El campo canario hace ya tiempo que dejó de ser tierra exclusiva de plátanos y tomates, los dos cultivos por excelencia de la agricultura regional. Y el aguacate y la pitaya -o pitahaya- son dos de los ejemplos más claros de la diversificación de la producción en el Archipiélago. Presentes en una nueva edición de la madrileña Fruit Attraction, que se inauguró ayer y que es una de las citas marcadas en rojo en el calendario del sector, productores isleños de ambas frutas reconocían ayer que la demanda es tan grande que ha desbordado la actual capacidad de producción de muchas empresas. "Tenemos un boom", explica Wenceslao Zerolo, gerente de Agro Rincón, una de las principales firmas de la región dedicadas al aguacate. Un boom que aunque aún en cifras más modestas experimenta también el cultivo de la pitaya o fruta del dragón, un exótico manjar del que Pitaber, otra de las entidades canarias que participan en la feria, envía ya a la Península 24.000 kilos cada año.
La Fruit Attraction abrió ayer sus puertas en la Institución Ferial de Madrid (Ifema) con un pabellón de Canarias de 128 metros cuadrados que tiene cabida para el más tradicional cultivo, el del tomate -el plátano cuenta con un estand propio a cargo de la asociación de productores Asprocan-, y también para el pepino, las hierbas aromáticas, las flores y las plantas y el pujante subsector de las frutas tropicales, especialmente la papaya, el aguacate y la pitaya. Un subsector que está apostando por la calidad como elemento diferenciador frente a una competencia de mayor capacidad de producción y que se ha convertido en una de las más recientes historias de éxito del agro isleño.
El caso que sobresale es el del aguacate. "El sector está creciendo mucho, tanto en las Islas como en la exportación", ahonda Zerolo. Tan es así, que Agro Rincón, que vende en la Península a la cooperativa de distribución Eroski, incluso envía ya sus aguacates a Suiza, adonde llegan unos 400.000 kilos de los 1,2 millones que anualmente produce la empresa. La salud del cultivo es tan buena que Wenceslao Zerolo tiene en mente aumentar la capacidad de producción progresivamente para exportar también a países como Alemania o Francia.
El cultivo de la pitaya es más reciente en la Comunidad Autónoma pero también se abre paso sin pausa. La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, quien visitó ayer el pabellón de Canarias junto al consejero autonómico de la misma área, Narvay Quintero, tuvo en Ifema la oportunidad de probar la fruta del dragón que se produce en el Archipiélago. Isora García, de la familia que alumbró Pitaber, expone que la firma ya ha llegado a una capacidad de producción de 120.000 kilos al año, una cantidad que, sin embargo, se ha quedado pequeña ante una demanda que no para de crecer. "Casi no podemos abarcar toda la demanda", asegura García, satisfecha al ver cómo su empresa familiar ha conseguido vencer los obstáculos que entraña iniciar la actividad -arrancaron en 2010- con una fruta no muy conocida por el consumidor. De momento, en Pitaber han preferido centrarse en los mercados local -en Canarias se consume un 80% de su producción- y peninsular, donde venden el restante 20%. No obstante, sus compradores en Madrid envían luego pitayas a destinos como Bruselas, por ejemplo.
Y la Fruit Attraction no ha abierto con buenas noticias solo en los nuevos cultivos, sino también en los tradicionales. El portavoz de las asociaciones de exportadores hortofrutícolas Fedex y Aceto, Gustavo Rodríguez, adelanta las "perspectivas positivas" con que los tomateros de la región ven la próxima temporada. No en vano, Canarias se ganó en el último período exportador la consideración de mercado productor seguro frente a países competidores en los que el cambio climático acabó con muchas producciones, lo que hizo crecer los contratos con firmas de las Islas para esta temporada.
