El presidente de Nueva Canarias (NC), Román Rodríguez, demandó ayer una "profunda revisión" del modelo energético de Canarias tras el "varapalo" propinado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a la construcción de la planta regasificadora de Granadilla.

NC es también el partido del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, quien siempre ha rechazado la instalación de una planta gemela en el muelle de Arinaga por considerar que retrasaría la entrada de fuentes de generación renovables.

En una nota, los nacionalistas califican como un "duro golpe" para el Ejecutivo el cuestionamiento por parte de Competencia incluso de la viabilidad económica "de un proyecto que comenzó a gestarse en 1988 y que se ha quedado obsoleto dado el desarrollo tecnológico, la eficiencia y el abaratamiento de la producción de las renovables".

Rodríguez demandó un plan canario de transición energética, reforzado por la eliminación del impuesto al sol, la ampliación del cupo para energías limpias en 300 megavatios y por una "decidida apuesta" por el autoconsumo. Para NC, estas tres medidas, entre otras, abaratará la energía y reducirá la contaminación.