias.Somos de las comunidades que más beneficiarios tienen, porque hay que tener en cuenta que tenemos una población con la formación media que tiene y, además, con ingresos bajos. Pero al final hemos conseguido que el Estado lo prorrogue hasta que las comunidades pacten su gestión, y esto ha sido una muy buena noticia.Somos de las comunidades que más beneficiarios tienen, porque hay que tener en cuenta que tenemos una población con la formación media que tiene y, además, con ingresos bajos. Pero al final hemos conseguido que el Estado lo prorrogue hasta que las comunidades pacten su gestión, y esto ha sido una muy buena noticia.

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